Los gobiernos se dan dos a?os para decidir c¨®mo financiar la lucha contra la brecha digital
Organizaciones civiles y algunos gobiernos temen que las decisiones de Ginebra queden en papel mojado - La segunda parte de la cumbre se celebrar¨¢ en T¨²nez en 2005 - Cr¨ªticas a la elecci¨®n de ese pa¨ªs por su r¨¦gimen autoritario
"La declaraci¨®n de la Cumbre de Ginebra nos suministra de alguna manera la constituci¨®n de la sociedad de la informaci¨®n. ?sta debe tener una dimensi¨®n social y debe privilegiar el desarrollo". Estas palabras del presidente suizo fueron pr¨¢cticamente las ¨²ltimas que se escucharon en el plenario de clausura. Era el 12 de diciembre.
Entre los representantes diplom¨¢ticos hab¨ªa una satisfacci¨®n profesional por haber evitado el bochorno de Canc¨²n, una cumbre sin acuerdo, pero tambi¨¦n serias dudas sobre el acatamiento a esta constituci¨®n. Representantes de los grupos civiles e incluso alg¨²n portavoz gubernamental, como el norteamericano, llegaron a verbalizar su temor a que se quede en papel mojado.
La Declaraci¨®n de Ginebra enmarca la implantaci¨®n de la tecnolog¨ªa digital en una sociedad respetuosa con los Derechos Humanos y con una potente pol¨ªtica educativa. El Plan de Acci¨®n contempla la conexi¨®n de todas las aldeas del planeta en 2015. La cumbre tendr¨¢ una segunda fase en T¨²nez en 2005. All¨ª se deber¨¢ tomar una decisi¨®n sobre los dos asuntos aparcados en Ginebra: c¨®mo se financia el plan de acci¨®n y c¨®mo se gobierna Internet.
Varios ponentes criticaron los "excesivos costos" de acceso a la tecnolog¨ªa en los pa¨ªses en desarrollo. El sistema de tarificaci¨®n de las conexiones a Internet penaliza a los pa¨ªses pobres. Dado que el coste de la llamada, en su gran parte, corre a cargo de la operadora del pa¨ªs del internauta y la mayor¨ªa de servidores se encuentran albergados en pa¨ªses ricos, ¨¦stos pagan menos para acceder a los datos, por su cercan¨ªa a los mismos.
Las entidades civiles hicieron sus trabajos organizadas en, seg¨²n la jerga onusiana, caucuses tem¨¢ticos o territoriales. El 14 de noviembre, la Sociedad Civil anunci¨® en un documento su parcial retirada de los trabajos. La declaraci¨®n lo justifica por el desvanecimiento de las propuestas civiles cuando han llegado a los salones de la negociaci¨®n diplom¨¢tica.
En el documento, estos grupos critican la resistencia de los pa¨ªses ricos a financiar la superaci¨®n de la brecha digital y las timoratas declaraciones sobre la libertad de expresi¨®n. Para este grupo "algunos gobiernos no est¨¢n preparados" porque temen el poder de las nuevas tecnolog¨ªas, su capacidad de fomentar experiencias colaborativas y la comunicaci¨®n global. Fruto de esos trabajos, la Sociedad Civil lanz¨® su propia declaraci¨®n.
Meryem Marzouhi, francotunecina, que coordina el caucus de los Derechos Humanos, admit¨ªa que se ha conseguido que el documento final de la cumbre cite expresamente la Declaraci¨®n de los Derechos Humanos. "Pero esta declaraci¨®n tiene 55 a?os y Ginebra era una excelente ocasi¨®n para avanzar y adecuarla a los nuevos derechos ciudadanos que plantea la sociedad de la informaci¨®n. No se ha hecho. Estamos decepcionados por perder esta oportunidad".
Para Marzouhi hay un segundo problema. "Cuando se lee atentamente la declaraci¨®n y el plan de acci¨®n hay una salvaguarda de las legislaciones nacionales que permitir¨¢ a las dictaduras hacer lo que quieran".
Sobre la convocatoria de la segunda fase de la cumbre, en T¨²nez, Marzouhi explica que el caucus va a exigir la libertad para los encarcelados por expresar sus opiniones; garant¨ªa firme de que la sociedad civil tunecina va a participar sin restricciones, y el relevo del militar actualmente encargado de su organizaci¨®n.
Valeria Betancourt, del caucus Am¨¦rica Latina y Caribe, comentaba que "nuestro objetivo para involucrarnos en la cumbre es activar procesos nacionales". Para Betancourt, la cumbre no tiene legitimidad porque "se nos ha reconocido como actores de la misma, pero no se han tomado en consideraci¨®n nuestras propuestas. En la declaraci¨®n final o est¨¢n ausentes -la importancia regional de los telecentros- o se citan de manera reduccionista, como la importancia de los medios comunitarios o del software libre".
El bajo perfil participativo de los gobiernos latinoamericanos, con excepciones como Brasil, Argentina o M¨¦xico, se debe, seg¨²n Betancourt, a la austeridad econ¨®mica y a que no hay una alta conciencia en las c¨²pulas gubernamentales de lo que significa la sociedad digital.
"La ¨²nica ocasi¨®n en que Latinoam¨¦rica intervino como bloque fue en febrero, durante las negociaciones previas, para frenar un borrador inaceptable". Betancourt insiste en que la cumbre debe servir en su zona para activar la reflexi¨®n sobre el impacto en la vida y el trabajo que tienen las tecnolog¨ªas y para que la sociedad civil "adquiera destrezas para los procesos pol¨ªticos".
Ana Moreno, de la Fundaci¨®n Directa, particip¨® en los trabajos del caucus sobre g¨¦nero. A pesar de las dificultades, Moreno considera que la mera existencia de la cumbre ya es positivo porque genera un debate social y pol¨ªtico sobre las nuevas tecnolog¨ªas y su uso social. "No se puede esperar que la declaraci¨®n recoja pormenorizadamente los problemas de la mujer", que son muy distintos seg¨²n la sociedad donde viva y su clase social.
Internet y la mujer
"Es necesario que la mujer est¨¦ en los procesos de toma de decisiones". En muchos pa¨ªses, los problemas de la mujer son invisibles, est¨¢n ocultados, y la mujer relegada. Moreno da especial importancia a uno de los puntos reclamados por el caucus de g¨¦nero: que se atienda a las necesidades espec¨ªficas de la mujer que las tecnolog¨ªas pueden resolver. "En unos pa¨ªses el principal problema ser¨¢ la higiene familiar y el combate contra el Sida, porque, adem¨¢s de las v¨ªctimas, sobre las mujeres recaen las consecuencias de este drama. En los pa¨ªses desarrollados el trabajo en red puede ayudar a conciliar la vida laboral y familiar".
En los alrededores del sal¨®n de plenarios se instal¨® un recinto ferial en el que empresas, gobiernos y organizaciones civiles -la mayor¨ªa en unos asc¨¦ticos despachos- organizaban reuniones y expon¨ªan sus planteamientos.
Esta cumbre ha tenido un aspecto in¨¦dito: dar voz a estas organizaciones en una cumbre que empez¨® a andar hace cinco a?os como una simple cumbre tecnocr¨¢tica para discutir de infraestructuras. Tambi¨¦n ha servido para movilizar un debate sobre la urgencia de pol¨ªticas digitales.
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