"El hombre es m¨¢s que sus genes"

Pregunta. Su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Exactas, F¨ªsicas y Naturales vers¨® sobre el rostro humano de la ciencia. ?No lo es?

Respuesta. Deber¨ªa serlo, pero no lo es. De hecho hay mucha gente que le tiene miedo al avance de la ciencia. Y no gente inculta, precisamente. Por ejemplo [Joseph] Rotblat, que es un premio Nobel de la Paz, tiene unas invectivas contra los avances cient¨ªficos en la medida que se emplee para la destrucci¨®n de la humanidad. Pienso que la ciencia puede tener un rostro humano, en la medida en la que presta muchos servicios a la humanidad.

P. ?Ciencia y humanismo no son incompatibles?

R. En absoluto. Muchas veces se hace una separaci¨®n un tanto artificial, pero el verdadero cient¨ªfico es siempre humanista. Si de verdad est¨¢ preocupado por los problemas de la humanidad, acaba preocup¨¢ndose por la cultura de las humanidades.

P. Entre el hombre y la mosca s¨®lo hay un 2% de diferencia gen¨¦tica. ?El hombre es muy poca cosa o la mosca es muy importante?

R. El hombre es m¨¢s que sus genes. Efectivamente, hay muy poca diferencia gen¨¦tica. El funcionamiento del organismo humano se basa en una serie de interacciones a nivel molecular -bioqu¨ªmicas, dir¨ªamos- que son comunes en el hombre, en la mosca, en el rat¨®n o en el gusano. Pero el hombre, adem¨¢s de tener un comportamiento biol¨®gico y gen¨¦tico, tiene el humanismo. Tiene ese puesto singular en la biosfera en tanto que es capaz de decidir con libertad su propio destino.

P. ?La secuenciaci¨®n del genoma abre una ventana a la esperanza o una brecha de terror?

R. Est¨¢ abriendo muchas posibilidades, aunque quiz¨¢ no en la l¨ªnea que se dec¨ªa al principio de que iba a eliminar todas las enfermedades. S¨ª que est¨¢ abriendo el paso a la medicina predictiva.

P. Se dijo que era el Santo Grial, pero ?qu¨¦ es en realidad el genoma?

R. Es como si fu¨¦semos capaces de leer y entender el libro de instrucciones de un aparato complicado. Hay 32.000 y pico genes en el hombre, pero conocemos la funci¨®n de muy pocos de ellos.

P. Tras el genoma, ?el desaf¨ªo es saber c¨®mo funciona el cerebro?

R. Antes lo es el proteoma, las prote¨ªnas que hay en una c¨¦lula, que son los productos finales de los genes y las piezas imprescindibles de la maquinaria de las c¨¦lulas.

P. Usted es miembro del Opus Dei. Cuando un cient¨ªfico se pone el mono de faena ?debe olvidarse de sus creencias personales?

R. Una persona no se olvida de sus creencias. No puede uno tener dos o tres caretas, pero el hecho de que yo pertenezca al Opus Dei no influye en mi manera de ver la ciencia, que la veo a trav¨¦s del laboratorio, la experimentaci¨®n y el estudio. Tambi¨¦n soy del Numancia, porque mis abuelos son de Soria, y eso no influye para que vea la ciencia de otra manera.

P. Cuanto m¨¢s nos acercamos al conocimiento cient¨ªfico ?no nos alejamos m¨¢s de Dios?

R. Hay personas que se pueden alejar y otras que se pueden acercar. La postura que uno adopte ante un problema cient¨ªfico no compromete existencialmente; la que adopte ante un problema de ¨ªndole religiosa, s¨ª. El teorema de Pit¨¢gonas es una verdad geom¨¦trica que no a?ade nada a mi modo de ver la vida. Pero que yo crea en Dios o no, s¨ª que me compromete: no puedo comportarme con mis semejantes del mismo modo.

P. ?Dios es una actitud, un compromiso deontol¨®gico...? ?C¨®mo lo definir¨ªa un cient¨ªfico solvente y creyente?

R. Es un ser personal.