Sin l¨¢grimas
El Wintercase es otra potente iniciativa de ese nuevo imperio del pop angl¨®filo que se aglutina alrededor del sello barcelon¨¦s Sinnamon. El primer Wintercase despleg¨® sus alas el pasado a?o con un concepto ins¨®lito: el de festival itinerante de invierno. En esta ocasi¨®n, son cinco carteles -cada uno formado por dos grupos brit¨¢nicos y uno espa?ol- que hacen paradas en recintos de Barcelona, Madrid, Valencia y Vitoria. Un rompecabezas log¨ªstico que funciona. La primera caravana cerr¨® su recorrido el s¨¢bado en Madrid. Sobre el escenario desfilaron Astrud, The Veils y Suede.
L¨¢stima que a los grupos nacionales les corresponda abrir; en el caso de Astrud, apenas pudo tocar media hora ante un p¨²blico m¨ªnimo, lo que no impidi¨® que Gen¨ªs estrenara canciones nuevas y demostrara su mordacidad a cuenta del pr¨ªncipe Felipe. Llegaron luego The Veils, unos semidesconocidos cuya presencia estaba m¨¢s o menos justificada por contar con la producci¨®n de Bernard Butler, ex guitarrista de Suede. El principal im¨¢n del cartel era Suede, que hace unos d¨ªas anunciaba su disoluci¨®n. Una separaci¨®n expresada en t¨¦rminos vaporosos que deja la puerta abierta a futuros proyectos conjuntos pero que cargaba de emoci¨®n esta visita.
Wintercase San Miguel 2003
Suede, The Veils, Astrud. La Riviera. Madrid, 22 de noviembre.
Suede tiene una rara posici¨®n en la m¨²sica popular brit¨¢nica. En su inicio representaba una recuperaci¨®n de cierta idea glamourosa del pop, sexualmente ambiguo y arrogantemente guitarrero, a lo Ziggy Stardust. A principios de los noventa, Brett Anderson y compa?¨ªa capturaron la imaginaci¨®n del p¨²blico del Reino Unido pero, ay, r¨¢pidamente fueron destronados por el brit pop, decididamente heterosexual y claramente populista. Ese brusco desalojo del primer plano no ha impedido que Suede desarrolle diez brillantes a?os de trayectoria discogr¨¢fica, que el s¨¢bado resumieron con ardor.
Trucos esc¨¦nicos
Buen conocedor del p¨²blico espa?ol, Anderson se creci¨® ante una Riviera abarrotada. Dec¨ªan que ten¨ªa problemas en las cuerdas vocales pero la ocasi¨®n no permit¨ªa reservar fuerzas. El cantante nos obsequi¨® con todo su cat¨¢logo de trucos esc¨¦nicos; se subi¨® a los monitores, dio espasm¨®dicos pasos de baile. Unas luces eficaces vistieron de intensos colores muchas de sus canciones.
Suede tiene un repertorio inoxidable. Pisando el acelerador, como en Can't get enough o Lazy, es la perfecta banda de glam rock, guitarras rudas y ritmos machacones. Pero cuando Brett se reencarna en David Bowie, caso de Trash, los placeres se multiplican. La voz melodram¨¢tica, las melod¨ªas suntuosas, los estribillos con vocaci¨®n de himnos (New generation) son las se?as de identidad de un grupo que nunca renunci¨® a la luminosidad vital. El del s¨¢bado fue un concierto que lanza al oyente hacia su reciente recopilaci¨®n, Singles. Todav¨ªa hay una oportunidad de disfrutar de la grandeza de Suede: el 3 de diciembre vuelve a Madrid, para participar en la celebraci¨®n del 10? aniversario de la FNAC.
Babelia
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