R¨ªos de oro

Si ya el t¨ªtulo original de este ¨²ltimo libro del conocido hispanista ingl¨¦s Hugh Thomas era opaco (Rivers of gold, "r¨ªos de oro"), el adoptado por sus editores espa?oles es cuando menos enga?oso, ya que el verdadero contenido de la obra s¨®lo empieza a revelarse a partir de las palabras preliminares del propio autor: "Este libro trata de las haza?as de las dos primeras generaciones de exploradores, colonizadores, gobernadores y misioneros que abrieron el camino al enorme imperio americano de Espa?a". Y al final el lector comprende que lo que se le ha ofrecido es esencialmente una historia narrativa de las andanzas de Crist¨®bal Col¨®n y de los comienzos de la instalaci¨®n hispana en las Antillas, Tierra Firme y Nueva Espa?a. Es decir, el Imperio espa?ol queda reducido espacialmente al continente americano (sin menci¨®n de Europa, ?frica o el Pac¨ªfico) y cronol¨®gicamente a treinta a?os, los que van de 1492 a 1522, con exclusi¨®n, entre otras cosas, de todo el proceso de incorporaci¨®n de Am¨¦rica del Sur.

Una vez despejada la inc¨®gnita inicial, hay que decir a rengl¨®n seguido que la narraci¨®n de los hechos se beneficia de la maestr¨ªa de quien ya nos ha entregado dos libros de divulgaci¨®n tan espl¨¦ndidos como La conquista de M¨¦xico, una obra bella y apasionante, y La trata de esclavos, una rigurosa s¨ªntesis del tr¨¢fico negrero de los tiempos modernos. As¨ª, las cualidades literarias que apreciamos en aquellos se reflejan aqu¨ª en una prosa tersa y de gran poder de evocaci¨®n, en la sensibilidad para elegir el detalle atractivo o en el sugerente epigrafiado de los cap¨ªtulos combinando los t¨ªtulos tomados de los propios documentos ("os concedemos las islas y los territorios descubiertos") con los extra¨ªdos de la poes¨ªa ("de los ¨¢lamos vengo, madre"). Otra parte del encanto del libro proviene del conocimiento y frecuentaci¨®n de las fuentes, que dotan al texto de un raro aire de proximidad y de autenticidad, una sensaci¨®n de vida a la que contribuyen las visitas giradas por el autor a los lugares donde se desarrolla la acci¨®n: a Madrigal de las Altas Torres y Sos del Rey Cat¨®lico para presenciar el natalicio de Isabel y de Fernando, a Santiago de Cuba para asistir a las tertulias de Diego Vel¨¢zquez, a Rep¨²blica Dominicana para entrar en la casa donde viviera Juan Ponce de Le¨®n, al monasterio de La R¨¢bida que acogi¨® al almirante y a Sevilla, la "Nueva Roma" donde concluye el relato.

Son ¨¦stas las virtudes que animan una historia cuyos distintos cap¨ªtulos son suficientemente conocidos. Casi un tercio de la obra se dedica a Crist¨®bal Col¨®n y casi otro tercio m¨¢s a los sucesivos gobiernos de Nicol¨¢s de Ovando y Diego Col¨®n en La Espa?ola. El espacio restante se reparte entre la empresa de Vasco N¨²?ez de Balboa en Tierra Firme, la actuaci¨®n de Cisneros, la semblanza de Carlos V, la conquista de M¨¦xico y la primera vuelta al mundo. El tratamiento de tales tem¨¢ticas hacen aflorar naturalmente otras tantas cuestiones debatidas una y otra vez por los historiadores, muchas de ellas en tiempos muy pr¨®ximos debido a las recientes conmemoraciones del quinto centenario del descubrimiento de Am¨¦rica y del nacimiento del emperador. Se suscitan as¨ª las discusiones sobre las fuentes de informaci¨®n del almirante, sobre los aciertos y los errores de su gobierno en Santo Domingo, sobre el destino de sus restos mortales, sobre el papel de Bobadilla y Ovando en las Antillas, sobre las posiciones del cardenal Cisneros y de Carlos V con respecto al mundo americano, sobre la actuaci¨®n de Pedrarias D¨¢vila (cap¨ªtulo 25: "Un hombre dado a los peores excesos"), sobre el desarrollo de la conquista de M¨¦xico (para lo que ha bastado resumir el extenso libro anterior), sobre el significado de la expedici¨®n de Magallanes y Elcano para la historia universal. En definitiva, una serie de sugestivas materias presentadas con pocas novedades pero con galanura literaria y sabidur¨ªa narrativa.