Los extranjeros se van

La llegada masiva de inmigrantes ha sido el fen¨®meno econ¨®mico y social m¨¢s importante de los ¨²ltimos a?os. En s¨®lo dos a?os han entrado a residir en Espa?a m¨¢s de un mill¨®n y medio de extranjeros. Pero este extraordinario fen¨®meno ha ocultado que hay otros extranjeros -los inversores- que se est¨¢n yendo de Espa?a. Viene mano de obra y se va el capital. Rafael Myro ha descrito en las p¨¢ginas de este peri¨®dico el fen¨®meno de la desinversi¨®n del capital extranjero en Espa?a en los ¨²ltimos a?os y, con las cautelas que establece, parece evidente que de 1998 a 2002 se ha registrado una inversi¨®n directa extranjera neta negativa. Si el espectacular aumento de la inmigraci¨®n es a la vez causa y efecto del favorable presente que est¨¢ viviendo Espa?a, la ca¨ªda de la inversi¨®n extranjera directa puede ser tanto un efecto de la p¨¦rdida de competitividad como la causa del deterioro de la productividad de nuestra econom¨ªa en el futuro.

El principal problema econ¨®mico que tenemos los espa?oles es el de restablecer nuestra competitividad perdida. Hasta ahora las p¨¦rdidas de competitividad las resolv¨ªamos devaluando la peseta, con lo que inmediatamente nuestras empresas ganaban competitividad y los espa?oles se ajustaban el cintur¨®n ante la subida de precios extranjeros. Ahora ya no podemos devaluar, y la ¨²nica posibilidad que tenemos de mejorar nuestra competitividad es aumentar la productividad. Pero el aumento de productividad no s¨®lo proviene del aumento del capital por persona ocupada (incluido el capital humano), sino del avance en el desarrollo tecnol¨®gico, y para esto es esencial la inversi¨®n extranjera directa.

La inversi¨®n extranjera directa -la que se establece en nuestro pa¨ªs- ha sido un factor clave de nuestro crecimiento en los ¨²ltimos cincuenta a?os. Si, por ejemplo, la industria auxiliar del autom¨®vil espa?ola es hoy una de las mejores de Europa, se debe a que los principales fabricantes de autom¨®viles extranjeros invirtieron en Espa?a y, exigiendo una alta calidad a sus proveedores espa?oles, les ayudaron a ser competitivos no s¨®lo para suministrar a las f¨¢bricas establecidas en Espa?a, sino para exportar al resto del mundo. Ahora est¨¢ entrando en Espa?a otro tipo de capital extranjero a trav¨¦s de pr¨¦stamos, de compras de bonos, acciones e inmuebles, pero este tipo de capital extranjero, aunque compensa la ca¨ªda del ahorro de los ¨²ltimos a?os y nos auxilia en la financiaci¨®n de nuestro creciente d¨¦ficit corriente, no sirve para mejorar nuestro nivel tecnol¨®gico como lo hizo la inversi¨®n directa.

Es flagrante el fracaso del Gobierno actual en impulsar la investigaci¨®n y desarrollo en Espa?a. Despu¨¦s de ocho a?os de gobierno popular, Espa?a aparece en todos los informes en la cola de pa¨ªses europeos tanto en avances en I+D como en el progreso de la sociedad de la informaci¨®n, asuntos cruciales para el aumento de la productividad. Pero, sin quitarle responsabilidad al Gobierno, el fracaso se explica tambi¨¦n por las caracter¨ªsticas de la estructura empresarial espa?ola. La asimilaci¨®n de la I+D en Espa?a siempre ser¨¢ lenta y dificil, dado que nuestras empresas, excluidas las que disfrutan de monopolios, son empresas de dimensi¨®n demasiado peque?a para poder avanzar r¨¢pidamente en I+D. Por eso no deber¨ªamos olvidar que, en pa¨ªses como Espa?a, Irlanda o Grecia, la principal fuente de adquisici¨®n de tecnolog¨ªa seguir¨¢ siendo la inversi¨®n extranjera directa.

Los pesimistas pueden pensar que la reciente ca¨ªda de la inversi¨®n directa extranjera es un s¨ªntoma de la p¨¦rdida de competitividad, es el primer plazo que pagamos por una pol¨ªtica que ha mantenido una inflaci¨®n alta y una productividad estancada durante los ¨²ltimos a?os. Ya no ser¨ªa interesante establecerse en Espa?a, y los nuevos proyectos se estar¨ªan yendo a otros pa¨ªses. Pero incluso si as¨ª fuera, no deber¨ªamos contemplar esa huida de los extranjeros como irremediable. El desarrollo espectacular de Irlanda en los ¨²ltimos a?os, que ha pasado de una renta per c¨¢pita inferior a la espa?ola a superar la media europea mientras nosotros s¨®lo hemos avanzado t¨ªmidamente en la convergencia real, se debe en buena parte a los ben¨¦ficos efectos del capital extranjero. El nuevo Gobierno deber¨¢ intentar que Espa?a vuelva a ser un lugar atractivo para invertir y que esos extranjeros -los inversores directos- no se vayan. mfo@inicia.es