Medio siglo sin Django
En una de las mejores pel¨ªculas de Woody Allen de los ¨²ltimos tiempos, el amargado protagonista (un soberbio Sean Penn, guitarrista de jazz) se pasa m¨¢s de la mitad del metraje autocompadeci¨¦ndose por un hecho nada banal: por muy bien que llegue a tocar la guitarra s¨®lo podr¨¢ aspirar a ser el segundo guitarrista del mundo. Una vez m¨¢s, Allen no ha inventado nada, simplemente ha reflejado en la pantalla una realidad, una m¨¢s. Realidad vivida, en este caso, por miles de guitarristas de los ¨²ltimos setenta a?os que por mucho que corrieran siempre alcanzaban la meta como m¨ªnimo en segundo lugar y all¨ª les esperaba sonriente aquel gitano belga, pero parisiense hasta la m¨¦dula, que cada d¨ªa estaba reinventando la guitarra jazz¨ªstica (y, de rebote, muchas otras guitarras): Django Reinhardt.
Hace cincuenta a?os que Django desapareci¨® y todav¨ªa sigue su plaza vacante. Si Woody Allen hiciera la continuaci¨®n de Acordes y desacuerdos y la situara en tiempo presente, Sean Penn seguir¨ªa siendo el segundo guitarrista del mundo.
Jean Baptiste Reinhardt muri¨® el 6 de mayo de 1953 a consecuencia de una hemorragia cerebral cuando regresaba a su casa de Seine-et-Marne tras un tranquilo d¨ªa de pesca. El mundo del jazz no ha querido pasar por alto este medio siglo sin Django y muchas y muy diversas han sido las celebraciones, en especial en Francia donde su ausencia posiblemente se note todav¨ªa m¨¢s, y escasas, por no decir ninguna, en nuestro pa¨ªs. Por suerte nuestro mercado discogr¨¢fico, como m¨ªnimo en cosas de jazz, est¨¢ controlado desde fuera de nuestras fronteras y las reediciones de Django est¨¢n abundando. Reediciones facilitadas, adem¨¢s, por ese hecho legal pero al borde de la moralidad de que, transcurridos los cincuenta a?os preceptivos, todo lo que grab¨® Django Reinhardt es ya de dominio p¨²blico y cualquiera puede editarlo legalmente.
Django Reinhardt naci¨® en enero de 1910 en un carromato de gitanos manouches cerca de la poblaci¨®n belga de Liverchies. Embarcado ya de ni?o en actuaciones callejeras aprendi¨® a tocar de forma autodidacta el viol¨ªn, el banjo y la guitarra, pero en 1928 un incendio en su carromato estuvo a punto de costarle la vida. Django se salv¨® del fuego, pero su mano izquierda se vio muy da?ada perdiendo el movimiento de dos dedos. Cualquiera en su caso hubiera abandonado la guitarra, pero Django se empe?¨® en crear una nueva t¨¦cnica para superar su problema y no s¨®lo lo consigui¨®, sino que cambi¨® de un solo trazo todo el futuro del instrumento.
La innovaci¨®n aportada por Django no se qued¨® en un estilo personal y transparente de tocar la guitarra, en 1934 fundaba un grupo que romper¨ªa todos los esquemas del swing: The Quintet od the Hot Club of France. Una curiosa formaci¨®n de viol¨ªn, contrabajo y tres guitarras, es decir, sin piano, percusi¨®n ni instrumentos de soplo. Una osad¨ªa de sonoridades suaves y acariciantes, siempre danzantes (era importante para el jazz, en aquella ¨¦poca, que fuera danzante) y marcada por el virtuosismo de un guitarrista sorprendente que, adem¨¢s, ten¨ªa inutilizados dos dedos de su mano izquierda.
Nadie pod¨ªa creer, al verle, que aquellas sonoridades embriagadoras y sensuales salieran de aquella guitarra Selmer-Maccaferri (todo un emblema de la m¨²sica de Django, ?qu¨¦ hubiera sido del swing manouche sin el luthier Mario Maccaferri?) tocada de forma tan poco convencional.
Ahora todo ese material de The Quintet od the Hot Club of France y todo el que Django grab¨® con sus amigos americanos (nombres de tanto calado en la historia del jazz como Coleman Hawkins, Duke Ellington, Benny Carter se dejaron seducir por la magia del manouche) puede encontrarse en diversas reediciones que, en su mayor¨ªa, y gracias a los ¨²ltimos adelantos digitales, suenan de forma espectacular.
La m¨¢s recomendable para
introducirse en el universo de Django es, sin duda, R¨¦trospective Django Reinhardt 1934-53 (Saga/Universal); tres ced¨¦s, 58 temas y todas sus obras maestras en una edici¨®n sumamente cuidada. Tambi¨¦n Universal ha ido reeditando diversas recopilaciones m¨¢s conceptuales en su colecci¨®n Jazz in Paris; destaquemos algunas de sus ¨²ltimas grabaciones en Nuits de Saint-Germain-des-Pr¨¦s. Otra lujosa reedici¨®n es Crazy Rhythm (Iris/Harmonia Mundi), pero recoge s¨®lo material grabado en los a?os 1936 y 1937, dejando fuera, por ejemplo, el siempre necesario Nuages sin el que no puede comprenderse el universo del guitarrista.
Los andorranos de Definitive han optado, como es su costumbre, por la integral, y en una cajita de cuatro ced¨¦s han reunido todo lo que Django grab¨® con m¨²sicos americanos, mucho y muy atractivo (Django and his american friends). Tambi¨¦n Fremaux & Associes han atacado la obra de Django a la b¨²squeda de la integral total: ?acaba de aparecer el volumen 15 (siempre dobles ced¨¦s) y todav¨ªa van por 1950!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.