Yeste ilumina un callej¨®n

Se esperaba electricidad y el primer chispazo desalambr¨® el partido en unos cuarenta segundos. Fue la consecuencia de un desentendimiento entre un central improvisado, Gurpegui, y un lateral poco utilizado, C¨¦sar. La inexperiencia fundi¨® los plomos y Baptista se marz¨® un zurdazo que fue gol y descalabr¨® el partido. Vistas las caracter¨ªsticas de ambos equipos, la tendencia a trabar el juego era insoslayable. Ahora una patada, ahora llego tarde, el ¨¢rbitro que decide una s¨ª y una no, por m¨¦todo, no por criterio. Es decir, el territorio de gente como Orbaiz, Casquero, Mart¨ª.

Pero estaba Yeste, un muchacho que por su cosas (indisciplinas, lagunas en los partidos, falta de car¨¢cter) necesita reivindicarse cada partido, demostrarse a s¨ª mismo que es un gran jugador, pura sutileza, todo tacto. El p¨²blico ya lo sabe, ¨¦l parece que necesita autoexaminarse de vez en cuando. Ayer decici¨® sacar nota. A los cinco minutos se invent¨® una jugada t¨ªpica de extremo que acab¨® en gol de Urzaiz; poco despu¨¦s manej¨® el bal¨®n con un guante en el pie, tras un servicio de Del Horno, desminti¨® la contundencia de Javi Navarro y maltrat¨® a Esteban bati¨¦ndole en su palo en un ejercicio de precisi¨®n.

Al margen de la acorazada de ambos equipos, se antojaba un duelo de zurdos, Yeste-Reyes, pero en la misma medida que el rojiblanco se sali¨®, el sevillista se ausent¨®, quiz¨¢s intimidado por la dureza del partido. Mal asunto para el Sevilla que hab¨ªa encontrado en Baptista el estilete adecuado frente a la improvisada defensa rojiblanca, pero le hab¨ªa dejado s¨®lo ante el peligro. Caparr¨®s, metido en urgencias, remat¨® al equipo. Lo llen¨® de delanteros (Carlos y Anto?ito) a cambio de efensas, retras¨® al brasile?o y... se qued¨® si bal¨®n, sin dominio. Demasiados delanteros para tan poco f¨²tbol, tan poca posesi¨®n, tan escasa distribuci¨®n del bal¨®n. M¨¢s delanteros no es garant¨ªa de gol. La garant¨ªa es el bal¨®n. Y entonces fue del Athletic. Y vuelta a enredarse, a chocar, por m¨¢s que Yeste y Baptista (que decidi¨® hacer su partido por encima de t¨¢cticas y posiciones) pusieran luz en el descampado.

Vali¨® lo del principio. Sobr¨® el resto. Demasiadas v¨ªsceras. Un poco m¨¢s de f¨²tbol no hubiera venido mal.