Juicio justo a Sadam
Sadam Husein debe tener un juicio justo, con todas las garant¨ªas y que excluya la pena de muerte, con independencia de la magnitud del horror de sus cr¨ªmenes. Conseguirlo es vital para dotar al nuevo Irak reconstruido del Estado de derecho que nunca ha tenido. Tambi¨¦n es aconsejable la internacionalizaci¨®n del proceso, dado que hay otros pa¨ªses directamente afectados -Ir¨¢n, Kuwait e Israel- por los delitos cometidos por Sadam y su r¨¦gimen. Pero EE UU no es partidario de crear un tribunal especial, como hizo la ONU para la antigua Yugoslavia o Ruanda. Hay una segunda opci¨®n en tal caso, que es someter al ex dictador a un proceso en Irak, constituido a partir de una resoluci¨®n del Consejo del Seguridad y con apoyo t¨¦cnico de otros pa¨ªses.
Irak carece de una estructura cre¨ªble de justicia, es decir, no tiene jueces, fiscales y defensores preparados. El Tribunal Especial ya creado para juzgar a los jerarcas del r¨¦gimen detenidos por las fuerzas ocupantes no cuenta con las garant¨ªas suficientes, pese a prever la incorporaci¨®n de jueces no iraqu¨ªes. La Autoridad Provisional de la coalici¨®n suspendi¨® la pena de muerte en Irak, pero no la ha abrogado. Por ello, los brit¨¢nicos, potencia coocupante con EE UU, han rechazado participar en ning¨²n proceso que pudiera llevar a una ejecuci¨®n, porque contravendr¨ªa su derecho interno y sus obligaciones internacionales.
?ste puede ser un tema crucial. Incluso Bush, partidario de la pena capital, que firm¨® numerosas ejecuciones como gobernador de Tejas, estuvo ayer evasivo y dej¨® la decisi¨®n final en manos de los iraqu¨ªes, como si no se tratara de un pa¨ªs ocupado. Si el proceso no debe demorarse en exceso, tampoco urge. Un momento adecuado para un tribunal iraqu¨ª ser¨ªa cuando se haya producido, el pr¨®ximo verano, el primer paso en la devoluci¨®n de su soberan¨ªa a los iraqu¨ªes. De momento, Sadam debe ser tratado como un prisionero de guerra, pues est¨¢ en manos de las potencias ocupantes. Ello implica que se respeten ciertos derechos. La convenci¨®n de Ginebra y sus protocolos no le hacen inmune a ser juzgado, pero obligan a protegerlo de la "curiosidad p¨²blica", norma que EE UU ha incumplido al exhibir im¨¢genes de su reconocimiento m¨¦dico.
Es dif¨ªcil saber qu¨¦ es lo que est¨¢ realmente contando Sadam a sus captores. En todo caso, el juicio puede resultar embarazoso para Francia, Alemania y EE UU -Rumsfeld viaj¨® a Bagdad en 1983, en calidad de emisario especial del presidente Reagan-, que armaron al r¨¦gimen de Sadam y le empujaron contra el Ir¨¢n de Jomeini. El juicio del ex dictador y sus colaboradores deber¨ªa servir, ante todo, para dar satisfacci¨®n a las v¨ªctimas, que se cuentan por decenas o centenares de miles. Pero debe servir tambi¨¦n para arrojar luz sobre todo este pasado, como lecci¨®n para el futuro, en vez de tapar las verg¨¹enzas geopol¨ªticas. Como ha se?alado Kofi Annan, opuesto a la pena de muerte, la captura de Sadam Husein tiene un valor simb¨®lico. Pero un juicio justo podr¨ªa convertirse ya no en un s¨ªmbolo, sino en un precedente para Irak y para el conjunto de la regi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.