Mudanzas de Palacio
El encanto de los asuntos exteriores del Gobierno de Aznar es que se los hacen a punto de cruz. Ana Palacio tiene un aire de ama de casa, virtuosa y algo desasosegada por el aumento del precio de los tomates, que no se lame. Poner a una mujer as¨ª al alcance de Collin Power o Condoleeza Rice es devolverlos al parvulario y a las proezas de aquellas hero¨ªnas que, junto con los arriesgados pioneros a galope tendido, arrasaron los territorios del Far West y registraron a su nombre las parcelas de los sioux y la caba?a de bisontes de todos los pueblos ind¨ªgenas de la vecindad, mientras entonaban salmos de alabanza al rey David y transmit¨ªan notarialmente en herencia tanto saqueo a sus descendientes. Con los mismos principios, pero sin la moviola de la ¨¦pica, se tiene la impresi¨®n de que Ana Palacio est¨¢ dejando Irak como los chorros del oro. Mientras la ONU y la Cruz Roja evacuaban a la mayor parte de su personal, por los continuos ataques y atentados de la resistencia a las fuerzas de una ocupaci¨®n contraria a la legalidad internacional, la Embajada de Espa?a en Bagdad, seg¨²n la ministra del ramo, enviaba a sus casas, as¨ª como de vacaciones, a encargados de negocios y funcionarios, porque hab¨ªa que hacer mudanza y limpieza de las nuevas viviendas y oficinas. En tanto, el propio Gobierno se refer¨ªa a una llamada a consulta, Ana Palacio insist¨ªa en el concepto de mudanza. El eufemismo que es algo as¨ª como la cuenta de la vieja, en diplom¨¢tico, ofrece una estampa dom¨¦stica que fascina a Power, a Rice y hasta el propio virrey Bremer. Bremer, seg¨²n confes¨® la titular de Exteriores, "es un est¨ªmulo intelectual". Pero con esas mudanzas y esos est¨ªmulos, no se resuelven los problemas de los empresarios espa?oles que han acudido, como los viejos pioneros del Far West, a recoger la tajada esperada, aunque la situaci¨®n de inseguridad ha dejado en la cuneta de la ambici¨®n hasta a los m¨¢s audaces. Las miserias que prometi¨® la Administraci¨®n Bush, a quienes le hicieron el papel de mamporrero, tambi¨¦n est¨¢n en el aire. En un aire de mudanzas muy explosivo.
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