"La excelencia y el liderazgo internacional son claves para atraer inversiones en ciencia"
Inversi¨®n, capacidad de liderazgo y excelencia. Esta es la receta m¨¢gica que Thomas Hudson (Qu¨¦bec, 1961) propone para edificar un centro de ¨¦xito en un ¨¢rea tan exigente como es la gen¨®mica. Los condimentos son la colaboraci¨®n internacional, los servicios de alta calidad cient¨ªfica y la capacidad de atracci¨®n de la industria y de cient¨ªficos de reputaci¨®n incontestable. La guinda, asegura, es la innovaci¨®n. Desde hace cinco a?os dirige el Centro de Gen¨®mica de Montreal, donde trata de aplicar una receta favorecida por la decidida apuesta del Gobierno canadiense en este ¨¢mbito. Atr¨¢s dej¨® 11 a?os en el prestigioso laboratorio Whitehead del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston, donde particip¨® en la concepci¨®n y primeros desarrollos del Proyecto Genoma Humano. Hudson estuvo recientemente en Barcelona, de la mano de la Fundaci¨®n Genoma Espa?a.
"Hay que identificar el nicho a ocupar, tu mayor fortaleza, y dotar de recursos esa ¨¢rea"
"El concepto mismo de la enfermedad est¨¢ cambiando muy r¨¢pidamente"
Pregunta. Lleva cinco a?os dirigiendo un centro de gen¨®mica. ?C¨®mo lo lleva?
Respuesta. Cuando empec¨¦ en gen¨®mica, en 1990 en Boston, todo estaba pr¨¢cticamente por hacer. Hab¨ªa que acceder a los genes y a la informaci¨®n contenida en el ADN para tratar de entender mejor algunas enfermedades. Pero antes hab¨ªa que desarrollar la tecnolog¨ªa necesaria para ello. Parte de estos objetivos ya se ha cumplido, lo que permite abordar otro tipo de investigaciones. En nuestro centro participamos en grandes proyectos asociados a regulaci¨®n g¨¦nica, mapas de haplotipos para entender la diversidad contenida en el genoma y generando tecnolog¨ªa aplicada. En estos cinco a?os, la principal labor, adem¨¢s, ha consistido en crear una masa cr¨ªtica de investigadores en muy distintas ¨¢reas.
P. Eso suena muy caro.
R. S¨ª, lo es. Nuestro centro requiere una inversi¨®n de 450 millones de d¨®lares, aunque no todos proceden de las arcas del Estado. La industria contribuye activamente, y adem¨¢s prestamos servicios de alta calidad cient¨ªfica a la comunidad. Con ellos ayudamos a sufragar el coste.
P. Ha llovido mucho desde que ingres¨® en el MIT. ?Qu¨¦ recuerda de entonces?
R. Era un escenario muy abierto. Por aquel entonces se conoc¨ªa poco de la secuencia del genoma, y de lo que se trataba era de traducir ideas en realidades. Hab¨ªa que ver todos los genes, todos los cromosomas, sus familias, sus relaciones. En definitiva, construir un nuevo modo de hacer biolog¨ªa.
P. ?Y qu¨¦ esperaba en ese momento?
R. Nuestra visi¨®n entonces era muy na?f, muy simplista. Probablemente porque ven¨ªamos con un modo de ver las cosas muy tradicional. Pronto descubrimos que con ese enfoque tardar¨ªamos centenares de a?os en lograr nuestro prop¨®sito. El cambio de mentalidad vino de la mano de la innovaci¨®n. Innovaci¨®n, desarrollo y tecnolog¨ªa. Se trataba de ganar tiempo al tiempo, de efectuar los procesos cada vez m¨¢s r¨¢pidamente. Y la clave para lograrlo fue traer gente de experiencias muy diversas para pensar de qu¨¦ modo se pod¨ªa conseguir.
P. ?Cree que lo que pens¨® en 1990 se ha cumplido ya?
R. La respuesta es rotundamente no. Hoy todav¨ªa no disponemos de instrumentos para identificar genes y sus funciones, por ejemplo, y entonces cre¨ªmos que los ¨ªbamos a tener r¨¢pidamente. Tambi¨¦n pens¨¢bamos que podr¨ªamos esclarecer el origen gen¨¦tico de muchas enfermedades y apenas empezamos ahora con ello. Es posible que ahora empecemos a ir m¨¢s r¨¢pido, puesto que empieza a estar disponible la tecnolog¨ªa necesaria para ello. Otra cosa es cu¨¢ndo podr¨¢ ser aplicado este conocimiento a la cl¨ªnica.
