Culebr¨®n en el Bolsh¨®i
El teatro, obligado a readmitir a la bailarina despedida por exceso de peso
Anastasia Volochkova, la bailarina que desafi¨® al Bolsh¨®i, pudo regresar ayer triunfante al legendario teatro, despu¨¦s de que un tribunal moscovita obligara a la compa?¨ªa, de la que hab¨ªa sido expulsada, a reincorporarla.
El teatro no renov¨® el contrato que expir¨® el verano pasado a Volochkova, de 27 a?os, pero us¨® su nombre en los carteles de El lago de los cisnes, que deber¨ªa haberse puesto en escena en septiembre y fue despu¨¦s cancelada. Las autoridades del Bolsh¨®i alegaban tanto el mal car¨¢cter de Volochkova como su peso, que hac¨ªa que los bailarines no pudieran levantarla.
"La estatura y el peso nunca han sido muestras de la grandeza de una bailarina. El ballet no es un arte de kilogramos, es el arte del alma", ha declarado Volochkova, comentando esas acusaciones. Si se utiliza la f¨®rmula que existe en el ballet para saber si la bailarina tiene sobrepeso -a la estatura se le restan 120-, Volochkova, con 168 cent¨ªmetros de altura y un peso que oscila en torno a los cincuenta kilos, estar¨ªa con unos dos de m¨¢s. Pero hubo ¨¦pocas en que la gran Plis¨¦tskaya -167 cent¨ªmetros- tuvo m¨¢s kilos de sobra, seg¨²n publicaciones especializadas.
"El ballet no es un arte de kilogramos, es el arte del alma", dijo la despedida al comentar las acusaciones
Sea como fuere, la bella bailarina de ojos verdes, gracias al conflicto con el Bolsh¨®i y a sus conquistas amorosas, se ha convertido en uno de los personajes m¨¢s citados en los medios de comunicaci¨®n rusos. Tema preferido de la prensa son, en los ¨²ltimos tiempos, sus presuntos amantes, todos de gran fortuna.
La fama de vampiresa la adquiri¨® Volochkova cuando fue artista invitada del Ballet Nacional de Inglaterra hace tres a?os, despu¨¦s de haber sido prima bailarina del Marinski de San Petersburgo. En Londres se convirti¨® en protegida de Anthony Kerman, abogado millonario y patrocinador de las artes, que era vicepresidente de la citada compa?¨ªa brit¨¢nica. Un peri¨®dico ingl¨¦s escribi¨® sobre la relaci¨®n escandalosa de la bella rusa con el abogado, casado y padre de dos hijos. Pero tanto Volochkova como Kerman negaron ser amantes.
De regreso en Rusia, ya en el Bolsh¨®i -al que fue invitada por Vlad¨ªmir Vas¨ªliev para que bailara su nueva versi¨®n de El lago de los cisnes-, los rumores sobre los amor¨ªos de la bailarina con multimillonarios se han sucedido con una velocidad incre¨ªble. Seg¨²n la prensa amarilla, Volochkova habr¨ªa tenido amores con Sergu¨¦i Polonski, presidente de la corporaci¨®n Stroimontazh; con Mija¨ªl Zhivilo, oligarca metal¨²rgico, y con Viacheslav Leibman. A este editor millonario lo conoci¨® siendo el novio de su amiga Xenia, la hija del famoso pol¨ªtico fallecido Anatoli Sobchak, a la que se lo quit¨®. Su ¨²ltima v¨ªctima habr¨ªa sido Suleim¨¢n Ker¨ªmov, diputado y due?o de una petrolera.
A todas las sucias acusaciones sobre sus amores y su falta de profesionalismo, que seg¨²n la bailarina est¨¢n motivadas por la envidia, Volochkova respondi¨®, ya expulsada del Bolsh¨®i, con un espect¨¢culo propio que mostr¨® en diferentes ciudades, incluida Mosc¨², en el Palacio de los Congresos del Kremlin.
El espect¨¢culo pretende ser autobiogr¨¢fico: el core¨®grafo de una famosa compa?¨ªa se fija en la talentosa bailarina principiante y le ofrece el papel principal en El lago de los cisnes, lo que causa la envidia de sus colegas. El teatro se llena de chismes sobre la bailarina, quien trata de no darles importancia. Ella simplemente es feliz con "el regalo del destino", que la ha elevado en la danza. Su interpretaci¨®n en El lago, alabada y aplaudida. M¨¢s tarde ve c¨®mo sus amigos se burlan de sus interpretaciones y la traicionan, pero ella logra romper la jaula de oro en la que estaba encerrada y elevarse a las alturas del arte.
Hoy Volochkova tendr¨¢ su primer d¨ªa de trabajo despu¨¦s de reintegrada en el Bolsh¨®i por orden judicial. "Por la ma?ana tengo clases, y por la tarde, ensayo. Pero no s¨¦ lo que ensayar¨¦, ya que en estos momentos no hay espect¨¢culos en el Bolsh¨®i en los que yo figure", declar¨® ayer Volochkova. "No voy a renunciar. Si quieren que me vuelvan a echar", advirti¨®, defraudando a los que pensaban que la bailarina, una vez obtenida la satisfacci¨®n moral de ganar el juicio, abandonar¨ªa el Bolsh¨®i.
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