As¨ª no es plan
Con las amenazas de muerte que en la ma?ana de ayer vertieron contra Maite Pagazaurtundua, concejal socialista de Urnieta, miembro de ?Basta Ya! y cuyo hermano fue asesinado por ETA, los violentos vinieron a reforzar la conveniencia y legitimidad de la multitudinaria manifestaci¨®n que se desarroll¨® por la tarde en San Sebasti¨¢n. En una situaci¨®n en la que muchos ciudadanos vascos han sido asesinados por ETA, viven bajo una permanente amenaza de muerte o son hostigados en las calles y en sus lugares de trabajo, no puede discutirse con la libertad y serenidad necesarias ning¨²n proyecto de reforma del Estatuto de Gernika. Con independencia de lo que se piense sobre su contenido o sobre el m¨¦todo usado para impulsarlo, el plan Ibarretxe ha nacido con el estigma insuperable de su inoportunidad. Surge cuando ETA y sus ac¨®litos no han renunciado al terror, cuyas v¨ªctimas directas son, precisamente, los sectores -la mitad de Euskadi- m¨¢s cr¨ªticos con el proyecto soberanista.
Si las constantes pintadas y amenazas -como los planes criminales abortados por las ¨²ltimas operaciones policiales contra ETA- demuestran que la violencia sigue viva en Euskadi, la multitudinaria manifestaci¨®n de ayer -al igual que numerosos pronunciamientos, tanto individuales como de partidos e instituciones- confirma que buena parte de la sociedad vasca no aprueba el plan Ibarretxe. As¨ª que por mucho que algunas de las respuestas del Gobierno del PP contra este plan hayan sido excesivas y agresivas, el lehendakari y los sectores m¨¢s sensatos del PNV no deber¨ªan servirse de ellas para seguir en un camino imposible. Deber¨ªan darse cuenta de que esta comunidad no re¨²ne en estos momentos las condiciones m¨ªnimas necesarias -paz, libertad para todos y acuerdo de una clara y amplia mayor¨ªa de poblaci¨®n- para impulsar un proyecto que exige, ante todo, reflexi¨®n y di¨¢logo.
Es lo que dice ?Basta Ya! en el manifiesto con el que convoc¨® la marcha donostiarra de ayer. S¨®lo con "el final del terrorismo" y "plena libertad de expresi¨®n de todas las opciones no violentas", podr¨ªa llegar "el momento oportuno para que quienes deseen un nuevo marco institucional hagan sus propuestas y traten de persuadir a la ciudadan¨ªa de secundarlas", dice el manifiesto. No se puede ser m¨¢s razonable. Lo que le reprocha ?Basta Ya! al plan Ibarretxe es que, "tal como se nos ofrece hoy", no constituye un proyecto plenamente democr¨¢tico, puesto que aprovecha "con ventajismo descarado el chantaje de la violencia".
El nacionalismo vasco democr¨¢tico, al que el PNV sigue diciendo que se adhiere, debe detenerse a tiempo. Muchos de los manifestantes de ayer no le niegan el derecho a plantear reformas estatutarias e incluso constitucionales, pero rechazan que lo haga en este momento y por estos procedimientos. Es un argumento de mucho peso. El PNV no puede ignorar que el nacionalismo no es la ¨²nica opini¨®n que se expresa en Euskadi. Hay otras, y el PNV deber¨ªa contar con ellas antes de proseguir con una aventura que a?ade m¨¢s divisi¨®n y crispaci¨®n entre los vascos y muchos peligros para todos.
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