La ambici¨®n burlada
Hay en esta obra, cierre de una trilog¨ªa que lamento desconocer en sus dos primeras entregas, muchos apuntes entre l¨ªricos y desesperados acerca de la soledad y de la muerte, sin renunciar a una cierta consideraci¨®n del sexo como escal¨®n hacia la cumbre y como frustraci¨®n. Jer¨®nimo Cornelles, autor y director de esta fiebre, se muestra seguro en la composici¨®n de sus personajes, que son los que aparecen en la prensa o puedes ver por la calle en seg¨²n qu¨¦ sitios, y algo menos en el dibujo de unas situaciones que muchas veces parecen reiteraciones sin m¨¦dula de cosas ya sabidas.
La fiebre del triunfador a toda costa, incluso sin saber a lo que renuncia tras la capa de su ¨¦xito aparente, se fusiona aqu¨ª con el recurso a algunos apuntes de vampirismo, algo que podr¨ªa parecer prescindible si se considera que algunas conductas humanas, como la de este Thomas, son lo bastante vamp¨ªricas en intenci¨®n, y en algunas de sus consecuencias, como para convertir en irrelevante la referencia expl¨ªcita a una especie de sobrenaturalidad simulada que poco a?ade a lo que en el texto llega a decirse.
La fiebre de Thomas
De Jer¨®nimo Cornelles, por Bramant Teatre. Int¨¦rpretes, Mar¨ªa P. Bosch, Carol Linuesa, Santiago Ribelles, Mar¨ªa Minaya, Teresa Crespo. Vestuario, Mornin. Iluminaci¨®n y espacio esc¨¦nico, David Dur¨¢n. M¨²sica, Joan Mart¨ªnez (Mei). Direcci¨®n, Jer¨®nimo Cornelles. Teatro Tal¨ªa. Valencia.
Pero el texto, con sus numerosos meandros emocionales, no s¨®lo se representa. Tambi¨¦n se dice y se interpreta. Y aqu¨ª hay que mencionar a una Mar¨ªa Bosch muy amplia de registros, sobre todo de cintura para arriba, por lo mismo que Mar¨ªa Minaya vuelve a relevarse como la gran actriz que lleva dentro, bien acompa?adas por el resto del reparto. La direcci¨®n de Jer¨®nimo Cornelles es algo t¨ªmida en relaci¨®n con una obra, la suya, que apela a referentes cinematogr¨¢ficos, resueltos con contundencia, donde planean interrogantes sobre las consecuencias del amor y del desamor, la nostalgia del deseo, y el fantasma ilusorio de la inmortalidad imposible y tal vez indeseada. Un montaje de Bramant Teatre que cierra una trilog¨ªa pero que, con seguridad, abre otros caminos a esta interesante compa?¨ªa valenciana.
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