El medicamento en la sociedad actual
Hoy se inicia un nuevo curso de la C¨¢tedra de divulgaci¨®n de la ciencia de la Universitat de Val¨¨ncia y la Fundaci¨®n Ca?ada Blanch sobre los beneficios y riesgos de los medicamentos. La idea de organizarlo parte de la premisa de que los medicamentos ocupan un lugar importante en la sociedad actual y es interesante y necesario informar sobre las consecuencias de su uso.
Seg¨²n la ¨²ltima encuesta nacional de salud, m¨¢s del 50% de la poblaci¨®n espa?ola utiliza todos los d¨ªas alg¨²n medicamento. Esto se puede deber a que, en general, se identifica medicamentos con salud y casi todas las personas que padecen alguna enfermedad esperan encontrar en ellos la soluci¨®n. La terap¨¦utica farmacol¨®gica ha contribuido de forma notable a mejorar la salud de la poblaci¨®n, enfermedades que hace poco eran incurables hoy tienen tratamiento, la mortalidad por c¨¢ncer o por infarto de miocardio se ha reducido gracias a los medicamentos, las vacunas han hecho disminuir la incidencia de enfermedades infantiles y la mortalidad ligada a ellas. Pero considerar s¨®lo los efectos beneficiosos de los medicamentos es tener una visi¨®n parcial de la cuesti¨®n.
Si una sustancia modifica el curso de una enfermedad es porque es capaz de influir sobre alguna funci¨®n biol¨®gica del paciente y como consecuencia puede producir tambi¨¦n efectos nocivos que conocemos como reacciones adversas. No existen f¨¢rmacos carentes de ¨¦stas, todos pueden producir efectos beneficiosos y adversos, la cuesti¨®n est¨¢ en determinar cu¨¢les predominan y sobre todo, en valorar qu¨¦ grado de riesgo se puede aceptar como consecuencia de su uso. Antes de utilizar un medicamento es necesario establecer el balance entre los beneficios y los riesgos que se esperan de ¨¦l. Esta valoraci¨®n se inicia en la investigaci¨®n previa a la comercializaci¨®n del medicamento, pero debe continuar a lo largo de toda su vida. Antes de prescribir un f¨¢rmaco el m¨¦dico debe hacerla e incluso el paciente, adecuadamente informado, debe analizar tambi¨¦n la relaci¨®n entre el beneficio y el riesgo antes de tomar el medicamento, especialmente si lo hace sin consejo profesional previo.
Seg¨²n la encuesta nacional de salud de 2001, practican la automedicaci¨®n uno de cada cuatro pacientes. Algunos medicamentos, dirigidos al tratamiento de procesos banales, pueden ser dispensados en la farmacia sin necesidad de receta y su uso como automedicaci¨®n es correcto si se hace con informaci¨®n adecuada y aceptando que pueden aparecer reacciones adversas. Lamentablemente, a veces, la automedicaci¨®n se hace con especialidades farmac¨¦uticas que necesitan receta lo que supone una conducta peligrosa que debe evitarse.
El riesgo que se puede asumir por del uso de medicamentos depende de la gravedad de la enfermedad a tratar, a mayor gravedad mayor ser¨¢ el riesgo aceptable. Pocas personas estar¨¢n dispuestas a sufrir una anemia producida por un f¨¢rmaco para el tratamiento de una infecci¨®n leve, pero casi nadie duda que la anemia es un mal menor cuando se trata la infecci¨®n por el virus VIH o el c¨¢ncer.
La facilidad para obtener medicamentos en nuestro medio y la baja frecuencia con que ¨¦stos presentan reacciones adversas nos han hecho considerarlos como un aut¨¦ntico bien de consumo, pero debemos ser conscientes de que el riesgo cero no existe ni siquiera en el consumo de medicamentos. Adem¨¢s olvidamos que para m¨¢s del 80% de la poblaci¨®n mundial son un bien escaso y que buena parte de la mortalidad en los pa¨ªses del tercer mundo se debe no a la falta de medicamentos, sino de agua potable. Este hecho demuestra que la salud de que disfruta el 20% de la poblaci¨®n que vive en pa¨ªses industrializados no est¨¢ s¨®lo ligada al consumo de m¨¢s del 80% de los medicamentos que se fabrican en el mundo, sino a unas buenas condiciones de vida. Es m¨¢s, se da la paradoja de que muchos de los medicamentos que consumimos est¨¢n dirigidos al tratamiento de enfermedades que son consecuencia de un estilo de vida poco saludable. La utilizaci¨®n correcta y responsable de los medicamentos incluye tambi¨¦n la modificaci¨®n de los h¨¢bitos de vida. La obesidad o las enfermedades cardiovasculares no pueden tratarse s¨®lo con f¨¢rmacos.
Los medicamentos son hoy un producto industrial y ello hace que su uso tenga connotaciones econ¨®micas. La mayor parte de la financiaci¨®n de la factura de farmacia es p¨²blica y la reducci¨®n de la misma permitir¨ªa cubrir otras necesidades con parte de los recursos destinados a medicamentos. El uso de medicamentos tiene consecuencias sanitarias pero tambi¨¦n sociales y econ¨®micas, por eso es importante incluirlo en los programas de divulgaci¨®n cient¨ªfica. S¨®lo una sociedad bien informada podr¨¢ hacer uso razonable y responsable de los medicamentos, tarea que concierne a la Administraci¨®n y a los profesionales sanitarios, pero sobre todo a la poblaci¨®n que los usa y financia.
F. J. Morales es profesor de Farmacolog¨ªa y asesor de la C¨¢tedra de Divulgaci¨®n de la Ciencia de la Universitat de Val¨¨ncia
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