Un nacionalista parte como favorito en las elecciones de Georgia
Saakashvili tiende la mano a Europa y EE UU
Las elecciones presidenciales de Georgia, que se celebran ma?ana, abren una nueva p¨¢gina en la historia de esa rep¨²blica transcauc¨¢sica. La previsible victoria del nacionalista Mija¨ªl Saakashvili, l¨ªder de la revuelta popular que desbanc¨® en noviembre al presidente Eduard Shevardnadze, que prosigue su vida en Tbilisi, pondr¨¢ fin a los titubeos de la era de este ¨²ltimo en pol¨ªtica internacional, y a partir de ahora Georgia mirar¨¢ decididamente hacia Occidente -EE UU y la UE-, dando definitivamente la espalda a Rusia para dejar su historia com¨²n de m¨¢s de dos siglos en el pasado.
Pero Saakashvili, a pesar de la animosidad que siente por su poderosa vecina, tratar¨¢ de mantener con ella relaciones relativamente buenas, para al menos excluir que Rusia se sienta tentada de desmembrar Georgia y anexionarse las autonom¨ªas de Abjazia y Osetia del Sur. A pesar de su peque?o tama?o -69.700 kil¨®metros cuadrados y 4,4 millones de habitantes- y de no tener grandes recursos naturales, Georgia es un pa¨ªs de una gran importancia estrat¨¦gica, ante todo como territorio de tr¨¢nsito del petr¨®leo del Caspio, principalmente el de Azerbaiy¨¢n, y tambi¨¦n, en el futuro, del gas de Asia Central. De ah¨ª el gran inter¨¦s que tiene EE UU por lograr que se establezca un Gobierno estable de orientaci¨®n prooccidental. Para Rusia, la ruta del petr¨®leo por territorio georgiano significa cuantiosas p¨¦rdidas al dejar de ser pa¨ªs de tr¨¢nsito obligado del crudo del Caspio como lo era hasta que naci¨® el proyecto del oleoducto Bak¨²-Tbilisi-Ceihan, que comienza en Azerbaiy¨¢n y termina en Turqu¨ªa, evitando salir como quer¨ªan los rusos por el puerto de Novorrosi¨ªsk.
No es de extra?ar que, ante esta perspectiva, algunos polit¨®logos rusos opinen que hay que acelerar la desintegraci¨®n de Georgia. Tbilisi no controla regiones estrat¨¦gicas de su territorio. Abjazia, rep¨²blica aut¨®noma ubicada en el noroeste, y Osetia del Sur, en el norte, son de hecho independientes despu¨¦s de que los georgianos perdieran en 1993 la guerra que desataron contra los abjazos. Y, durante el conflicto con Osetia del Sur, decenas de miles de osetios cruzaron las monta?as del C¨¢ucaso para refugiarse en Osetia del Norte, rep¨²blica ¨¦sta que forma parte de la Federaci¨®n Rusa.
Tanto Abjazia como Osetia del Sur han pedido a Mosc¨² que las acepte como miembros de la Federaci¨®n Rusa, pero el Kremlin ha optado por no estudiar oficialmente esas peticiones. Pero s¨ª ha permitido que los habitantes de esas autonom¨ªas georgianas se conviertan en su mayor¨ªa en ciudadanos rusos. Como miembros de la desintegrada Uni¨®n Sovi¨¦tica, los abjazos y surosetios han tenido facilidades para obtener pasaportes rusos. Este hecho crea una situaci¨®n sumamente delicada para Tbilisi, ya que, si quisiera lanzar una nueva guerra para reconquistar Abjazia por la fuerza, Rusia podr¨ªa intervenir alegando que lo hace para defender a sus ciudadanos.
Rusia dice no alimentar los ¨¢nimos separatistas de las autonom¨ªas georgianas, y el presidente Vlad¨ªmir Putin reiter¨® que respeta el principio de la integridad territorial, incluida la de Georgia. Pero es precisamente con Adzharia -la ¨²nica autonom¨ªa de la ex Uni¨®n Sovi¨¦tica formada no seg¨²n el principio ¨¦tnico, sino el religioso: sus habitantes son georgianos, pero, en lugar de cristianos ortodoxos, son musulmanes- con la que los dirigentes de la revoluci¨®n de terciopelo han obtenido su primer ¨¦xito para evitar la desintegraci¨®n definitiva de Georgia. El l¨ªder adzharo, Asl¨¢n Abashidze, despu¨¦s de negarse a reconocer a las nuevas autoridades de Tbilisi y asegurar que la autonom¨ªa no participar¨ªa en las presidenciales, anunci¨® esta semana que los adzharos acudir¨ªan a las urnas, con lo que el r¨¦gimen de Saakashvili quedar¨¢ legitimado entre todos los georgianos. Su principal desaf¨ªo ser¨¢ reintegrar a los abjazos y surosetios en la nueva Georgia, evitando al mismo tiempo embarcarse en otra aventura militar.
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