Despu¨¦s de Bolivia llega el ALCA
El presidente de Chile, Ricardo Lagos, dijo en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) que el problema es que se habla mucho de pobreza y exclusi¨®n, pero luego no se hace nada. Es cierto, pero hasta hace poco tampoco se mencionaban la pobreza o la desigualdad entre los problemas centrales sino que s¨®lo se discut¨ªa de privatizaciones, equilibrios presupuestarios, desrregulaciones, etc¨¦tera. Ha cambiado el ¨¦nfasis de los mensajes de la pol¨ªtica econ¨®mica tambi¨¦n en Am¨¦rica Latina ?Por qu¨¦? Porque el diagn¨®stico de la situaci¨®n no puede ser m¨¢s lamentable despu¨¦s de una d¨¦cada de Consenso de Washington: la regi¨®n cuenta con 209 millones de personas (un 42,2% de la poblaci¨®n) cuyos ingresos se sit¨²an por debajo de la l¨ªnea de la pobreza; todos los pa¨ªses de la zona son m¨¢s desiguales que el promedio mundial y 16 de un total de 18 pa¨ªses pueden ser calificados de sumamente desiguales; en 15 casos m¨¢s del 25% de la poblaci¨®n vive bajo la l¨ªnea de la pobreza, y en siete de ellos la proporci¨®n de pobres supera el 50%.
En la Declaraci¨®n de Santa Cruz se dice textualmente: "Reconocemos que las reformas econ¨®micas estructurales llevadas a cabo con tanto sacrificio por nuestros pueblos y nuestros Gobiernos en muchos casos no han producido resultados suficientes sobre la disminuci¨®n de las desigualdades y la exclusi¨®n social, e incluso en algunos casos han significado un retroceso o profundizaci¨®n de estos fen¨®menos". Bajo ese lenguaje diplom¨¢tico se concentra todo el fracaso de las pol¨ªticas neoliberales y la necesidad de introducir reformas de segunda generaci
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n, basadas mucho m¨¢s en el crecimiento con equidad que en la continua desrregulaci¨®n por motivos ideol¨®gicos. La cumbre de Santa Cruz se ha unido al esp¨ªritu del Consenso de Buenos Aires, firmado hace algunas semanas por Lula y Kirchner, por el que ambos pa¨ªses tendr¨¢n una voz com¨²n e ir¨¢n juntos a las negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio para las Am¨¦ricas (ALCA) y practicar¨¢n una pol¨ªtica econ¨®mica basada en el crecimiento, una distribuci¨®n m¨¢s equitativa, el pago de las obligaciones a los acreedores (la deuda externa de la regi¨®n supera los 800.000 millones de d¨®lares) pero no a costa de poner en peligro el desarrollo, la b¨²squeda de pol¨ªticas aut¨®nomas sin necesidad de la autorizaci¨®n de los pa¨ªses centrales, etc¨¦tera.
Ahora llega la cita del ALCA. Esta semana se reunir¨¢n los pa¨ªses latinoamericanos con EEUU en Miami para activar un acuerdo de libre comercio que convertir¨ªa a la regi¨®n (excepto la Cuba de Castro) en la zona de libre comercio m¨¢s grande del mundo, en el a?o 2005: desde Alaska a Tierra de Fuego. El ALCA fue una iniciativa de Clinton, de la primera mitad de los a?os noventa.
A la cita de Miami van a llegar los pa¨ªses latinoamericanos con las nuevas prioridades en materia de pol¨ªtica econ¨®mica, y se van a encontrar con unos EEUU que tienen al mismo tiempo un discurso librecambista y una pr¨¢ctica proteccionista, que lesiona los intereses de los primeros. La Administraci¨®n Bush acaba de ser condenada en la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) por establecer aranceles a las importaciones de comercio; lo mismo sucede con la madera. Las subvenciones a los agricultores -yendo a parar la mayor¨ªa de los subsidios a los agricultores con las rentas m¨¢s altas- han crecido con el Gobierno republicano. ?ste aconseja a otros pa¨ªses reducir su gastos p¨²blicos mientras incrementa su d¨¦ficit presupuestario; mantiene un gran d¨¦ficit comercial mientras predica en tierra ajena sobre las virtudes derivadas de la contenci¨®n del d¨¦ficit. Como dice Stiglitz, para EEUU es comprensible que un rico pretenda vivir por encima de sus medios; lo imperdonable es que un pobre se proponga lo mismo. En casa, Bush defiende acaloradamente la necesidad de que el Gobierno federal vigile tanto el crecimiento y el paro, como la inflaci¨®n, pero para los dem¨¢s exhorta a centrarse exclusivamente en el control de los precios.
Estados Unidos, a trav¨¦s de su dominio en los organismos multilaterales recomienda "recorte aquel presupuesto, suprima ese arancel, privatice este servicio", mientras sus gobernantes hacen lo contrario. Malas reglas para el ALCA.
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