Puro Ronaldo en Son Moix
Dos jugadas del goleador brasile?o del Madrid y un bello tanto de Ra¨²l acaban con un buen Mallorca
Con su perilla de mosquetero y aguant¨¢ndose la risa que se le escapaba, para no ofender a nadie, Ronaldo destroz¨® al Mallorca en dos arrancadas. En la primera le quebr¨® la cintura a Lussenhoff y marc¨® como casi siempre hace: de tiro cruzado. Esta vez con la izquierda. Su 14? tanto en la Liga. Y en la segunda provoc¨® el penalti del veteran¨ªsimo Nadal, que lo enganch¨®. Anot¨® Figo. Suficiente para borrar la p¨¦sima imagen defensiva del Madrid en el primer tiempo y en el comienzo del segundo. Suficiente para echar por la borda un gran trabajo del Mallorca, que desperdici¨® un sinf¨ªn de oportunidades y le dio un ba?o al cuadro de Queiroz en el primer periodo. Justo hasta que Ra¨²l dijo basta. El capit¨¢n se fabric¨® el gol del empate antes del descanso y permiti¨® que el Madrid saliera erguido en la reanudaci¨®n. Ra¨²l ense?¨® el camino que despu¨¦s patear¨ªa Ronaldo. Y Son Moix se lo acab¨® reconociendo con una ovaci¨®n que recibi¨® al ser sustituido por Solari.
MALLORCA 1 - REAL MADRID 3
Mallorca: Leo Franco; Cort¨¦s, Lussenhoff, Nadal, Olaizola (Toni Gonz¨¢lez, m. 52); Ra¨²l Mart¨ªn, Nagore (Perera, m. 69), Colsa, Nen¨¦ (Stankovic, m. 58); Correa y Eto'o.
Real Madrid: Casillas; Michel Salgado, Pav¨®n, Ra¨²l Bravo, Roberto Carlos; Figo, Borja, Helguera, Zidane; Ra¨²l (Solari, m. 77) y Ronaldo.
Goles: 1-0. M. 10. Correa. 1-1. M. 46. Ra¨²l. 1-2. M. 55. Ronaldo. 1-3. M. 68. Figo, de penalti.
?rbitro: Medina Cantalejo. Amonest¨® a Helguera y Lussenhoff.
22.146 espectadores en el estadio de Son Moix.
El Mallorca rindi¨® homenaje a su jugador Paco Soler, que se retira esta temporada despu¨¦s de 12 a?os en el equipo mallorquinista.
Ah¨ª estuvo, agazapado, casi una hora. Sin un triste regate que llevarse a la boca. Sin una acci¨®n de m¨¦rito. Nada. Pero, claro, es Ronaldo. Siempre hay que esperar. A esa arrancada feroz que va dejando rivales tirados por el camino, uno tras otro. Ayer lleg¨® justo cuando el Madrid lo pasaba peor, justo despu¨¦s de que Eto'o estrellara un pelotazo en el poste. Y en ¨¦sas apareci¨® Ronaldo, aceler¨® y no hubo quien le siguiera. ?C¨®mo? Con un hachazo, les pidi¨® tras el tanto Nadal a sus compa?eros, en un expresivo gesto con la mano. "?Qui¨¦n se lo da, yo?", le replic¨® Nagore. ?Qui¨¦n llega a tiempo para d¨¢rselo? Nadie. Todos llegaron tarde. A partir de ah¨ª, hubo p¨¢nico y entusiasmo en Son Moix, a partes iguales, cada vez que Ronaldo se dispon¨ªa a encarar a los dos centrales mallorquinistas. Lentos y r¨ªgidos Lussenhoff y Nadal, fueron pan comido para el guepardo.
Pero antes, alguien m¨¢s se rebel¨® en el Madrid contra la vulgaridad. Fue Ra¨²l. Harto de la sensaci¨®n tan penosa que estaba transmitiendo su equipo, decidi¨® resolverlo por su cuenta. En un arranque de rabia, retrocedi¨® al centro del campo, organiz¨® el ataque, busc¨® el mejor aliado (Figo), acudi¨® al remate y marc¨® de un cabezazo inapelable a escasos metros de Leo Franco. Intuyendo el centro enroscado de Figo. Lavaba as¨ª la cara de un Madrid que tuvo muchas ocasiones en la primera parte, pero apenas juego. Es decir, remat¨® mucho pese a que el control del choque pertenec¨ªa al Mallorca. Parad¨®jico, pero ya se sabe qu¨¦ sucede con las estrellas. El cuadro de Aragon¨¦s fue mejor y, sin embargo, su portero, Leo Franco, par¨® al menos cinco balones de gol. Sobre todo por culpa de Figo, que gan¨® todos los duelos al veterano Olaizola y penetr¨® por el extremo con una profusi¨®n de otros tiempos, cuando era m¨¢s joven y m¨¢s r¨¢pido. As¨ª lo entendi¨® Luis Aragon¨¦s, que retir¨® al capit¨¢n Olaizola y dio entrada a Toni Gonz¨¢lez. Sin mucho ¨¦xito, como se ver¨ªa m¨¢s tarde.
El centro del campo mallorquinista se hab¨ªa impuesto en el primer tiempo. Sobre todo por la presencia de Colsa y las incursiones por la derecha de Ra¨²l Mart¨ªn, otro descubrimiento andaluz en el carril del Mallorca. Hab¨ªa suplido al lesionado Campano. En el Madrid, Borja fue intrascendente y Zidane empez¨® como un cohete, pero se fue diluyendo. Dej¨® detalles soberbios, como esa volea con el exterior de la bota izquierda desde la luna del ¨¢rea que se escap¨® por poco.
En realidad, las dos defensas dieron muchas facilidades y las ocasiones se sucedieron. La mueca desencajada de Pav¨®n lo dijo todo. Se agarr¨® la frente con una mano y ense?¨® la dentadura en un gesto de dolor. Acababa de cometer una de las pifias de la temporada. Esperando en el punto de penalti, el bal¨®n le pas¨® manso por entre las piernas tras un centro suave y corto desde la derecha de Colsa. Sin aparente peligro. Hasta que fall¨® Pav¨®n. El error se convirti¨® en condena porque detr¨¢s estaba Eto'o. El delantero camerun¨¦s ha alcanzado una madurez que lo sit¨²a entre los mejores del mundo, como advierte su entrenador. Ya no lo basa todo en su explosiva carrera, sino que sabe cu¨¢ndo frenar y cu¨¢ndo enviar la pelota a otra zona. En esta ocasi¨®n trat¨® de penetrar entre Pav¨®n y Michel, que acudi¨® a cerrar, el bal¨®n sali¨® rebotado y Correa s¨®lo hubo de colocarlo junto al palo.
Como novedad, Casillas dio s¨ªntomas de nerviosismo, desesperado por la poca solidez de su zaga. A ella contribuy¨® Roberto Carlos, que jug¨® con una autosuficiencia mal entendida, tirando de frivolidad despu¨¦s de haber fallado en lo fundamental, en evitar los centros desde su banda. Hubo uno escandaloso, en el que Ra¨²l Mart¨ªn estuvo esperando una eternidad el pase de Cort¨¦s. Le lleg¨®, centr¨® y Eto'o envi¨® al palo. Curiosamente, fue ¨¦sa la defunci¨®n del Mallorca. Pues a la jugada siguiente despert¨® Ronaldo y se concluy¨® la atrevida aventura mallorquinista. El Madrid sali¨® de Son Moix como ¨²ltimo l¨ªder del a?o Gracias al car¨¢cter de Ra¨²l y a la potencia descomunal de Ronaldo.
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