Asier cuenta su secuestro

"Hago una petici¨®n al pueblo vasco y tambi¨¦n al resto de Europa: dejemos de mirarnos el ombligo. A pesar de los problemas que tenemos, hay gente que sufre m¨¢s que nosotros". Esto lo dice Asier Huegun, uno de los siete extranjeros en poder del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) colombiano desde el pasado 12 de septiembre. Huegun, un vasco de 29 a?os, es el protagonista de un v¨ªdeo entregado por el grupo guerrillero a la agencia Reuters como prueba de que sus rehenes siguen con vida.

Con voz segura, el espa?ol agreg¨®: "Quiero hacer una peque?a invitaci¨®n a que se interesen por los problemas, bien sea de Colombia, bien sea de otros pa¨ªses". Con un ch¨¢ndal rojo, larga barba y flaco, el espa?ol secuestrado aparece frente a la bandera roja y negra del ELN.

"Ha sido una experiencia dura; nos ha tocado caminar mucho y hemos pasado fr¨ªo y hambre"

Asier habla en el v¨ªdeo de las penalidades sufridas desde el momento en que fueron capturados cuando paseaban por la Sierra Nevada de Santa Marta, la monta?a al lado del mar m¨¢s alta del mundo.

"Ha sido una experiencia dura; desde el primer d¨ªa nos ha tocado caminar mucho, por sitios que yo no hubiera pensado de Colombia. Hemos pasado fr¨ªo y mucha hambre". Y dej¨® escapar una sonrisa al mostrar una torta hecha de ca?a de az¨²car, alimento que ha conocido durante su cautiverio.

Mark Henderson, brit¨¢nico, otro de los secuestrados, tambi¨¦n aparece en el v¨ªdeo. En medio de un paisaje hermoso de monta?a, pide, con tono un tanto angustiado, que su Gobierno act¨²e para lograr su libertad. "Espero que puedan alcanzar alg¨²n tipo de acuerdo y sacarnos a todos de aqu¨ª" .

Cada d¨ªa que pasa, dijo, "son 24 horas de mi vida". Este productor de televisi¨®n, de 30 a?os, vestido con pantalones vaqueros y camiseta negra, mand¨® un mensaje a sus padres: "Los quiero mucho; espero verlos pronto". Otro joven brit¨¢nico que form¨® parte del grupo inicial de secuestrados logr¨® escapar dos d¨ªas despu¨¦s. Cuando caminaban en medio de un torrencial aguacero, resbal¨®; aprovech¨® la oportunidad para echarse a rodar monta?a abajo y huir de sus captores.

Al lado de Asier y Mark permanece una mujer alemana: Reinhilt Weigel. Ella tambi¨¦n da su testimonio en el v¨ªdeo. Con una gorra militar, muestra el arroz que come todos los d¨ªas.

Luego se la ve montada a caballo y finalmente pide, en alem¨¢n, que una comisi¨®n internacional visite la zona como lo han pedido sus captores. "La gente pasa hambre. Yo lo he experimentado recientemente. Hace fr¨ªo, no hay medicinas, y por eso el ELN est¨¢ luchando para conseguir algunos cambios", afirma.

Los cuatro israel¨ªes que completan el grupo permanecen, como cont¨® un comandante del ELN a Reuters, en un paraje distinto por razones de seguridad. De ellos hay im¨¢genes: con barba, sonrientes, ba?¨¢ndose en un riachuelo, jugando a las cartas, enga?ando las largas horas de cautiverio. El v¨ªdeo muestra a una guerrillera armada, uniformada, con la cara cubierta con un pa?uelo de los dos colores de la bandera de su organizaci¨®n, revisando infecciones generadas por las picaduras de insectos en las piernas de uno de estos j¨®venes.

Jaime Bernal, miembro de la comisi¨®n que busca acercamientos con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional, ve en el v¨ªdeo una se?al de que en un tiempo corto se pondr¨¢ en libertad a los secuestrados. "Ellos [los portavoces del grupo guerrillero] nos han manifestado su voluntad de hacerlo", dijo en declaraciones a este peri¨®dico. No se atreve, sin embargo, a dar fechas. Lo que parece cada vez m¨¢s claro es que la liberaci¨®n se har¨¢ con cuenta gotas y que, si el Gobierno intenta un rescate, ya que los operativos en la zona contin¨²an, los miembros de la guerrilla no dudar¨¢n en disparar a sus rehenes.