M¨¢s tecnolog¨ªa
El pasado d¨ªa 2, los grupos del PP, PSOE, CiU y PNV y el director general de Tr¨¢fico firmaron en las Cortes la Carta Europea de Seguridad Vial, cuyo fin es reducir a la mitad los accidentes de tr¨¢fico en 2010 respecto de las cifras actuales. ?Objetivo demasiado ambicioso para Espa?a? Posiblemente, pero alcanzable con voluntad pol¨ªtica.
En el 2002, en la UE, los accidentes de tr¨¢fico generaron m¨¢s de 40. 000 muertos, 1.700.000 heridos y costes de 160.000 millones de euros. En las carreteras, en los ¨²ltimos 50 a?os, murieron m¨¢s de dos millones de europeos y cien millones sufrieron lesiones. En Espa?a, los fallecidos desde 1986 son del orden de una capital como Castell¨®n.
Los j¨®venes entre 18 y 24 a?os, siendo el 10% de la poblaci¨®n, concentran el 18% de fallecidos en accidentes, y si extendemos el plazo hasta los 34 a?os, se tiene el 26% de la poblaci¨®n y el 41% de estos muertos. Los usuarios vulnerables pagan un alto precio de muerte en la UE: peatones, 7.010 (776 en Espa?a); conductores de motocicletas y ciclomotores, 6.026 (784), y ciclistas, 1.795 (96).
Una cosa es el error humano y otra la imprudencia, ante la que se impone el rigor
En Europa, el comportamiento irresponsable es la primera causa de mortalidad: velocidad inadecuada, 15.000; alcohol, drogas o cansancio, 10.000; no uso del cintur¨®n o casco, 7.000 (cifras no acumulables por la combinaci¨®n de varios factores).
Todos cometemos fallos, pero una cosa es el error humano y otra la imprudencia, y frente a ¨¦sta se impone el rigor. El ego¨ªsmo de muchas actitudes pide una reacci¨®n solidaria de toda la sociedad, encabezada por sus representantes e instrumentada por las administraciones competentes.
La bibliograf¨ªa t¨¦cnico-cient¨ªfica est¨¢ disponible y es obligado tratar de utilizar experiencias ajenas de "tolerancia cero" frente a comportamientos que generan muertos, lisiados y grandes da?os.
a) En 1987, en el Reino Unido, las fuerzas pol¨ªticas se pusieron en marcha para movilizar a la sociedad (nueva legislaci¨®n, investigaci¨®n sistem¨¢tica, evaluaciones rigurosas, mejores instalaciones viarias, restricciones selectivas, aplicaci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas, un decidido respaldo a los responsables de vigilar y sancionar, campa?as informativas, etc.). El ministerio se propuso reducir la accidentalidad en un tercio para el 2000, tomando como base la media del periodo 1981-85 (The year 2000 casuality target) y cumpli¨® de sobra. La reducci¨®n en heridos se alcanz¨® en 1992, en 1994 la de muertes, y en 1997, a pesar de un incremento del tr¨¢fico del 52%, los muertos hab¨ªan pasado de 5.598 a 3.599, y los heridos graves, de 74.533 a 42.967. Hubo que asumir nuevas normas: un m¨¢ximo de 10 a?os de c¨¢rcel por causar muerte por conducci¨®n temeraria o bajo los efectos de alcohol o drogas (dos a?os sin muerte); conducir bebido conlleva la retirada del carn¨¦ por un plazo m¨ªnimo de un a?o, adem¨¢s de una multa; la agresividad en la carretera se persigue como delito y acaba en procesamiento, etc.
b) En Francia, un reci¨¦n elegido Jacques Chirac, el 14 de julio del 2001, se autoimpuso tres objetivos b¨¢sicos: la lucha contra el c¨¢ncer, la integraci¨®n de los minusv¨¢lidos y la seguridad vial (asumiendo que educaci¨®n y sanciones eran complementarias). Los controles de alcoholemia aumentaron un 29%; las multas por exceso de velocidad, un 28%, y las sanciones por no usar el cintur¨®n o el casco, un 41%. En un a?o, los resultados fueron una reducci¨®n de muertos en un 29% (m¨¢s de 1.600 vidas salvadas) y de un 34% en heridos. Las campa?as de prevenci¨®n han tenido su efecto, los medios de comunicaci¨®n han insistido y la conciencia colectiva ha dado un salto adelante... Pero adem¨¢s: en caso de homicidio involuntario se puede ser condenado hasta cinco a?os de c¨¢rcel; si se acumulan dos circunstancias agravantes (darse a la fuga, velocidad excesiva, alcohol, reincidencia, etc.) se puede llegar a los diez a?os. Si no hay muerte, pero s¨ª lesiones graves, la sanci¨®n alcanza los tres a?os. Conducir bajo los efectos de drogas o alcohol, dos a?os de c¨¢rcel y 30.000 euros, etc.
c) En Italia, el carn¨¦ por puntos ha dado ya sus frutos desde su pol¨¦mica introducci¨®n hace cuatro meses: los accidentes se han reducido un 33%, y los muertos, un 32% (400 vidas salvadas). En palabras del ministro del ramo: "A menor tolerancia, menos muertos". Desde julio se han enviado 119.000 cartas a conductores comunic¨¢ndoles p¨¦rdidas de puntos, cuyo "saldo" puede saberse llamando a un tel¨¦fono especial. Agotados los puntos se pierde el derecho a conducir.
Con la Carta Europea toma cuerpo el uso de las nuevas tecnolog¨ªas para el control y la sanci¨®n. En los bordes de las carreteras francesas ya funciona una red de radares autom¨¢ticos fijos, cuya ubicaci¨®n es perfectamente conocida (para desgracia de los diarios que tienen a gala dar esta exclusiva en cada operaci¨®n de tr¨¢fico). El sistema permite generar autom¨¢ticamente, en tiempo real, la correspondiente denuncia procesando la imagen de v¨ªdeo, que queda como prueba de la infracci¨®n. ?stas ya han superado las 50.000 y afortunadamente ya se est¨¢n reduciendo, pues la velocidad media ha ca¨ªdo ante la implacable presi¨®n policial. Incluidos errores muy celebrados, como un tractor detectado a 185 km/h en autopista, la tecnolog¨ªa funciona y los franceses est¨¢n aceptando estos dispositivos.
No hay que ocultar las dudas que abre la legalidad de los nuevos procesos punitivos y hay que hacer importantes reformas del C¨®digo. Con la tecnolog¨ªa, se persigue simult¨¢neamente prevenir y sancionar. Estos radares autom¨¢ticos son una pieza m¨¢s en una estrategia meditada: mayor severidad del sistema judicial, campa?as de sensibilizaci¨®n sobre los efectos del alcohol e incremento del respeto a la presencia del agente, sea ¨¦ste percibido en persona o a trav¨¦s de la telem¨¢tica.
Hay que terminar con el amoral "le recurrimos cualquier multa de tr¨¢fico", aprovechando los agujeros de una legislaci¨®n desgraciadamente no adaptada ni a la sociedad de la informaci¨®n ni a la dimensi¨®n del problema.
Gregorio Mart¨ªn es catedr¨¢tico de Ciencias de la Computaci¨®n. LISITT. Universitat de Valencia.
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