Emotivo adi¨®s para Ortega Cano

Ortega Cano se despidi¨® ayer del toreo en activo. Colg¨® definitivamente el traje de luces despu¨¦s de una emotiva actuaci¨®n en la plaza en la que debut¨® como novillero el 9 de septiembre de 1973. La corrida de toros era ben¨¦fica, la causa de la misma noble y de alabar, en favor de la Fundaci¨®n Alzheimer Espa?a. Le acompa?¨® en el gesto el joven rejoneador Sergio Gal¨¢n, que deleit¨® a los presentes con un toreo a caballo pleno de sabor y vibraci¨®n. La cumbre la alcanz¨® Gal¨¢n en la monta de un precioso caballo mulato que hizo gozar a la plaza por su donaire y entrega. Sobre todo en un primer encuentro hacia los adentros, al estribo, en el que el coraz¨®n de la gente lati¨® de entusiasmo.

Ortega Cano en su primero ejerci¨® muy bien las labores de cuidar a un noble y demasiado blando burel, al que le dio muletazos de tanteo por alto sin poder obligar nada de nada. En su segundo, mansito y reserv¨®n, no se confi¨® a penas, y abrevi¨® despu¨¦s de unos muletazos de disimulo. En el tercero, Ortega lance¨® de salida con buen gusto y remat¨® a base de dos medias ver¨®nica bien dichas. El trasteo de muleta fue irregular, pero hubo muletazos de cierto empate. Se entreg¨® en la suerte suprema y sali¨® prendido por la taleguilla, que le qued¨® rasgada en muestra del honor de entrar a matar por derecho. En el quinto construy¨® una faena que fue a m¨¢s, y que sin embargo estrope¨® con la espada. Se llev¨® dos orejas para su particular recuerdo en los dos ¨²ltimos toros que estoque¨® vistiendo el m¨¢gico traje de luces. En ambos toros hubo detalles de solera, y en alg¨²n momento destap¨®, aunque con avaricia, el tarro de las esencias.