Las polillas de Franco

Los conservadores, los no tan discretos copiones de la represi¨®n, la derechona que desova su nauseabunda y patriotera conciencia, en algunos art¨ªculos de la Constituci¨®n, se han alejado por piernas del minimalista acto de reconocimiento a cuantos lucharon y defendieron las libertades, los derechos y la soberan¨ªa del pueblo, que se recoge en la ley fundamental, y hasta la reconciliaci¨®n. No sabiendo muy bien c¨®mo ocultar sus verg¨¹enzas, tiraron de m¨ªsero ingenio y calificaron de "revival de naftalina" lo que muchos hubieran deseado y a¨²n desean "revival del fascio": son de la misma camada vitanda, y comparten temor y odio, por todo cuanto exprese igualdad, solidaridad y diversidad. Pero, ?c¨®mo sepultar tambi¨¦n la memoria en una cuneta?, ?c¨®mo, la juventud, entre rejas?, ?c¨®mo, la democracia real, en el parip¨¦ que se gastan?, ?c¨®mo, la tortura y los campos de concentraci¨®n y casi cuarenta a?os de historia de persecuciones, de tribunales especiales, de fusilamientos arbitrarios y de detenciones en la madrugada, en un olvido cobarde y c¨®mplice? ?Acaso disponen una canonizaci¨®n laica para ese copioso martirologio de cuantos defendieron dignamente los pueblos y las tierras, de la ignominia y la crueldad del fascismo aborigen y del fascismo mercenario, que lo ampar¨® y lo instruy¨®? Es un cap¨ªtulo tan reciente como cruento, y conviene ventilarlo, exponerlo a la luz p¨²blica y cantarle las cuarenta a quienes no tuvieron escr¨²pulos en arrasar la legalidad republicana, y a sus deudos, que se obstinan en arrancar las p¨¢ginas de un almanaque de verdugos y vilezas indelebles. M¨¢s les valiera afrontarlas y condenarlas aun haciendo de emblemas, tripas, para abominar de la semilla del dictador. La memoria es implacable y no vale una huida de octos¨ªlabos, s¨®lo capaz de evidenciar su enmascarado linaje. Sin duda, en 25 a?os de Constituci¨®n y en 28 de parlamentarismo postfranquista, nadie antes ocup¨® con tanta propiedad el Congreso, ni nadie represent¨® la libertad y la democracia con la grandeza de quienes se las pelearon, ech¨¢ndole la vida por delante.