La novela del jazz latino

Las p¨¢ginas de Oye c¨®mo va... el mundo del jazz latino no dejan dudas: Mario Bauz¨¢ ofici¨® el feliz enlace entre el jazz y los ritmos afrocubanos. Suced¨ªa en Nueva York, en los a?os cuarenta del siglo XX, y los clubes nocturnos de la ciudad eran los anfitriones de esa gozosa realidad que demasiados aficionados al jazz han tratado con desprecio o, peor a¨²n, con indiferencia. Cierto que los m¨²sicos cubanos no tuvieron la exclusiva del bodorrio. Ya un trombonista puertorrique?o, Juan Tizol, hab¨ªa escrito Caravan para la orquesta del se?or Ellington, e incluso un violinista catal¨¢n de Cuba llamado Xavier Cugat hab¨ªa proyectado la imagen sonora de lo latino con perspicacia comercial. A los m¨²sicos cubanos y puertorrique?os se les ir¨ªan sumando con el tiempo paname?os, dominicanos, brasile?os o argentinos. Y (con el debido permiso, porque el jazz latino es m¨²sica americana, nacida y criada en el Nuevo Mundo) hasta un pianista de C¨¢diz de nombre Chano y apellido Dom¨ªnguez.

Historias, como escribe Jos¨¦ Arteaga, de gente maltratada por sus padres, insultada por el color de su piel, agobiada por la soledad, refugiada en las drogas y perdida en la noche, pero tambi¨¦n de empresarios ¨¢vidos y estudiosos incansables. Arteaga, escritor y periodista colombiano afincado en Barcelona, las narra con pasi¨®n. Autor de t¨ªtulos como M¨²sica del Caribe (1993) o La salsa: un estado de ¨¢nimo (1999) plantea casi una novela. As¨ª se deja leer por momentos esta historia coral que protagonizan Machito, Dizzy Gillespie, Chano Pozo, Cal Tjader, Tito Puente, Charlie y Eddie Palmieri, George Shearing, Mongo Santamar¨ªa, Jerry Gonz¨¢lez, Chucho Vald¨¦s, Paquito D'Rivera...