El sue?o de Cenicienta
Letonia, clasificada para Portugal, celebra el mayor ¨¦xito de su modesta selecci¨®n
Las cr¨®nicas locales hablaban ayer de miles de personas invadiendo con aire festivo las calles de Riga al grito de "?Adelante Letonia!". La capital del pa¨ªs celebraba con jolgorio la clasificaci¨®n de su equipo nacional de f¨²tbol para la Eurocopa de Portugal: el mayor ¨¦xito deportivo del pa¨ªs b¨¢ltico desde que se desligara de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica en el verano de 1991. No es Letonia un pa¨ªs poco acostumbrado a los laureles, como demuestran las 63 medallas ol¨ªmpicas conquistadas por deportistas de ese origen, pero jam¨¢s los grandes triunfos hab¨ªan llegado de la mano del f¨²tbol. Los h¨¦roes m¨¢s recientes del deporte let¨®n son gente como Valdis Valters, base de la selecci¨®n sovi¨¦tica de baloncesto en los a?os 80, los ciclistas Romans Vainsteins, campe¨®n del mundo en 2000, y Piotr Ugrumov, e incluso Arturs Irbe, portero de los Caroline Hurricanes de la liga norteamericana de hockey sobre hielo. Disciplinas con mayor tradici¨®n en Letonia que el f¨²tbol, cuya selecci¨®n nacional nunca hab¨ªa logrado clasificarse para una gran cita.
Ahora lo ha conseguido tras dar la sorpresa ante la declinante Turqu¨ªa en la repesca, de la mano de un grupo de jugadores casi an¨®nimos en el mercado internacional y de un t¨¦cnico, Aleksanders Starkovs, poseedor de dos licenciaturas universitarias, que sustituy¨® al ingl¨¦s Gary Johnson al frente de la selecci¨®n en 2001. Hasta hace muy poco el entrenador, prol¨ªfico delantero del modesto Daugava Riga en los a?os 80, era duramente criticado por su tendencia a los esquemas ultradefensivos y ahora es el nuevo h¨¦roe. Starkovs compagina su cargo de seleccionador con el de t¨¦cnico del Skonto Riga, el club que ha ganado las once ¨²ltimas Ligas locales y que funciona casi como una selecci¨®n en miniatura. Pocos jugadores prueban suerte en el exterior, ya sea en la liga rusa o en equipos de poco calado de la Premiership, como el caso de Pahars, en el Southampton. El Skonto es el mismo club y Starkovs el mismo t¨¦cnico que estuvieron cerca de eliminar al Barcelona en la fase previa de la Liga de Campeones en el verano del 97, cuando Nu?ez se vio forzado a dar un golpe de efecto con el fichaje de Rivaldo. Ahora sus jugadores forman la base de la actual selecci¨®n letona: un grupo fusionado bajo el esp¨ªritu de un f¨²tbol de corte f¨ªsico, muy ordenado a la hora de cumplir las obligaciones defensivas, con cierto aseo en el manejo del bal¨®n, y poco dado a las aventuras en ataque, m¨¢s all¨¢ de las acciones del potente, list¨ªsimo y peque?o delantero Verpakovskis.
El viaje a Portugal es un gran ¨¦xito para un pa¨ªs que apenas cuenta con 3.000 jugadores federados entre sus casi dos millones y medio de habitantes. La gloria para un pa¨ªs en el que el f¨²tbol tambi¨¦n se ha convertido en un factor de integraci¨®n, con la mitad de la poblaci¨®n de origen let¨®n, y la otra mitad de origen ruso y otras nacionalidades, tal y como sucede en el seno de la propia selecci¨®n de Starkovs, que acudir¨¢ a Portugal con el aire despreocupado que caracteriza a los que saben que no tienen nada que perder porque ya han hecho historia.
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