Batasuna pide a gritos negociar con el PNV
La organizaci¨®n necesita un punto de apoyo para cortar la hemorragia interna y salir del ostracismo
La ¨²nica alegr¨ªa que el mundo del nacionalismo violento ha tenido ¨²ltimamente -Batasuna est¨¢ descubriendo que la clandestinidad es m¨¢s dura de lo que sospechaba y conlleva una penuria econ¨®mica asfixiante- se la dio Xabier Arzalluz el pasado d¨ªa 3 cuando, paraguas en ristre, dirigi¨® el coro de voces que entonaron el Eusko Gudariak (himno del soldado vasco) ante el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco donde declaraba como inculpado el presidente del Parlamento, Juan Mar¨ªa Atutxa. Contra lo que alguno pod¨ªa suponer, los dirigentes de Batasuna no reaccionaron ironizando ¨¢cidamente sobre esta novedosa disposici¨®n del partido gobernante a "dar la sangre por la patria" que canta el Eusko Gudariak. Lejos de eso, no ahorraron elogios al considerar ese gesto.
Batasuna descubre que la clandestinidad es muy dura y supone la asfixia econ¨®mica
"El Eusko Gudariak ante el TSJPV ha llegado al coraz¨®n de miles de abertzales y quisi¨¦ramos que ¨¦sa fuera en adelante la pr¨¢ctica pol¨ªtica del PNV y EA", declar¨® el dirigente de Batasuna, Joseba Permach. Y a?adi¨®: "Con diagn¨®stico y objetivos compartidos, seremos firmes en los principios y flexibles en los planteamientos". Privada de subvenci¨®n p¨²blica, desalojada de sus sedes y de las instituciones, excepci¨®n hecha del Parlamento auton¨®mico, desgastada social y pol¨ªticamente y con una ETA en horas muy bajas, Batasuna est¨¢ pidiendo a gritos negociar con el PNV.
Necesita un punto de apoyo para contener la hemorragia interna, recomponer la figura, salir del ostracismo y espantar la visi¨®n que les presenta como un grupo fantasmal. Tal y como indican en el escrito L¨ªnea pol¨ªtica para el curso 2003-2004, que aprobaron recientemente en su ¨²ltima asamblea clandestina, necesitan imperiosamente ofrecer una referencia a su dispersa base social. De ah¨ª que sus dirigentes multipliquen su actividad en la C¨¢mara vasca, participen en primera fila en los foros de Elkarri, de la EITB (radio televisi¨®n p¨²blica vasca) y en cualquier espacio p¨²blico. Se trata de que se les vea, que nadie crea que han desaparecido de la escena y no puede decirse que en este empe?o no est¨¦n contando con la colaboraci¨®n oficial del nacionalismo. As¨ª, por gentileza del PNV, Arnaldo Otegi inaugur¨® el otro d¨ªa con una conferencia el nuevo batxoki de Andoain, el pueblo de Joseba Egibar.
Batasuna tiene mucha prisa, pero el cerebro armado que dirig¨ªa al denominado Movimiento de Liberaci¨®n Nacional Vasco (MLNV) parece embotado y confuso tambi¨¦n en el terreno pol¨ªtico. Ha perdido la columna vertebral -un centenar largo de miembros de KAS-EKIN, etc¨¦tera, est¨¢n procesados en los sumarios del juez Garz¨®n- que le permit¨ªa controlar y dirigir a su brazo pol¨ªtico y a sus organizaciones sat¨¦lites, ahora ilegalizadas. Aparte de proclamar la necesidad de ejercer una oposici¨®n "positiva" y "constructiva", no sabe qu¨¦ hacer ante un plan soberanista que recoge buena parte de sus postulados pero le niega su funci¨®n de ser y expolia su cuerpo electoral. No acierta a responder al dilema de "refer¨¦ndum en ausencia de violencia" que plantea Ibarretxe, a proteger pol¨ªticamente a Batasuna, sacarle del aislamiento pol¨ªtico sin ceder, sin pasar a engrosar el basurero de la historia.
Esa indeterminaci¨®n se traslada inevitablemente a una Batasuna que ¨²nicamente aclara algo las cosas cuando expone su deseo de pescar en r¨ªo revuelto. "Los elementos de la ecuaci¨®n est¨¢n ah¨ª pero hay que componerlos adecuadamente". (...) "Nuestro objetivo no es sacar adelante el plan Ibarretxe. (...) Nuestro objetivo no es paralizar de facto el plan Ibarretxe. (...) Nuestro objetivo es aprovechar la ola generada por dicho plan para fijar las bases de la soluci¨®n democr¨¢tica que necesita Euskal Herria", escriben en el documento aprobado en su ¨²ltima asamblea. Los pilares de la propuesta que quiere sacar adelante antes del Aberri Eguna ("D¨ªa de la Patria", a celebrar el domingo de Resurrecci¨®n) contempla una consulta popular para toda Euskal Herria (incluidos el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s y Navarra). Hay que marcar distancias con el plan Ibarretxe para no vaciar de sentido a la propia posici¨®n, pero de lo que se trata ahora es de aferrarse al PNV como a un clavo ardiendo y a poder ser conducirle suavemente hacia el monte del enfrentamiento frontal con Espa?a.
