Falsas apariencias

En el partido de los equ¨ªvocos y las falsas impresiones, nada fue lo que parec¨ªa. Ni el Valencia ten¨ªa cerrado el encuentro con el 3-0 inicial, ni el Zaragoza estaba tan perdido. Ni el equipo de Rafa Ben¨ªtez era tan superior ni el de Paco Flores tan ingenuo. De modo que Mestalla hubo de contener la respiraci¨®n hasta el final para hallar la salida del laberinto.

Dio su brazo a torcer. Despu¨¦s de varias semanas de infructuosas rotaciones en su equipo, Ben¨ªtez puso en liza lo mejor de lo mejor. Sin reservarse nada para el choque del martes ante la Real Sociedad. Jugaron Aimar, Baraja y Vicente. Y vaya si se not¨®. Se dej¨® el t¨¦cnico de hacer c¨¢lculos sobre los minutos y los segundos que debe descansar cada uno y Mestalla lo agradeci¨®. Pas¨® una noche estupenda, disfrutando de la calidad de los suyos, muchos kil¨®metros por delante de la de sus rivales.

El Zaragoza empez¨® muy gallito, con su gente presionando en el mismo cogote valencianista. Paco Flores lanz¨® a sus chicos al ataque. Claro que ayer hab¨ªa una peque?a, pero sustancial, diferencia. Sobre el campo estaban, respecto a la cita ante el Racing, Jorge L¨®pez, Vicente y Aimar, justo los tres que ayer descerrajaron el partido.

El Zaragoza no estaba rendido. Era la zaga local la que daba ahora muestras de nerviosismo. El juego se deslavaz¨®. El choque parec¨ªa otra vez muerto. Y de nuevo una falsa impresi¨®n. A cada cambio de Ben¨ªtez empeoraba su equipo. Lo contrario que con las sustituciones de Flores. Los diminutos Cani e I?aki encontraron grietas en la zaga local y pusieron el coraz¨®n de Mestalla en un pu?o.