P. Pero alguna previsi¨®n deben tener.
R. Muchas cosas est¨¢n cambiando muy r¨¢pidamente. Sin ir m¨¢s lejos, el concepto mismo de enfermedad. Por ejemplo, siempre hemos considerado que la diabetes era una enfermedad, pero ahora mismo empiezo a verla como un s¨ªntoma. Y, si esto es as¨ª, hay que empezar a valorar qu¨¦ informaci¨®n es realmente ¨²til para curarla y cu¨¢l para tratar los s¨ªntomas. Para muchos procesos patol¨®gicos como el asma o el lupus, en los que participo directamente, el c¨®digo gen¨¦tico no s¨®lo nos va a informar sobre el origen de la enfermedad, sino que va a se?alar la diana clave para el desarrollo de una nueva terapia.
P. En eso estamos casi como en el principio.
R. El objetivo contin¨²a siendo el mismo, identificar los genes asociados a enfermedades y tratar de curarlas. Y cada vez se est¨¢ un poco m¨¢s cerca: hoy tenemos la secuencia del genoma humano, la del rat¨®n y de otros organismos modelo. Los chips de ADN, en los que estuve trabajando al principio, ya empiezan a ser de uso com¨²n, lo mismo que otras tecnolog¨ªas. A pesar de ello, continuamos estando lejos. Habr¨ªa que identificar los 30.000 genes humanos y compararlos para las distintas enfermedades; adem¨¢s, habr¨ªa que verlos en personas sanas y enfermas.
P. Esto es mucho trabajo y mucho tiempo, ?qu¨¦ ser¨ªa necesario para lograrlo cuanto antes?
R. Fundamentalmente tecnolog¨ªa, aunque tambi¨¦n conceptos, nuevas ideas. Sabemos qu¨¦ queremos, pero todav¨ªa nos faltan muchas herramientas para llegar. De alg¨²n modo, podemos decir casi con exactitud qu¨¦ ocurrir¨¢ el pr¨®ximo a?o, pero no dentro de cinco. Esto es porque hay muchos retos abiertos. Por ejemplo, c¨®mo reaccionan los genes en presencia de compuestos qu¨ªmicos y biol¨®gicos en cada una de las c¨¦lulas, monitorizar exactamente qu¨¦ ocurre en cada enfermedad o comparar grupos de poblaci¨®n. Y, por encima de todo ello, desarrollar nueva tecnolog¨ªa y plataformas y facilitar el acceso a ella a un n¨²mero cada vez mayor de investigadores y centros.
P. ?Genome Qu¨¦bec es una de esas plataformas?
R. ?se es uno de nuestros objetivos. Adem¨¢s de investigar en enfermedades concretas, nuestra intenci¨®n es trabajar en la puesta a punto de tecnolog¨ªas y ponerlas al alcance de la comunidad cient¨ªfica y de la industria. Las empresas tienen que sentirse motivadas a colaborar en este tipo de proyectos. No s¨®lo las empresas. El sector p¨²blico tambi¨¦n deber¨ªa participar, y Canad¨¢, al menos hasta hace poco, no se hab¨ªa decidido por apostar en este sector.
P. ?C¨®mo lo consigui¨®?
R. No fue f¨¢cil ponerlo en marcha. En 1998, cuando empezamos, los pol¨ªticos no sab¨ªan qu¨¦ era el genoma ni qu¨¦ implicaciones ten¨ªa. Uno de mis primeros trabajos consisti¨® en explicar a pol¨ªticos e industriales los beneficios de la gen¨®mica. Tuvimos la suerte de que todas las partes fueron muy receptivas. Finalmente, el Gobierno decidi¨® invertir en la idea.
P. ?Alta calidad es la palabra clave?
R. Es la primera condici¨®n para participar en un proyecto. Cada grupo tiene que tratar de ser el n¨²mero uno. Es obvio que Canad¨¢ no puede ser bueno en todo, pero tiene la obligaci¨®n de intentarlo o de estar en condiciones de aliarse con el mejor. Hay que identificar qu¨¦ nicho ocupar, d¨®nde tienes mayor fortaleza, y luego dotar de recursos esa ¨¢rea. Inversi¨®n, liderazgo internacional y excelencia. ?sas son las palabras clave. Adem¨¢s, atraer personas de alto nivel, promover equipos de primer orden y disponer de dinero para poner en marcha proyectos. Cumpliendo el objetivo de la excelencia, el dinero para funcionar en ciencia acaba llegando.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.