Aranda y Urzaiz imponen el juego recio
Tablas entre el Albacete y el Athletic en un choque marcado por la primac¨ªa de los delanteros
Carlos Reina Aranda se peina como Ronaldo, es decir que no se peina; tiene una carcasa similar y naci¨® futbol¨ªsticamente en la cantera del Madrid. All¨ª ten¨ªa poco que hacer. Ni la nueva pol¨ªtica de los zidanes y pavones le ayuda: es delantero centro y Pav¨®n es central. M¨¢s extra?o resulta que ni el Numancia ni el Villarreal se quedaran con ¨¦l.
Le dio cobijo el Albacete y el muchacho, futbol¨ªsticamente m¨¢s parecido a Makukula que a Ronaldo, agradece el acogimiento con muestras de cari?o futbol¨ªstico. Ayer, contra el Athletic, no hizo nada mal. Cada vez que el chicarr¨®n echa a correr la grada se levanta y la defensa, al menos la del Athletic, tiembla. A la primera carrera, se marc¨® un gol de sombrerazo: de potencia, de velocidad y de precisi¨®n, porque su zapatazo se fue a la escuadra de Aranzubia.
ALBACETE 1 - ATHLETIC 1
Albacete: Almunia; Montiel, Buades, Pablo, Pe?a; Iv¨¢n D¨ªaz, ?lvaro (David S¨¢nchez, m. 73), Viaud (Parri, m. 55), Delporte; Pacheco y Aranda (Mikel, m. 83).
Athletic: Aranzubia; C¨¦sar, Luis Prieto, Karanka, Larrazabal; Etxeberria (Arriaga, m. 86), Gurpegui, Tiko, Yeste (Jonan Garc¨ªa, m. 62); Ezquerro (Bordas, m. 92) y Urzaiz.
Goles: 1-0. M. 13. Jugada personal de Aranda que pugna con la defensa y bate a Aranzubia de un tiro por la escuadra.
1-1. M. 40. Bal¨®n de Urzaiz al centro, por alto, que Ezquerro empalma sobre la marcha.
?rbitro: P¨¦rez Burrull. Amonest¨® a Viaud, Iv¨¢n D¨ªaz, Ezquerro, David S¨¢nchez y Delporte.
Unos 15.000 espectadores en el estadio Carlos Belmonte.
El Albacete juega con el coraz¨®n, parecido al Athletic, en el que importa m¨¢s la voluntad que la sutileza. Ambos, en busca de sus chicos grandes. Aranda y Urzaiz demostraron ayer que la grandeza no es compa?era de la torpeza. Entre ambos firmaron las acciones m¨¢s bellas del partido, ¨¦sas que combinan la inteligencia con la potencia y que, una vez en marcha, resultan imparables. Tanto fue as¨ª que Urzaiz, contestando a Aranda, se invent¨® una asistencia a Ezquerro, a la media vuelta, por alto, como un sombrero, que el delantero rojiblanco empalm¨® sobre la marcha midiendo la media salida de Almunia.
Era un partido vigoroso, de choque, sin demasiada primac¨ªa del medio campo, en el que cada cual se ocupaba m¨¢s de destruir que de producir. Los artistas no lo ten¨ªan f¨¢cil, muy alejados de sus compa?eros. Era el caso de Etxeberria, muy desafortunado hasta la segunda mitad cuando dio se?ales de vida y envi¨® un centro-chut al larguero; de Yeste, tan intermitente que acab¨® sustituido; de Delporte que s¨®lo apareci¨® con tres entradas escalofriantes a los tobillos; de Parri, que se mord¨ªa las u?as en el banquillo.
Se jugaba con las v¨ªsceras, con bastante lejan¨ªa entre l¨ªneas y a impulsos de los goles recibidos. Por eso domin¨® el Albacete de salida; por eso, el Athletic cuando sufri¨® el gol de Aranda, y por eso, de nuevo, el Albacete cuando empat¨® Ezquerro. S¨®lo se desequilibr¨® el juego en el tramo final, con dos equipos que por fin quer¨ªan ganar como fuera, por ¨ªmpetu m¨¢s que por juego, por af¨¢n de llegar m¨¢s que por saber c¨®mo llegar.
Y se recobr¨® la emoci¨®n. Un centro al larguero de Almunia, un disparo que repeli¨® Aranzubia, un mal cabezazo franco de Mikel, sustituto de Aranda. Un asunto testicular que le dej¨® al Albacete con su buena racha -seis partidos sin perder- y al Athletic con su escueto balance positivo a domicilio -una victoria-. El partido no daba para m¨¢s que la emoci¨®n y en eso cumpli¨®. Tanto como Aranda y Urzaiz, exponentes del f¨²tbol recio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.