"No a la moci¨®n y no al 'plan Ibarretxe"

Lo bautizaron inmediatamente como el pase¨ªllo. Decenas de alcaldes se vieron obligados ayer a desfilar por la mesa presidencial y aclarar ante las televisiones y todos sus compa?eros su posici¨®n respecto a la moci¨®n contra el plan Ibarretxe que present¨® el PP. Todos los socialistas, muchos de los de Izquierda Unida y otros tantos nacionalistas y regionalistas est¨¢n en contra de ese plan. Pero tampoco pod¨ªan aceptar la "utilizaci¨®n" de la Constituci¨®n que, seg¨²n insist¨ªan, estaba haciendo el PP. Por eso la mayor¨ªa de los alcaldes, en vez de votar simplemente "no" a la moci¨®n, a?adieron coletillas como "s¨ª a la Constituci¨®n, no al plan Ibarretxe".

El desfile de alcaldes indignados se suced¨ªa en medio de una evidente tensi¨®n, que en ocasiones lleg¨® a los insultos, con pitidos de una parte y aplausos de la otra. Hasta que subi¨® al estrado Ana Urchuegu¨ªa, alcaldesa de Lasarte, amenazada por ETA, que ha visto morir a su teniente de alcalde a manos de los terroristas. Hubo un silencio, se acerc¨® al micr¨®fono, y con voz firme, dijo: "No a la moci¨®n, no al plan Ibarretxe". Un grupo de alcaldes del PP comenz¨® a pitar y abuchear, como hab¨ªa hecho con todos los que no se limitaban a decir "no". Pero enseguida quedaron silenciados porque todo el auditorio, salvo la zona del PP, se puso en pie para ovacionar a Urchuegu¨ªa, que volv¨ªa a su asiento. "?Y qui¨¦n es esa?", preguntaba sorprendida una joven delegada del PP. "Es una amenazada por ETA. Hay que ver estos socialistas lo que hacen pasar a su gente", le respond¨ªa un compa?ero.

La lent¨ªsima votaci¨®n se convirti¨® r¨¢pidamente en una reivindicaci¨®n del derecho a discrepar del PP. Cada alcalde se inventaba su propia manera de hacerlo. "No a la moci¨®n, no a los que nos metieron en este l¨ªo". "No, pero s¨ª a la Constituci¨®n, como desde hace 25 a?os". "Siempre con la Constituci¨®n, ?no a este teatro!". Otros simplemente gritaban con fuerza un "no" que retumbaba en toda la sala, mientras la bancada popular bramaba: "?Dejad ya de ladrar!". La unidad entre socialistas y nacionalistas llev¨® a un alcalde a gritar en catal¨¢n: "No, ?Viva la Espa?a plural!". Otro trat¨® de increpar al PP: "?Os deber¨ªa dar verg¨¹enza!", pero el terrible abucheo cort¨® en seco su discurso.

Cada alcalde o alcaldesa que votaba "no" y a?ad¨ªa algo o gritaba mucho ten¨ªa que enfrentarse a algunos reproches de la bancada popular cuando bajaba del escenario. La tensi¨®n amenaz¨® en ocasiones con llegar a mayores, porque los ediles del PP estaban indignados con la idea de que todo el mundo utilizara el micr¨®fono para atacarles, aunque fuera indirectamente. Alguno tuvo que actuar de pacificador cuando la situacion se agravaba. Adem¨¢s, aunque s¨®lo fuera en cuesti¨®n de imagen, al PP le perjudic¨® su estrategia de delegar muchos votos en muy poca gente. Porque durante m¨¢s de una hora desfilaron alcaldes de toda Espa?a diciendo "no" a la propuesta del partido del Gobierno, mientras los "s¨ª" eran casi anecd¨®ticos.

Alfonso Alonso y Rita Barber¨¢, alcaldes del PP de Vitoria y Valencia, respectivamente, insist¨ªan en defender que el posible pacto en Catalu?a de los socialistas con Esquerra Republicana les hab¨ªa impedido votar algo con lo que est¨¢n de acuerdo.

Todos los ediles de la izquierda y nacionalistas estaban indignados con el pase¨ªllo. "Desde la prepotencia no se consigue nada. No entramos en el contenido, s¨®lo pretend¨ªan romper la unidad", se quejaba Rosa Aguilar, alcaldesa de C¨®rdoba, de IU, que vot¨® "no" a pesar de que siempre ha sido muy cr¨ªtica con el plan Ibarretxe. Pedro Castro, el alcalde socialista de Getafe, estaba muy enfadado: "Hacerle un examen de patriotismo a Ana Urchuegu¨ªa, que tiene que ir al ayuntamiento con tanqueta, es cruel". Antoni Siurana, de Lleida, ironizaba: el PP ha logrado que Paco V¨¢zquez lidere la Espa?a plural. Eso s¨ª que es incre¨ªble".

Juan Alberto Belloch, alcalde socialista de Zaragoza, preguntaba al PP si ahora tambi¨¦n llamar¨ªa a Urchuegu¨ªa "separatista". La propia alcaldesa de Lasarte confesaba que hab¨ªa pasado "un mal trago", y se quejaba de que el PP llegara a estos extremos por "inter¨¦s partidista".