Rouco y los homosexuales
Ante la intolerable sarta de desprop¨®sitos pronunciada por el presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola el pasado domingo, Gehitu, asociaci¨®n de gays y lesbianas del Pa¨ªs Vasco, desea manifestar que si la sociedad, como dice el se?or Rouco Varela, es hosca e insensible a la solidaridad, mucho tienen que ver en ello la inquina, el odio y el desprecio que se esconden, muchas veces de forma indisimulada, en los mensajes que la propia jerarqu¨ªa de la Iglesia Cat¨®lica lanza contra distintos grupos sociales.
Reducir las relaciones de amor, fraternidad y compromiso de vida entre dos hombres o entre dos mujeres al "simple contacto sexual", calificando de paso al amor homosexual como de "inversi¨®n antinatural" (sic), adem¨¢s de un desconocimiento absoluto de la realidad de lesbianas y gays muestra una homofobia sin l¨ªmites que repugna al m¨¢s elemental sentido com¨²n. Hombres y mujeres homosexuales amamos con la misma calidad y el mismo nivel que mujeres y hombres heterosexuales, y negarlo tan s¨®lo es una muestra de desprecio absoluto a las personas de orientaci¨®n homosexual. Esto no es ya una condena a la homosexualidad salvando a los homosexuales: es un intolerable ataque a la dignidad individual de las personas.
Resulta inconcebible e intolerable en un Estado social, democr¨¢tico y de derecho, y por definici¨®n constitucional laico, la injerencia de la Conferencia Episcopal en el escenario pol¨ªtico y en una campa?a electoral, descalificando con mentiras una propuesta pol¨ªtica e intentando generar alarma social. Si Rouco Varela quiere ejercer de vocero de la derecha radical espa?ola deber¨ªa adscribirse a un partido pol¨ªtico, a semejanza del reverendo protestante Pat Robertson en Estados Unidos. Y si pretende emular al gu¨ªa espiritual Al¨ª Jamenei de Ir¨¢n debe saber que se ha equivocado de pa¨ªs.
Esperamos, y en cualquier caso solicitamos, que las comunidades cristianas de base y las autoridades pol¨ªticas espa?olas hagan saber a este se?or que las reglas del juego democr¨¢tico son las que son, las que el pueblo soberano se da en los ¨®rganos de representaci¨®n popular establecidos al efecto y que el odio, el rencor, el prejuicio y la homofobia no tienen cabida ni en la Constituci¨®n ni en los Convenios y Declaraciones Internacionales de Derechos Fundamentales.
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