El cohete electoral de la Casa Blanca
Bush proyecta un viaje a la Luna como parte de su campa?a para las elecciones de 2004
A once meses de las elecciones, el equipo del presidente George W. Bush est¨¢ en pleno despliegue para tratar de garantizar la reelecci¨®n. No se va a ahorrar ning¨²n esfuerzo pol¨ªtico o econ¨®mico ni se va a esperar a las convenciones o a los dos ¨²ltimos meses: la campa?a de Bush es un tren que ya est¨¢ en marcha. La dem¨®crata tambi¨¦n, aunque todav¨ªa hay varias locomotoras y menos recursos. Pero Karl Rove, el cerebro pol¨ªtico de la Casa Blanca, ha advertido a su equipo de que no quiere la menor complacencia, porque es consciente de que el pa¨ªs sigue dividido casi al 50%.
Por eso se va a echar mano de todos los recursos, incluido el de intentar dar grandeza a una presidencia forjada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y marcada por la inacabada guerra de Irak. Y en ese intento, la Casa Blanca quiere volver a la Luna.
La econom¨ªa e Irak ser¨¢n determinantes para ser reelegido el pr¨®ximo noviembre
Bush quiere que su huella en la historia no est¨¦ s¨®lo marcada por Sadam o Bin Laden
Desde el pasado agosto, seg¨²n las filtraciones procedentes de dos medios de comunicaci¨®n, un equipo interministerial ha trabajado para poner en pie un nuevo y ambicioso programa de exploraci¨®n lunar y espacial para los pr¨®ximos 25 a?os. Se espera que Bush haga un anuncio solemne el pr¨®ximo 17 de diciembre, en el marco de los actos del centenario de los hermanos Wright, los pioneros de la aviaci¨®n. EE UU no ha vuelto a la Luna desde 1972, y la NASA se encuentra en plena reorganizaci¨®n tras la cat¨¢strofe del transbordador Columbia en febrero de este a?o. Su responsable, Sean O'Keefe, no ha querido confirmar nada, pero ha dicho que 2004 va a ser "un a?o vital" para la NASA.
Los expertos discrepan. Para algunos es una p¨¦rdida de tiempo: "Ya hemos estado all¨ª, ya hemos hecho lo que ten¨ªamos que hacer", declara Robert Park, de la Sociedad de F¨ªsica de EE UU, al diario USAToday. Otros valoran la posibilidad de instalar un telescopio en la Luna, explotar geol¨®gicamente el sat¨¦lite o utilizar la nueva etapa como parte de la exploraci¨®n de Marte. En The New York Times, Buzz Aldrin, el astronauta que pis¨® la Luna por primera vez despu¨¦s de su compa?ero Armstrong, dice: "La tragedia del Columbia, combinada con los ¨¦xitos de China en sus lanzamientos, ponen a la NASA en la encrucijada. El liderazgo de EE UU en el espacio depende de decisiones que deben tomarse ahora. El presidente Bush deber¨ªa entender que el primer paso es tener una audaz y nueva visi¨®n desde arriba".
Tanto Bush como Rove lo entienden perfectamente: no es tanto volver al espacio -que, de por s¨ª, es una decisi¨®n muy importante- como dar a los estadounidenses la sensaci¨®n de que en la Casa Blanca hay un presidente que inspira, que pone en marcha grandes proyectos, que quiere que su huella en la historia no est¨¦ solamente marcada por los rostros de Bin Laden o de Sadam Husein, sino por iniciativas como ¨¦sta -en la que la evocaci¨®n del presidente Kennedy es inevitable y buscada- y otras que se barajan. Entre ellas, Karl Rove estudia la posibilidad de reformar el sistema de pensiones en el mismo sentido que se va a reformar Medicare o la b¨²squeda de un mecanismo que mantenga los recortes de impuestos aplicados en los ¨²ltimos tres a?os.
Todas esto tiene algo en com¨²n: cuesta mucho dinero. Y el Gobierno de Bush, que ha liquidado en tres a?os el super¨¢vit que hered¨® de Clinton, bate r¨¦cords en las proyecciones de d¨¦ficit presupuestario para los pr¨®ximos 10 a?os. Grandes gastos y rebajas de impuestos es lo que el economista Paul Krugman, uno de los cr¨ªticos m¨¢s feroces de la Administraci¨®n, llamaba ayer "Saquear el futuro" en su ¨²ltimo art¨ªculo. Seg¨²n Krugman, este Gobierno "gasta como si el ma?ana no existiera".
Y es as¨ª: el ma?ana no existe. S¨®lo existe el 2 de noviembre de 2004, el d¨ªa de las elecciones. La econom¨ªa e Irak ser¨¢n determinantes, pero en ambas situaciones hay cap¨ªtulos dif¨ªciles de anticipar. Por eso es necesario preparar todo para la batalla. La maquinaria de recaudaci¨®n de dinero de Bush funciona sin descanso hacia el objetivo de los 200 millones de d¨®lares.
Hay que poner toda la carne en el asador, porque aunque Bush remonta hasta el 61% en el ¨²ltimo sondeo de popularidad -despu¨¦s del crecimiento econ¨®mico del tercer trimestre y de la visita sorpresa a Bagdad el D¨ªa de Acci¨®n de Gracias-, la encuesta de The Washington Post y ABC sobre la votaci¨®n del pr¨®ximo a?o indica que el presidente tendr¨ªa el 48% de los votos y cualquiera de sus posibles adversarios dem¨®cratas, el 47%. Demasiado apretado como para no querer la luna.
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