El juez Cach¨®n, el ¨²nico a favor de amparar al recurrente

El magistrado Pablo Cach¨®n, ponente de la sentencia, se ha quedado solo en su pretensi¨®n de conceder el amparo a Javier G¨®mez de Lia?o y ha tenido que conformarse con emitir un voto particular disidente a favor de volver a juzgarle. En el voto no se explica c¨®mo puede volverse a juzgar un delito del que Lia?o ha sido indultado y cuya pena de expulsi¨®n de la carrera ha sido anulada con su reincorporaci¨®n a la Judicatura, pese a no tener cancelados sus antecedentes penales.

Cach¨®n disiente de que la Sala Especial del Tribunal Supremo, integrada por todos los presidentes de Sala y por los magistrados m¨¢s antiguo y moderno de cada una de ellas, no admitiese a tr¨¢mite la recusaci¨®n de Lia?o al tribunal que deb¨ªa juzgarle. La Sala Especial la consider¨® "extempor¨¢nea", ya que la recusaci¨®n tiene que plantearse desde que se conoce la causa, a la primera oportunidad, y Lia?o la sugiri¨® en noviembre de 1998 pero no la formaliz¨® hasta el 25 de febrero de 1999, m¨¢s de tres meses despu¨¦s. Pero Cach¨®n cree que la Sala debi¨® examinar la recusaci¨®n.

El magistrado disidente afirma que "carece de base real y legal" y de "total falta de fundamento" la ausencia de imparcialidad objetiva que Lia?o atribuye al magistrado Enrique Bacigalupo, pero estima que los tres magistrados que dictaron el auto de confirmaci¨®n del procesamiento de Lia?o no debieron ser los que le juzgaran.

En ese sentido, invoca la doctrina del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que establece que en el ¨¢mbito de la imparcialidad objetiva "incluso las apariencias son importantes", doctrina que el propio Cach¨®n reconoce cambiante, pero que en este caso estima que debi¨® aplicarse porque, a su entender, el tribunal adquiri¨® una "convicci¨®n provisional y anticipada" de la culpabilidad de Lia?o.