Duro y extraordinario
Partiendo de la premisa de que ya hay mucha gente en el mundo viendo la vida de color de rosa, el catal¨¢n Albert Pla vuelve a situarse al borde del abismo con un espect¨¢culo teatral cuyos ingredientes son los valores opuestos a lo que la normalidad y el orden pol¨ªticamente correcto de las cosas encaminan a la masa: sexo, homosexualidad, c¨¢rcel, amor extremo, drogas, sida, muerte...
En un nivel de comunicaci¨®n similar al del dramaturgo franc¨¦s Jean Genet, Pla se mete en la piel de Pepe Sales (1954- 1994), pintor, poeta y compositor que dej¨® al morir un conjunto de unas cincuenta canciones y poemas propios que pr¨¢cticamente nadie, aparte de su familia, conoc¨ªa. Son esas mismas canciones, que forman parte del ¨²ltimo doble ced¨¦ de Pla, Can?ons d'amor i droga, las que proporcionan el sustento al espect¨¢culo, de escenario pobre con esquematizados elementos y cuya acci¨®n se remite a la interpretaci¨®n por parte de Pla del disco.
Albert Pla
Albert Pla y Judit Farr¨¦s (actores y m¨²sicos). Teatro Alfil. Madrid, del 12 al 30 de noviembre de 2003.
Eso s¨ª, con la inestimable colaboraci¨®n de la actriz, m¨²sica y dj Judit Farr¨¦, que complementa al cantante y protagonista de un modo francamente peculiar: permanece la hora y diez minutos que dura el espect¨¢culo en escena totalmente desnuda, sin que en ning¨²n momento la sensaci¨®n de incomodidad se apodere de ella o del p¨²blico. No s¨®lo hace eso, que ya es mucho, sino que adem¨¢s canta, recita, maneja con soltura los platos y toca el clarinete. Todo un portento.
Pla y Judit reencarnan ese universo cantado de Sales y con ¨¦l toman un camino alternativo a la vida de la mayor¨ªa; un camino andado con pasi¨®n y sin miedo en direcci¨®n a un final no precisamente feliz. Destacan los momentos en que Sales / Pla proclama en una canci¨®n su amor por el futbolista Koeman o su otro amor por un camello; cuando se hinca de rodillas ante una cruz luminosa en rojo y verde para cantarle al San Cristo de las farmacias; cuando se mofa de la importancia que se dan los madrile?os, siempre grupo compuesto por gentes que proceden de todos lados.
Especialmente ¨¢lgido es el momento en el que Pla representa con toda su crudeza la relaci¨®n entre Sales y la hero¨ªna, momento que no conviene revelar del todo para no chafar a quienes deseen ver el espect¨¢culo y tambi¨¦n, por qu¨¦ no, para no darle pistas al enemigo.
Pero, en este incre¨ªble ejercicio esc¨¦nico de arrancarse la piel a tiras para dejar la m¨¢s amarga de las verdades a la luz, Pla alcanza el cl¨ªmax emocional en los ¨²ltimos momentos de esta obra concierto. Cuando Sales se enfrenta con la muerte con el ¨²nico consuelo de su propia madre sujet¨¢ndole en brazos: tal y como naci¨®. En este instante alguna l¨¢grima pugn¨® por brotar en el patio de butacas, lleno hasta el ¨²ltimo asiento el d¨ªa de su estreno en Madrid.
Todo menos risa
Felicidades a Pla, que por fin escapa del personaje pamplinesco que cre¨® y que hace re¨ªr a quienes a¨²n no se han dado cuenta de que Albert Pla produce de todo menos risa. Adem¨¢s, se muestra como lo que es: un actor, animal de escenario, con un plus de talento para expresarse musicalmente.
Felicidades a la se?orita Farr¨¦s, porque mejor partenaire no se hubiese podido encontrar para dar la r¨¦plica esc¨¦nica a Pla, y felicidades tambi¨¦n al director, Alex Rigola, por ayudar a concebir un espect¨¢culo tan duro como extraordinario.
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