Guant¨¢namo, al fin
La decisi¨®n del Tribunal Supremo de EE UU de examinar el caso de los "combatientes enemigos ilegales", detenidos desde hace 22 meses en la base de Gu¨¢ntamo, marca un cambio y un hito: sin prejuzgar lo que dictaminar¨¢ antes del pr¨®ximo verano, es la primera vez que el alto tribunal se va a pronunciar sobre una medida de la "guerra contra el terrorismo" de la Administraci¨®n de Bush. Los 660 detenidos de la base de Guant¨¢namo, convertida en un vergonzante escaparate del incumplimiento del derecho internacional por parte de esa Administraci¨®n, se hallaban hasta ahora en un
limbo nada agradable dadas sus malas condiciones de vida, sin juicio ni defensa legal.
Los internos de Guant¨¢namo, detenidos en la guerra de Afganist¨¢n, son prisioneros de guerra a los que se les tendr¨ªa que haber aplicado la Convenci¨®n de Ginebra y sus garant¨ªas. Pero la Administraci¨®n no los considera como tales, y en el colmo del cinismo se?ala, como algunos tribunales en EE UU, que la base que ocupan las fuerzas estadounidenses es territorio cubano, que ninguno de los presos tiene ciudadan¨ªa estadounidense y que, adem¨¢s, han sido capturados en campos de batalla extranjeros. El fallo del Supremo, resultado de la perseverancia de algunos abogados y grupos de defensa de los derechos humanos en nombre de dos reos brit¨¢nicos, dos australianos y doce kuwait¨ªes, servir¨¢ para aclarar si es o no aplicable la jurisdicci¨®n norteamericana.
Un sector de la sociedad de EE UU, especialmente entre los dem¨®cratas, denuncia ahora abiertamente, como hizo el propio Al Gore en su discurso del domingo, un recorte de los derechos civiles en aras de la seguridad que consideran excesivo. Veintid¨®s meses despu¨¦s de su detenci¨®n, los presos de 48 pa¨ªses retenidos en Gunat¨¢namo dif¨ªcilmente pueden representar un problema de seguridad que justifique su permanencia en un limbo enloquecedor.
Entre ellos est¨¢ el espa?ol de origen ceut¨ª Ahmed Abderram¨¢n, cuyos abogados recurrir¨¢n ahora al Supremo de EE UU. Pese a las cr¨ªticas de la ministra Ana Palacio sobre lo que ocurre en Guant¨¢namo, el Gobierno espa?ol ha actuado con excesiva tibieza a la hora de defender los derechos de este ciudadano espa?ol. Ahora que el asunto sube al Supremo, el Gobierno parece salir de su propio limbo.
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