Vuelve la s¨ªfilis
La relajaci¨®n en las medidas preventivas causa el rebrote de las enfermedades de transmisi¨®n sexual
Nunca acabaron de desaparecer, pero todos las cre¨ªan controladas y restringidas a los ambientes m¨¢s s¨®rdidos de la prostituci¨®n. Ahora, sin embargo, la s¨ªfilis y la gonorrea, dos de las m¨¢s devastadoras enfermedades ven¨¦reas de la historia, vuelven a llamar con fuerza a la puerta de los hospitales. La relajaci¨®n de costumbres en materia de prevenci¨®n sexual, el aumento de la prostituci¨®n callejera, junto con la llegada de inmigrantes desde pa¨ªses muy castigados por estas enfermedades, han encendido las luces de alarma. La s¨ªfilis vuelve a estar en la agenda de las autoridades sanitarias.
Aunque los datos oficiales hablan de no m¨¢s de 734 casos registrados en 2002 en Espa?a, algunos de los indicadores sobre la situaci¨®n de la s¨ªfilis transmiten preocupaci¨®n. En las grandes ciudades y en las comunidades m¨¢s pobladas -Catalu?a, Canarias y Andaluc¨ªa-, los casos de s¨ªfilis subieron el a?o pasado entre el 15% y el 25% seg¨²n diferentes centros consultados por este diario. Y ello podr¨ªa ser s¨®lo el principio, advierten los expertos.
"Se est¨¢ bajando la guardia, y ello tambi¨¦n repercutir¨¢ en el aumento de casos de sida"
"No basta con utilizar el preservativo; tenemos que utilizarlo bien y durante toda la relaci¨®n"
En 2002, los casos de s¨ªfilis aumentaron cerca del 25% en Catalu?a y Andaluc¨ªa
Jordi Casabona, director del Centro de Estudios Epidemiol¨®gicos del Sida de Catalu?a, considera que precisamente el sida y los avances en la lucha contra esta enfermedad est¨¢n detr¨¢s del aumento de los casos de s¨ªfilis. "Determinados colectivos est¨¢n bajando la guardia a la hora de mantener relaciones sexuales porque est¨¢n perdiendo el miedo al sida", explica este experto que copresidi¨® la Conferencia Internacional del Sida de 2002. "Con el aumento de la efectividad de los f¨¢rmacos antirretrovirales mucha gente cree, err¨®neamente, que el sida ya es una dolencia curable y que es la ¨²nica enfermedad de transmisi¨®n sexual peligrosa. No piensan en la s¨ªfilis y la gonorrea".
Hasta el momento, los centros de tratamiento de enfermedades infecciosas han observado que el mayor auge de estas enfermedades se ha dado en personas dedicadas a la prostituci¨®n, las m¨¢s expuestas a las enfermedades de transmisi¨®n sexual. Pero los clientes de estas prostitutas y sus respectivas parejas sexuales tambi¨¦n est¨¢n muy expuestos y cada vez son m¨¢s los que acaban acudiendo a un hospital con erupciones cut¨¢neas que denotan una s¨ªfilis en estadio inicial.
Juan Ordaz, jefe de Ginecolog¨ªa del hospital de La Paz de Madrid, reconoce el avance de estas enfermedades, pero se niega a ser alarmista. "Es muy diferente sufrir una s¨ªfilis hoy que hace 100 a?os. Adem¨¢s, la mayor parte de casos se detectan en su estado inicial, que es muy visible y tambi¨¦n muy f¨¢cil de tratar", explica. "Y si el tratamiento se hace bien, el paciente no sufre secuelas", a?ade.
Espa?a no es el ¨²nico pa¨ªs donde la s¨ªfilis avanza. La tendencia es mucho m¨¢s clara en EE UU, especialmente en los estados m¨¢s urbanos, como el de California, donde la comunidad homosexual est¨¢ siendo fuertemente castigada por la enfermedad. En Europa, los pa¨ªses escandinavos, pero tambi¨¦n Inglaterra y Alemania, est¨¢n notando una mayor incidencia, en un episodio que algunos expertos consideran como la antesala de un rebrote del sida. "El aumento de casos de s¨ªfilis denota que se est¨¢ bajando la guardia en la prevenci¨®n, y ello tambi¨¦n acabar¨¢ repercutiendo en un incremento del n¨²mero de contagios de VIH, algo que podremos ver dentro de pocos a?os", afirma Jordi Casabona, quien recuerda que esto es lo que ya est¨¢ ocurriendo en EE UU. En Nueva York, por ejemplo, la s¨ªfilis aument¨® el 146% entre 2000 y 2002, algo que los m¨¦dicos tambi¨¦n relacionan con el reciente incremento del n¨²mero de casos de sida. Sufrir una enfermedad como la s¨ªfilis incrementa la posibilidad de contagiarse de sida a causa de las peque?as heridas que la primera causa sobre la piel de las zonas genitales.
