S¨ª dan
Hist¨®ricamente, la doctrina oficial de algunas Iglesias ha perjudicado gravemente la salud de sus consumidores, sean activos o pasivos (ver cap¨ªtulo transfusiones, c¨¦lulas madre...). Cada minuto, 6 adolescentes y j¨®venes contraen el Sida. Cinco millones infectados en un a?o, y van 40. En el 2003 sumaremos tres millones de muertos, la inmensa mayor¨ªa en ?frica, donde los sangomas (brujos) se forran al tiempo que "recetan" a los enfermos violar a una virgen. Pese a los embarazos no deseados y la transmisi¨®n de enfermedades, el Vaticano anatemiza los m¨¦todos anticonceptivos. Seguro que, aunque sea indirectamente, la desinformaci¨®n diseminada por el nacionalcatolicismo tiene que ver con que una cuarta parte de nuestros j¨®venes activos sexualmente no usen condones. Las parroquias de Brasil promocionaron el preservativo durante cierto tiempo, pero el obispo acab¨® aclarando, muy presionado, que las recomendaciones eran "para los no cat¨®licos". Nada humaniza m¨¢s que mamar el drama en casa. Un ejemplo ilustrado: a finales del siglo XVII, la vacuna antivari¨®lica fue acogida en Europa con gran agresividad. Se habl¨® de Lucifer, de los infiernos, de bestialismo... pero cuando el cirujano alicantino Balmis la llev¨® a Am¨¦rica, el obispo de Oaxaca orden¨® conceder indulgencias a quien ayudara a los cient¨ªficos en su labor.
El VIH ya no equivale a una sentencia de muerte. Se le puede mantener a raya con los medios del Primer Mundo (aunque las ONGs denuncian el abandono de presos e inmigrantes). Pero quiz¨¢ el ¨¦xito terap¨¦utico est¨¦ haciendo bajar la guardia en la guerra anticipatoria, que sigue siendo la m¨¢s eficaz pese a los palos en las ruedas que pueden suponer tan absurdas cargas ideol¨®gicas.
No s¨¦ qu¨¦ pensar¨ªa ahora aquel l¨²cido prelado mexicano que avisaba a sus cl¨¦rigos: "Nadie se atreva a decir que sois m¨¦dicos de almas y no de cuerpos; con eso demostrar¨ªais ignorancia y falta de caridad, porque quien pudiendo conservar la vida de otro no lo hace es como un verdadero homicida". El machismo, la codicia, la indeferencia, la ignorancia... matan. El fanatismo, proceda de hechiceros o de cardenales, tambi¨¦n. Deber¨ªa ser declarado crimen contra la Humanidad.
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