Dos perspectivas que pueden llegar a cruzarse en algunos momentos del proceso se dibujan en el horizonte. La primera habla de una nueva tregua, no regalada salvo que el desastre dom¨¦stico sea completo, sujeta al resultado de las negociaciones con el nacionalismo institucional. La formaci¨®n de un bloque nacionalista comprometido en la lucha frontal contra el Gobierno espa?ol, un bloque que cobijara y asegurara el protagonismo a la ilegalizada Batasuna, entre otras cosas, podr¨ªa dar paso a la "suspensi¨®n de las actividades armadas", que reclaman algunas voces del nacionalismo violento. Queda por ver la capacidad de arrastre de esas voces, pero hay que contar con la resistencia org¨¢nica a la desaparici¨®n de un grupo terrorista que ya ha demostrado sobradamente su disposici¨®n a perpetuarse sobre la ruina general, la ajena, desde luego, pero tambi¨¦n la propia.
La segunda perspectiva, avalada igualmente por gentes ya muy esc¨¦pticas de Batasuna que creen que ETA no encontrar¨¢ nunca el momento de parar, pronostica un trayecto ag¨®nico de marginalizaci¨®n, asesinatos y detenciones que conducir¨ªa a los votantes del nacionalismo violento a engordar m¨¢s y m¨¢s las filas del nacionalismo soberanista institucional. La inc¨®gnita principal reside en el PNV, en el margen de maniobra que se conceder¨¢ ese partido a la hora de abordar la negociaci¨®n pendiente con ETA-Batasuna. Porque desde el Pacto de Lizarra-Estella, abandonada la estrategia de negociaci¨®n con el Estado, el terrorismo vasco ha puesto sus ojos en el PNV. Conviene no olvidar que una de las propuestas m¨¢s debatidas en la asamblea virtual -cruce de escritos- realizada por ETA en 2000 fue la de atentar contra el PNV.
Son tiempos superados con el b¨¢lsamo soberanista, pero todos los atentados de ETA, y no s¨®lo los dirigidos contra la Ertzaintza, tienen tambi¨¦n la facultad de presionar y comprometer al nacionalismo institucional en su desaf¨ªo con el Estado. Por otra parte, ETA-Batasuna no disimulan sus preferencias en la pugna sucesoria por la presidencia del PNV. He aqu¨ª un comentario ilustrativo publicado recientemente en Gara, el diario de Batasuna. "Mala noticia ser¨ªa que lo que Arzalluz y Egibar representan en el PNV fuera sustituido por los tirillas de Imaz, abertzales de sobremesa, que se hacen pip¨ª al primer gru?ido madrile?o. Para la izquierda abertzale, Arzalluz es culebra de caser¨ªo, capaz hasta de robarte huevos de la cesta electoral, pero que mantiene las ratas a raya. Guste o no, representa hoy el mejor PNV posible".
Aunque la predisposici¨®n de Joseba Egibar a pactar con el nacionalismo violento es conocida -para disgusto del lehendakari que se comprometi¨® a no pactar con Batasuna en tanto no condene la violencia, ¨²ltimamente menudean las maniobras que buscan acuerdos parlamentarios con esa formaci¨®n-, el PNV no tiene, seguramente, en estos momentos un particular inter¨¦s en una negociaci¨®n global. Prefiere hacerlo m¨¢s adelante con una ETA m¨¢s debilitada y una Batasuna m¨¢s desgastada por el efecto reclamo del plan soberanista. Mientras Batasuna no sea presentable en sociedad, lo que le gustar¨ªa es ir absorbi¨¦ndolos de manera natural antes que someterse a un pacto como el de Lizarra-Estella del que sali¨® escaldado.
Esa alianza de amistades peligrosas podr¨ªa, adem¨¢s, ahuyentar a una parte de su electorado y hacerle perder la centralidad de que disfruta, gracias, en buena medida, a la existencia misma del nacionalismo violento. Batasuna sabe que la ¨²nica forma de conseguir que el PNV acepte una candidatura conjunta nacionalista para "negociar con el Estado que se respete el derecho de autodeterminaci¨®n del pueblo vasco" es que condene previamente la violencia de ETA. Seg¨²n proclaman ahora los dirigentes de Batasuna, una candidatura conjunta permitir¨ªa "pasar la p¨¢gina" y "cerrar un ciclo".
En el escrito aprobado en su ¨²ltima asamblea clandestina, se declara dispuesta a ser audaz y a iniciar una nueva din¨¢mica "sin soslayar el debate sobre la violencia". ?Trata de recrearse en un nueva formaci¨®n pol¨ªtica autorizada esta vez a conducirse con un mayor margen de ambig¨¹edad e, incluso, a condenar formal y ret¨®ricamente la violencia, todas las violencias: la del Estado, la de ETA.., para burlar as¨ª la prohibici¨®n judicial? ?No es una maniobra combinada con ETA dise?ada con el prop¨®sito de salir del agujero?
El papel estelar de Esquerra Republicana (ERC) ha llevado a algunas gentes de Batasuna a recordar que la denominada "izquierda abertzale" tiene tambi¨¦n un espacio electoral y pol¨ªtico propio y podr¨ªa desempe?ar un papel m¨¢s honorable y determinante, si no fuera por ese cord¨®n umbilical que le ata desde siempre a ETA, que le condena a ejercer de valedor del terrorismo.
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