Gertrude Ederle, nadadora
Gertrude Ederle, que muri¨® el pasado domingo a los 98 a?os, fue la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha. Nadando al estilo crawl, recorri¨® el 6 de agosto de 1926 la distancia que separa Francia de Inglaterra en 14 horas y 31 minutos. A sus 19 a?os, Ederle bat¨ªa esa jornada la marca de los cinco hombres que hab¨ªan emprendido similar aventura antes que ella. Habr¨ªan de pasar otros 35 a?os antes de que otra mujer le arrebatara el r¨¦cord femenino.
Pero Ederle siempre se juzg¨® imbatible en la traves¨ªa del Canal de la Mancha. Sus sucesoras lo cruzar¨ªan en menos tiempo, pero tambi¨¦n nadaron una distancia menor. El mar de aquel 6 de agosto -se ech¨® al agua en Cap Gris-Nez con bandera roja-, las fuertes corrientes y la lluvia la alejaron del curso establecido, en torno a los 32 kil¨®metros, vi¨¦ndose forzada a cubrir 56 kil¨®metros para tocar la costa inglesa.
Unas mil personas aguardaban a Ederle en la playa de Kingsdom, al sur de Inglaterra, pero el genuino homenaje se celebr¨® en su ciudad natal, Nueva York. Una muchedumbre en torno a los dos millones inund¨® las calles de Manhattan y el alcalde lleg¨® a comparar la haza?a de la joven con el milagro de Mois¨¦s al separar las aguas del mar Rojo. El entonces presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge, invit¨® a Ederle a la Casa Blanca para honrarla como "la mejor chica americana".
Gertrude Ederle naci¨® en Nueva York el 23 de octubre de 1905. De ni?a, durante un viaje familiar a Alemania, se cay¨® en un lago. Jur¨® que nunca m¨¢s le tendr¨ªan que rescatar del agua. Aprendi¨®, por supuesto, a nadar y, a partir de entonces, se dedic¨® a la nataci¨®n en contra del consejo de los m¨¦dicos. Un sarampi¨®n le hab¨ªa afectado el o¨ªdo y el contacto con el agua la dejar¨ªa sorda d¨¦cadas despu¨¦s.
Mientras, sigui¨® entrenando y cosechando premios. En los a?os veinte, Ederle rompi¨® una serie de r¨¦cords en estilo libre en distancias de entre 100 y 800 metros. Durante cinco a?os, desde 1921 y 1925, mantuvo un total de 29 marcas nacionales y mundiales.
Compiti¨® por su pa¨ªs en los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs de 1924, alz¨¢ndose con la medalla de oro en los 400 metros estilo libre por relevos. A t¨ªtulo individual, se tuvo que conformar con bronce en los 100 y 400 metros. Las cr¨®nicas de la ¨¦poca justifican su "decepcionante" actuaci¨®n en una lesi¨®n de rodilla y en la "fatiga" del desplazamiento de seis horas desde el hotel a la piscina ol¨ªmpica. "Las atletas femeninas de EE UU se alojaban en hoteles apartados del centro de Par¨ªs porque las autoridades estadounidenses no quer¨ªan que se contaminaran con lo que ve¨ªan como la moralidad bohemia de la ciudad", recuerda Richard Severo en el diario The New York Times.
Al a?o siguiente, Ederle vio frustrado su primer intento de cruzar el Canal de la Mancha. Hab¨ªa nadado unos 56 kil¨®metros en 8 horas y 43 minutos, cuando su equipo de apoyo crey¨® que se estaba ahogando. Tocaron su cuerpo y qued¨® inmediatamente descalificada. Fue un error. Estaba descansando. El verano de 1926 demostrar¨ªa finalmente que, seg¨²n ella misma declar¨®, "las mujeres tambi¨¦n pueden cruzar a nado el Canal".
El p¨²blico no olvid¨® su proeza, pero la creciente sordera le afect¨® el ¨¢nimo. Una ca¨ªda, en 1933, con malas consecuencias para la espalda, la alejaron de su deporte favorito y los m¨¦dicos incluso pronosticaron que nunca m¨¢s volver¨ªa a nadar. Pero seis a?os m¨¢s tarde, durante la Feria Mundial de Nueva York, Gertrude Ederle nad¨® el largo de la piscina ante los aplausos de la audiencia. A partir de entonces, ense?¨® nataci¨®n a los ni?os de una escuela de sordos de Nueva York. "No tengo quejas. Estoy contenta y satisfecha. No soy una persona que persigue la luna si tiene a su alcance las estrellas", dijo en una entrevista.
Sin descendientes directos, y con una decena de sobrinos, pas¨® sus ¨²ltimos a?os en una residencia de Nueva Jersey, donde le soprendi¨® la muerte el pasado d¨ªa 30.-
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