La inmigraci¨®n es el otro gran reservorio de la enfermedad, como refleja un estudio realizado por la Consejer¨ªa de Salud de Melilla en 2002. Los autores de este estudio diagnosticaron s¨ªfilis a 4 de cada 100.000 habitantes. Sin embargo, al centrar las pruebas en la poblaci¨®n de origen extranjero el ¨ªndice se dispar¨® hasta los 1.081 casos por cada 100.000 personas.
Otros m¨¦dicos son menos pesimistas. "No debemos olvidar que en mi hospital, por ejemplo, la s¨ªfilis apenas afecta a una mujer de cada 100.000", recuerda Juan Ordaz. "Y casi siempre son prostitutas o personas que han estado en contacto con ellas", afirma este m¨¦dico, que considera que la utilizaci¨®n del preservativo en todas las relaciones sexuales con parejas ocasionales es la mejor forma para evitar la enfermedad.
La importancia del diagn¨®stico r¨¢pido
La s¨ªfilis nunca pasa desapercibida. Sus primeros s¨ªntomas suelen aparecer a las tres o cuatro semanas de haberse producido la infecci¨®n. La primera se?al suele ser una ¨²lcera o llaga, que no es dolorosa y que aparece cerca de los ¨®rganos genitales. Esta ¨²lcera puede venir acompa?ada de inflamaciones en las gl¨¢ndulas. En una segunda fase, y tras unas cinco o siete semanas, las llagas desaparecen por s¨ª mismas, pero la enfermedad permanece latente en el cuerpo. Unas semanas m¨¢s tarde suelen aparecer erupciones en cualquier parte de la anatom¨ªa, como el tronco, los brazos o las piernas. Otros s¨ªntomas que pueden presentarse incluyen cansancio, fiebre, garganta dolorida, dolores de cabeza, ronquera y p¨¦rdida de apetito. Estas se?ales y s¨ªntomas duran de 2 a 6 semanas, y desaparecer¨¢n incluso si no se recibe ning¨²n tratamiento.
Despu¨¦s de la segunda etapa, la s¨ªfilis latente comienza incluso cuando no hay ninguna muestra o s¨ªntoma evidente de enfermedad. Esta etapa puede ocurrir en cualquier momento hasta que se cure la enfermedad o los s¨ªntomas serios de la s¨ªfilis tard¨ªa comiencen.
La etapa tard¨ªa de la s¨ªfilis ocurre cuando la enfermedad contin¨²a sin tratamiento. Puede implicar serias repercusiones en la piel, los huesos, el sistema nervioso central y el coraz¨®n, y puede causar incapacidad o muerte.
Con el tratamiento apropiado durante la etapa primaria, las ¨²lceras desaparecer¨¢n y no se llegar¨¢ a las fases posteriores.
Los m¨¦dicos recuerdan que, como en otras enfermedades de transmisi¨®n sexual, el preservativo es fundamental en la prevenci¨®n de la s¨ªfilis. "Y debe utilizarse bien", recuerda el dermat¨®logo Jos¨¦ Manuel Ure?a. "No basta con utilizar el preservativo durante la penetraci¨®n; tambi¨¦n en el sexo oral y durante toda la relaci¨®n es imprescindible llevarlo puesto", explica, ya que la s¨ªfilis se transmite por el simple contacto con fluidos corporales infectados.
Penicilina para un 'castigo' divino
Ya no es un mal innombrable ni un castigo de Dios pero la s¨ªfilis, la enfermedad que asol¨® Europa durante 400 a?os y que tuvo a Cristobal Col¨®n, Vincent van Gogh o al mism¨ªsimo Adolf Hitler entre sus afectados m¨¢s ilustres, sigue causando verg¨¹enza e incluso cierta estigmatizaci¨®n entre los que la sufren. La Iglesia cat¨®lica nunca ahorr¨® calificativos despectivos a aquellos que en su d¨ªa tropezaron con la bacteria Treponema pallidum, causante de la enfermedad, un organismo que, seg¨²n muchos historiadores, sali¨® de la Am¨¦rica reci¨¦n conquistada por Col¨®n. Los franceses no tardaron en denominarla "el mal espa?ol" o el mal "de la Espa?ola", en referencia a la primera isla conquistada por Col¨®n.
Los primeros casos en Europa se localizaron en los puertos que m¨¢s contacto ten¨ªan con el nuevo continente, y lo que al principio fue una enfermedad reservada a navegantes, mendigos y prostitutas se expandi¨® de tal forma que, a principios del siglo XX, afectaba al 15% de la poblaci¨®n europea.
Pero todo cambi¨® con la llegada de la penicilina. Desde que a principios de la d¨¦cada de 1940 se realizaron los primeros ensayos con este antibi¨®tico, la penicilina ha sido una pieza clave para combatir la s¨ªfilis.
Jos¨¦ Manuel Ure?a Esribano, responsable del Centro de Tratamiento de Enfermedades de Transmisi¨®n Sexual del hospital San Juan de Dios de Granada, explica que bastan tres inyecciones de penicilina para curar una s¨ªfilis en estado primario. "La experiencia nos demuestra que con tres inyecciones la s¨ªfilis se va sin apenas dejar rastro", afirma este m¨¦dico, que recuerda la necesidad de localizar y tratar la s¨ªfilis en sus estados iniciales.
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