El v¨ªa crucis de Tony Blair
El primer ministro brit¨¢nico suma una crisis por la reforma universitaria a su p¨¦rdida de prestigio por la guerra de Irak
Tony Blair vive un v¨ªa crucis permanente desde que empez¨® la segunda legislatura del nuevo laborismo, en junio de 2001. El primer ministro brit¨¢nico se arrastra de crisis en crisis perdiendo a su gente de confianza en el Gabinete, apost¨¢ndolo todo a favor de EE UU en la crisis de Irak, enfrent¨¢ndose a su propio partido cada dos por tres en la agenda dom¨¦stica. Esta vez el problema son las tasas universitarias. Y, sin embargo, al mismo tiempo parece llevar al nuevo laborismo a su tercera victoria consecutiva en las urnas.
"Se da la paradoja de que el Gobierno laborista tiene una mayor¨ªa de Gobierno inmensa y altos niveles de apoyo popular, pero en realidad est¨¢ permanentemente a prueba", observa Sunder Katwala, secretario general de la Sociedad Fabiana, un think tank (centro de estudios) centenario afiliado al Partido Laborista pero editorial y org¨¢nicamente independiente. "De alguna manera es al mismo tiempo un Gobierno inusualmente fuerte pero inusualmente d¨¦bil".
La ¨²ltima rebeli¨®n se llama tasas universitarias. Adoptando la misma estrategia que en v¨ªsperas de la guerra de Irak, Blair ha decidido unir su futuro a esa reforma, que considera fundamental para aliviar la crisis financiera que sufren las universidades de Inglaterra sin recurrir al presupuesto p¨²blico. Pero las resistencias son enormes tanto desde la clase media, que se opone a pagar tres veces m¨¢s por lo mismo, como desde la izquierda laborista, que teme que el nuevo sistema, pese a las cautelas, margine de la Universidad a la clase obrera.
De los 171 diputados que hasta el pasado fin de semana hab¨ªan firmado una moci¨®n en los Comunes pidiendo al Gobierno que estudie sistemas alternativos a su reforma, 157 son laboristas. Y de ellos, la mitad aseguran que est¨¢n dispuestos a votar contra Blair, seg¨²n una encuesta del Financial Times. El Gobierno tiene una mayor¨ªa de 161 diputados que podr¨ªa ser insuficiente si entre 80 y 90 laboristas votan en contra.
La votaci¨®n, aplazada hasta enero, puede coincidir con el informe del juez Hutton sobre la muerte del cient¨ªfico David Kelly, una tragedia que sintetiz¨® todas las tensiones por la guerra de Irak. "No creo que el informe Hutton vaya a ser un gran problema para el primer ministro", vaticinaba recientemente el director del diario The Times, Robert Thomson, en un almuerzo con la prensa extranjera. Sin embargo, Thomson fue menos tajante al referirse a la reforma universitaria. "El resultado de ese voto puede determinar la duraci¨®n de su liderazgo", advirti¨®. ?se puede ser el momento en el que el v¨ªa crucis de Blair pase a ser su calvario.
Paul Kelly, profesor de la London School of Economics y experto en pol¨ªtica brit¨¢nica, estima que el futuro de Blair "depende en gran medida" del informe del juez. "Si Hutton es particularmente cr¨ªtico con Blair, puede hacerle mucho da?o. Y entonces cualquier cosa es posible. Pero no espero que pase eso. Creo que habr¨¢ cr¨ªticas para mucha gente, Blair entre ellos, pero no de manera especial. La culpa va a ir muy repartida".
El profesor Kelly cree que el conflicto de Irak, aunque "no ha sido en Gran Breta?a tan impopular como se cree", est¨¢ en el origen de muchos de los problemas que acechan a Blair porque "ha da?ado su credibilidad personal" y ha hecho calar la idea de que "est¨¢ m¨¢s preocupado por la pol¨ªtica exterior que por la agenda dom¨¦stica". "Ya no se le ve como a alguien invencible y mucha gente se atreve a desafiarle en pol¨ªticas concretas", se?ala. Muchos diputados laboristas "no pod¨ªan derrotar al Gobierno sobre la guerra ni en muchas otras cosas, pero la reforma de las tasas universitarias representa para ellos qu¨¦ camino quiere seguir el Partido Laborista", subraya Paul Kelly.
