La mosca contra el cristal
Desde el 15 de Marzo, d¨ªa fat¨ªdico en el que fue agredido quir¨²rgica y alevosamente mi hijo Alonso, menor de edad de seis a?os, en una cl¨ªnica privada de Valencia, llevo meses intentando suscitar, sin ¨¦xito, desde prensa, radio y televisi¨®n, la condena un¨¢nime, p¨²blica y expl¨ªcita de las circuncisiones rituales de menores, cobarde e inmunda pr¨¢ctica habitual en nuestro pa¨ªs. Nada, ni por esas: ahora el plato ¨²nico es la ablaci¨®n, la infibulaci¨®n y la escisi¨®n y de lo dem¨¢s no se puede ni hablar hasta nueva orden.
Admito que, a pesar de mi devoci¨®n por el buen estilo, pueda ser falta de tacto por mi parte, y que mis destempladas denuncias de la rutinaria y sangrienta ceremonia musulmana de iniciaci¨®n varonil puedan considerarse ofensivas, eso s¨ª, desde el punto de vista de quienes ponen la religi¨®n por encima incluso de derechos humanos tan b¨¢sicos como el derecho a la integridad f¨ªsica. Pero, de cualquier manera, tampoco veo que los doctores de la pluma se apliquen en modo alguno al escandaloso asunto.
A pesar de todo, como un imb¨¦cil, sigo leyendo con ¨¢vido inter¨¦s las secciones de Sanidad, Tribunales, Sociedad, Cultura y, sobre todo la de Cartas al Director de todas las publicaciones que conozco, intentando tal vez in¨²tilmente vislumbrar una chispa de luz al respecto. Y, sin pretenderlo, me vengo a encontrar con esto: "Los perros no son un juguete", "Los crust¨¢ceos sufren", "A bastonazos con los toros", "Acogida de animales", "Animales abandonados". Entonces, no puedo remediarlo, se me parte el coraz¨®n al darme cuenta de la sensibilidad exquisita que, aunque yo no quiera reconocerlo, ha alcanzado nuestra progresiva y bendita sociedad.
Quiz¨¢s el a?o nuevo nos traiga, por si eso fuese poco, una mayor sensibilidad editorial por los derechos fundamentales de la infancia, pisoteados actualmente en nuestra propia patria y aparentemente ignorados, para algunos, por nuestra propia legislaci¨®n al respecto de BOE 254, de 30 de Septiembre. ?O quiz¨¢s nos decantemos, por el contrario, por profundizar m¨¢s en la exploraci¨®n del reino mineral o del vegetal? No tardaremos mucho en saber qu¨¦ rumbo van tomando las cosas. ?Pura deriva azarosa? Dios quiera que no. Mientras tanto, y si no es mucho pedir, ya que no me abren la ventana ?podr¨ªan, por favor, cambiarme, por lo menos, el cristal?
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