Las nubes no respetan fronteras
El cantante brasile?o afincado en Madrid Leo Minax, "ap¨¢trida involuntario", seg¨²n confes¨®, tradujo a su idioma y le puso m¨²sica a un poema del extreme?o Pablo Guerrero. Ven¨ªa a decir que las nubes, al igual que el viento o los p¨¢jaros, van por la tierra y la vida sin fijarse en las fronteras. Que no paran nunca, no saben de idiomas y cantan con la ¨²nica m¨²sica que saben.
La cita serv¨ªa de contundente comparaci¨®n para describir lo que se estaba viviendo en la sala Galileo la noche del pasado martes en un concierto para reflexionar sobre las migraciones de la humanidad, "que han generado y generan", seg¨²n present¨® Pedro Guerra, "todo tipo de reacciones, algunas hostiles, otras amables".
Fundaci¨®n Contam¨ªname
Pedro Guerra, Adri¨¢n Sepiurca, Fernanda Cabral, Leo Minax, Marina Rossell, Rogelio Botanz y Agust¨ªn Jim¨¦nez. Galileo Galilei. Madrid, 9 de diciembre.
El racimo de artistas que participaban confirmaba que, partiendo de or¨ªgenes personales y musicales distintos, se pueden conciliar posturas que abundan en el respeto a la diversidad.
S¨®lo con la guitarra, el canario Pedro Guerra, mentor de la movida a trav¨¦s de su Fundaci¨®n Contam¨ªname, que ha editado la gu¨ªa en CD con cuentos y canciones Gente que mueve su casa: una teor¨ªa sobre la migraci¨®n, adquirible s¨®lo a trav¨¦s de la web www.contaminame.org, abri¨® el concierto con Extranjeros, y comparti¨® Doris, incluida en el disco, con el argentino Adrian Sepiurca.
Le sucedi¨® la c¨¢lida voz de la brasile?a Fernanda Cabral, que dio paso a su compatriota Leo Minax. Era todo un b¨¢lsamo, pero el sosiego de las emocionantes canciones disfrutables en voz baja, como susurros, resultaba din¨¢mico en el relevo de los artistas en pista, con inclusi¨®n del divertido monologuista Agust¨ªn Jim¨¦nez.
Recuerdo de Dulce Chac¨®n
Marina Rossell record¨® a Dulce Chac¨®n, con la que hab¨ªa viajado a Bagdad en v¨ªsperas de la ocupaci¨®n aliada, e introdujo a Rogelio Botanz. Todos compart¨ªan un origen distinto al de la ciudad donde cantaban, pero todos se sent¨ªan c¨®modos y en casa.
Un esp¨ªritu al que se refiri¨® de nuevo Guerra al cerrar el concierto: "Hay esperanza, frente a la jodida homogenizaci¨®n, es posible el mundo de la diversidad".
Babelia
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