La dedicaci¨®n de Blair a la pol¨ªtica exterior desde el 11 de septiembre de 2001 ha dejado vac¨ªa la cuenta de resultados del nuevo laborismo en esta legislatura. "Es imposible se?alar nada importante en el segundo mandato laborista, como no sean pol¨ªticas impopulares como las tasas universitarias", deplora Katwala.
El novelista William Boyd cree ver algo m¨ªstico en los problemas de Blair, una consecuencia de su conocida fe religiosa. "He estado con ¨¦l un par de veces y siempre me ha gustado. Pero hay algo extra?o, que creo que tiene que ver con la guerra de Irak. Una especie de celo, de autoconvicci¨®n. ?l cree que si tienes buenas intenciones obtendr¨¢s buenos resultados. Y estoy seguro de que sus intenciones son buenas, pero ya se sabe que no basta con eso".
Las especulaciones sobre el futuro de Tony Blair se han acentuado al trascender sus problemas de salud. Una tarde de domingo Blair tuvo que ingresar en un hospital para tratarse una fuerte arritmia cardiaca y a las pocas semanas los m¨¦dicos fueron a Downing Street, su residencia oficial, porque el primer ministro ten¨ªa un fuerte dolor de est¨®mago. ?Tiene eso importancia pol¨ªtica? "No lo creo", opina Paul Kelly, "pero, si decide dimitir, eso le permitir¨ªa tener una buena excusa".
"El verdadero asunto est¨¢ en si ¨¦l decide retirarse, no en si va a ser depuesto por su propio partido o si va a ser derrotado. Si ciertas cosas no van bien puede decidir que quiere dejar la cima antes de que le echen, como la se?ora Thatcher en el a?o 1990. Entonces puede utilizar los asuntos de salud", agrega.
Oposici¨®n social a la subida de tasas universitarias
Tony Blair quiere que las universidades de Inglaterra tengan m¨¢s dinero, pero que ese dinero lo aporten los propios alumnos cuando ya hayan acabado su formaci¨®n y est¨¦n integrados en el mercado de trabajo. En s¨ªntesis, la reforma consiste en que las universidades, que ahora no pueden cobrar m¨¢s de 1.100 libras anuales (casi 1.600 euros) a cada alumno, puedan subir sus tasas hasta un m¨¢ximo de 3.000 libras por curso (casi 4.300 euros).
Los alumnos no tendr¨¢n que empezar a abonar ese dinero hasta que est¨¦n licenciados y cobrando un salario equivalente al cambio a 21.400 euros anuales, tendr¨¢n cr¨¦ditos blandos para sufragar sus gastos y aquellos cuyas familias tengan ingresos inferiores a 28.500 euros anuales disfrutar¨¢n de ayudas a fondo perdido.
A juicio de Wendy Piatt, especialista en educaci¨®n del IPPR, un think tank pr¨®ximo al nuevo laborismo, "es la manera m¨¢s eficiente y justa de intentar afrontar el problema". Piatt asegura que la derecha y las clases medias se oponen a la reforma "simplemente porque no quieren pagar m¨¢s" y que "desde la izquierda existe sobre todo el temor de que los estudiantes de clase trabajadora se queden fuera de la Universidad". "Pero sabemos por nuestra experiencia que la raz¨®n principal por la que esos estudiantes no van a la Universidad no es una cuesti¨®n de dinero, sino de preparaci¨®n", asegura.
Muchos no lo ven as¨ª. Un estudio entre 1.250 estudiantes en Inglaterra y Gales realizado por la profesora Claire Callender, de la London South Bank University, concluye que la reforma "acentuar¨¢ el elitismo en la educaci¨®n superior", reforzando la diferencia entre clases sociales y nivel de preparaci¨®n en el acceso a la ense?anza universitaria. "Existe el peligro de que la educaci¨®n superior sea m¨¢s social y ¨¦tnicamente diferenciada y m¨¢s polarizada que nunca hasta ahora", dice.
El debate sobre las tasas universitarias "me parece muy insular, sin mirar qu¨¦ hacen en otros pa¨ªses", opina, por su parte, Sunder Katwala. "No parece muy socialista o muy progresista defender que la gente que no va a la Universidad pague a trav¨¦s de la fiscalidad general por la gente que va. Es algo mal llevado pol¨ªticamente, que no se ha explicado bien. Es curioso que la izquierda del laborismo exija que la educaci¨®n tenga que ser gratuita cuando en realidad son los votantes de las clases medias los que rechazan la propuesta porque cree que va en contra de sus intereses".
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