El partido islamista legal de Marruecos denuncia amenazas desde el Gobierno
La polic¨ªa convoca a la c¨²pula del Partido de la Justicia y del Desarrollo para interrogarla
La salud de Abdelkrim el Jatib, el octogenario que dirige el Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), la ¨²nica formaci¨®n islamista legal en Marruecos, no le ha permitido acudir a la comisar¨ªa. La polic¨ªa se ha desplazado hasta su domicilio para interrogarle sobre una cuenta corriente para recaudar fondos para Palestina que carecer¨ªa de los permisos preceptivos. Para el partido, lo sucedido es el ¨²ltimo episodio del acoso que sufren. Sus dirigentes denuncian abiertamente las amenazas y presiones del Ministerio del Interior, cuyo titular es nombrado por el rey Mohamed VI.
Jatib fund¨®, a principios de los a?os noventa, la asociaci¨®n marroqu¨ª de solidaridad con los musulmanes de Bosnia-Herzegovina y abri¨®, tras cumplimentar numerosos requisitos legales, una cuenta corriente para recaudar fondos. A principios de esta d¨¦cada se empez¨® a utilizar ese mismo cauce para enviar fondos a la Autoridad Palestina. Aunque segu¨ªa siendo el titular, Jatib encarg¨® la gesti¨®n de la cuenta a Abdelkader Amara, un joven diputado del PJD. At Tajdid, el diario islamista que dirige Ahmed Raissuni, publicaba anuncios incitando a sus lectores a hacer donativos. Los tres han sido convocados por la Polic¨ªa Judicial, que act¨²a a instancia del fiscal del rey.
"No sabemos si se trata de un asunto de rutina, porque la cuenta no cumplir¨ªa todos los preceptos legales, o de una posible intimidaci¨®n", afirma Amara en una conversaci¨®n con este peri¨®dico. No todos los responsables del PJD son tan cautos. Uno de sus principales dirigentes, Mustaf¨¢ Ramid, se muestra a¨²n dolido cuando recibe en su despacho de abogado a este corresponsal. Acaba de pasar por un trago amargo. En octubre, cuando se reanud¨® la sesi¨®n parlamentaria, fue reelegido presidente del grupo parlamentario islamista, pero dos d¨ªas despu¨¦s dimiti¨® sin renunciar al esca?o.
"Nos contact¨®", explica Ramid, "un emisario del Ministerio del Interior", cuyo titular, Mustaf¨¢ Sahel, y su n¨²mero dos, Fuad Al¨ª Hima, son nombrados directamente por el rey Mohamed VI. "Formul¨® amenazas veladas. Se nos advirti¨® de que corr¨ªamos el riesgo de romper con el Estado, de mantener una relaci¨®n tensa con el poder. Quise evitar el choque y renunci¨¦", concluye.
El sacrificio de Ramid, en octubre, o la convocatoria de la Polic¨ªa Judicial son las ¨²ltimas tentativas del r¨¦gimen mon¨¢rquico de amedrentar y contener a un partido que ha crecido espectacularmente estos dos ¨²ltimos a?os, hasta el punto de ser el m¨¢s votado en las zonas urbanas en las que se presenta a las elecciones.
El ultraconservador PJD, que siempre ha reconocido al rey su car¨¢cter sagrado de Comendador de los Creyentes, es la ¨²nica fuerza de oposici¨®n en el Parlamento y en las otras instituciones. Pese a su amplia implantaci¨®n sobre el terreno, los islamistas legales se presentaron en 2002 en algo m¨¢s de la mitad de las circunscripciones y fueron, seg¨²n el resultado oficial, el tercer partido m¨¢s votado en las legislativas. Hace tres meses s¨®lo concurrieron a los comicios municipales en el 50% de las ciudades, pero all¨ª donde lo hicieron se colocaron, casi siempre, en cabeza.
Esa contenci¨®n electoral fue, seg¨²n Ramid, "en parte fruto de una decisi¨®n interna del partido", que busca tranquilizar a la opini¨®n p¨²blica mientras desde el poder "se le achaca la responsabilidad moral de los salvajes atentados del 16 de mayo". "Las autoridades exigieron que restringi¨¦semos a¨²n m¨¢s nuestra participaci¨®n y nosotros lo aceptamos", a?ade. "Tuvimos que optar entre una mayor popularidad y relaciones tensas con el poder. Elegimos esto ¨²ltimo".
La multiplicaci¨®n de concesiones por parte de la direcci¨®n del PJD tiene un riesgo: desilusionar a una parte de sus militantes que podr¨ªan sentirse tentados por afiliarse a otras corrientes islamistas mucho m¨¢s radicales como las que inspiraron los atentados de mayo. Algunos dirigentes del partido se plantean incluso disolver la formaci¨®n y retirarse de la pol¨ªtica.
Acoso al jeque Yassin
"El poder deber¨ªa ponernos en los altares, porque somos un dique de contenci¨®n" de los islamistas m¨¢s extremistas. "Desgraciadamente sucede lo contrario". Nadia Yassin, la hija y portavoz oficiosa del jeque Abdesalam Yassin, se queja del hostigamiento que, desde mayo, padece el movimiento islamista que dirige su padre.
Entre la gran formaci¨®n legal del Partido de la Justicia y del Desarrollo y los islamistas radicales que se inclinan por el terrorismo existe en Marruecos Justicia y Caridad, un movimiento tolerado pero no legalizado, porque, entre otras cosas, no reconoce al monarca su car¨¢cter sagrado. Justicia y Caridad, que rechaza la violencia, es, en opini¨®n de profesores de universidad marroqu¨ªes y diplom¨¢ticos extranjeros, la fuerza con m¨¢s capacidad de movilizaci¨®n.
Los seguidores del jeque Yassin salieron, hace tres a?os, escaldados del enfrentamiento callejero con el r¨¦gimen. La familia del fundador fue condenada por alteraci¨®n del orden p¨²blico. Desde entonces su actividad opositora ha adoptado un perfil m¨¢s bajo.
Aun as¨ª, desde los atentados que en mayo ensangrentaron Casablanca, la polic¨ªa y la justicia han asestado m¨²ltiples golpes a Justicia y Caridad. Desde Ben Msik a Marraquech, pasando por Mohamedia, los estudiantes afiliados al movimiento islamista han sido detenidos y juzgados y tambi¨¦n han comparecido ante la justicia responsables locales de Ujda y de Tetu¨¢n.
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