Cr¨®nica de un periplo simb¨®lico
Aunque se intuye, no es sino hasta el final del libro donde el escritor asturiano Xuan Bello nos indica el nudo espiritual de su nuevo libro, Los cuarteles de la memoria. El nudo espiritual y su mecanismo, su hechura por dentro. "Toda literatura es, finalmente, cr¨®nica de un viaje simb¨®lico". Literatura y viaje inundan este libro. El sentido del viaje para Bello es fundador. Ir a los sitios, Perugia, Nueva York, Lisboa o Roma, es ir a confirmar lo que sabemos por la historia, los libros, pero tambi¨¦n a descubrirlos mediante un nexo con una experiencia personal, intransferible. Es as¨ª, entonces, cuando los lugares adquieren su perfil simb¨®lico. Puede que para quien pase por Paniceiros, eso no sea m¨¢s que una aldea remota de Asturias. No para quien decide hacerla s¨ªmbolo del lugar desde donde se parte hacia el mundo. En este libro, los lugares que relata su autor (y la palabra relato es muy importante) est¨¢n vinculados a personas y a lecturas. As¨ª, las personas devienen personajes y las lecturas, vidas. Pero tambi¨¦n, puede uno creer que para Xuan Bello todos los lugares son Paniceiros y viceversa. ?sta, creo, es la m¨¢gica dial¨¦ctica que propone Los cuarteles de la memoria.
LOS CUARTELES DE LA MEMORIA
Xuan Bello
Debate. Madrid, 2003
284 p¨¢ginas. 19 euros
Hay un orden alfab¨¦tico que
estructura el libro. Una letra del alfabeto re¨²ne la memoria con un hecho, con un autor, un libro o una ciudad. "El relato del pasado calma las almas inquietas y melanc¨®licas", nos dice Pietro Citati, en La luz de la noche, un libro y un autor italiano que seguramente no dudar¨ªa en admirar el autor de Historia universal de Paniceiros. El pasado que convoca la narraci¨®n de Bello es m¨²ltiple. No es s¨®lo su pasado, un viaje por Par¨ªs o California. O la lectura de Homero o Kafka. El autor convoca en su libro el pasado de los autores que lo conmueven. Su melancol¨ªa es solidaria con libros y poetas sepultados por el olvido o por el canon. No es ¨¦ste un libro para resumir. No tiene trama ni argumento. Pero s¨ª es un libro para abrir, como se abre un diccionario de lugares extraordinarios, por cualquier letra. Aqu¨ª el relato de un vendedor de rosas, all¨ª un viejo escritor italiano hallado en una taberna de Lisboa, en otra letra el esp¨ªritu atormentado de G¨¦rard de Nerval arrastrando su locura por las calles de un Par¨ªs bohemio. Tampoco es Los cuarteles de la memoria un libro de ficci¨®n, pero sin la ficci¨®n que lo inunda para registrar los momentos de felicidad de los hombres y tambi¨¦n de enorme desolaci¨®n no tendr¨ªa raz¨®n de ser. Entre Itaca y Alejandr¨ªa basculan sus p¨¢ginas gratificantes y hermosas. Todos los lugares y libros que se nombran saben a vida. S¨®lo con ello se puede escribir, con la sensibilidad y la inteligencia de quien lee y relee para asombrarse. Y de quien viaja para regresar. A donde se ha ido y de donde se ha partido.
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