Decenas de ecuatorianos hacen cola cada noche ante su consulado para ser atendidos
La falta de personal obliga a la sede diplom¨¢tica a limitar el n¨²mero de citas diarias
Son las once de una noche de perros, fr¨ªa y lluviosa. Mientras la mayor¨ªa de los ciudadanos se apresura a llegar a sus casas, decenas de ecuatorianos se arman de paraguas y sobre todo de paciencia para pasar la noche al raso haciendo cola ante el consulado de su pa¨ªs, en General Oraa, 64 (Salamanca). S¨®lo as¨ª tienen la certeza de que por la ma?ana podr¨¢n renovar su pasaporte o realizar otros tr¨¢mites en esta sede diplom¨¢tica, que, por falta de personal, se ha visto obligada a fijar un cupo de citas diarias. Quien llega tarde se queda sin turno y tiene que volver.
Los primeros participantes de esta involuntaria vigilia llegan antes de las diez. Y poco a poco, a lo largo de la noche, se va incorporando el resto. La mayor¨ªa persigue renovar sus pasaportes caducados. Acuden bien abrigados y algunos de ellos con cartones para sentarse o tumbarse durante la larga espera.
El objetivo es estar en los primeros puestos de la fila cuando, a las nueve de la ma?ana, el personal del consulado reparta tantos n¨²meros como personas podr¨¢ atender en esa jornada. "Cada d¨ªa dan 50 n¨²meros siguiendo el orden de la cola, y el que est¨¢ detr¨¢s ya no entra", explican los inmigrantes que hacen guardia. El c¨®nsul de Ecuador en Espa?a, Jorge Maldonado, replica que a diario atienden "de 300 a 500 personas". "Podemos repartir unos 50 n¨²meros para la renovaci¨®n de pasaportes, pero tambi¨¦n damos otros para tr¨¢mites diferentes", replica, sin especificar cu¨¢les son las gestiones con mayor demanda.
Mar¨ªa, de 21 a?os, es la tercera vez que acude a esta cola para renovar su pasaporte caducado. La ¨²ltima vez lleg¨® a las 5.30 y se qued¨® sin n¨²mero para entrar. As¨ª que, para asegurarse de que esta vez lograr¨¢ su meta, se ha resignado a pasar la noche en vela. A las 22.00 del 9 de diciembre ya estaba esperando, en medio del aguacero que ca¨ªa ese d¨ªa, ante la puerta de la legaci¨®n.
Le queda mucha noche por delante que capear¨¢ como pueda. Y por la ma?ana, una vez realizado el tr¨¢mite, ir¨¢ directa al restaurante donde trabaja como ayudante de cocina. "Toca estar aqu¨ª, a pesar del fr¨ªo, porque no puedo vivir tranquila con el pasaporte caducado, necesito estar documentada", explica esta joven, que carece de permiso de residencia en Espa?a, aunque lo ha solicitado.
El c¨®nsul de Ecuador admite que la demanda "supera" la capacidad de atenci¨®n de esta oficina diplom¨¢tica. No en vano son m¨¢s de 150.000 los ciudadanos de ese pa¨ªs andino empadronados en la regi¨®n. "Los problemas comenzaron en abril a ra¨ªz de que se redujera la plantilla del consulado y, para solventarlos, hemos pedido m¨¢s personal", explica sin saber a¨²n si la solicitud ser¨¢ atendida por el Gobierno al que representa.
"Sabemos que es una situaci¨®n muy inc¨®moda no s¨®lo para nuestros compatriotas, sino tambi¨¦n para los vecinos de la zona, a quienes las colas generan molestias de ruidos y de otra ¨ªndole", a?ade, y recalca que el personal del consulado "hace todo lo que puede". "Aunque deje de atender al p¨²blico a las 14.00, luego sigue trabajando para procesar e instruir toda la documentaci¨®n recibida", matiza Maldonado.
Ana lleva seis a?os en Madrid y recuerda que entonces las gestiones en el consulado se realizaban con rapidez. No como ahora, que tiene que pasar la noche en blanco para renovar su pasaporte caducado y poder retirar as¨ª su tercera tarjeta de residencia en Espa?a.
Todo m¨¢s dif¨ªcil
"Todo est¨¢ cada vez m¨¢s dif¨ªcil, no s¨®lo aqu¨ª, en el consulado, sino en todas las oficinas de extranjeros como la de los Madrazo (sede de la Brigada Provincial de Extranjer¨ªa y Documentaci¨®n), donde tambi¨¦n hay muchas colas. Como seguimos llegando inmigrantes, cada vez nos piden m¨¢s requisitos y todo est¨¢ peor, incluido el trabajo", asegura esta mujer nacida hace 31 a?os en la selv¨¢tica ciudad de Tena. All¨ª, en el oriente de Ecuador, se han quedado sus dos hijas, de 15 y 12 a?os, al cuidado de sus abuelos.
"A las 7.00 deber¨ªa entrar a la empresa de limpieza donde trabajo, pero me tendr¨¢n que reemplazar por unas horas, porque ¨¦ste es un tr¨¢mite que tengo que hacer. A los jefes no les hace gracia, pero no tengo otra alternativa; quiz¨¢s el consulado deber¨ªa atender al p¨²blico algunas horas m¨¢s", propone.
Bol¨ªvar, nacido en la provincia ecuatoriana de Chimborazo, una de las m¨¢s empobrecidas, tiene al menos la suerte de estar de vacaciones. "Cuando por la ma?ana acabe mis gestiones, me ir¨¦ a acostar", sue?a, esperanzado, mientras se enfrenta a una larga noche. A su alrededor, otros compatriotas se arrebujan en sus cazadoras.
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