"Mi novela pasa en el ¨²ltimo verano de la inocencia"
Antonio Soler (M¨¢laga, 1956) viv¨ªa ayer con aparente tranquilidad la resaca del d¨ªa despu¨¦s de ganar el Premio Nadal. En los salones del hotel Ritz de Barcelona atend¨ªa a la prensa, recib¨ªa felicitaciones, contestaba m¨²ltiples llamadas telef¨®nicas y no parec¨ªa cansarse de explicar por en¨¦sima vez de qu¨¦ trata la novela ganadora. "El camino de los ingleses", coment¨® cuando por fin pudo sentarse en un mullido sill¨®n, "es una novela con muchos personajes que se encuentran en el tr¨¢nsito del final de la adolescencia y ven c¨®mo se levantan ante ellos muchas incertidumbres ante la perspectiva de la entrada en la edad adulta. Cada uno tiene sus propios miedos y sus propios sue?os, pero se agrupan como para guardarse las espaldas entre s¨ª".
"En 'El camino de los ingleses' hay j¨®venes desubicados que buscan escapar por medio de los sue?os"
Soler ha ambientado El camino de los ingleses en su ciudad, M¨¢laga, en un verano de hace aproximadamente veinte a?os, aunque se ha permitido a?adir algunos escenarios imaginarios, como el camino del t¨ªtulo. El tono del libro lo marca un narrador que fue testigo de ese verano que agrup¨® a una serie de personajes de entre 17 y 19 a?os y lo recuerda de un modo lineal, imbricando las distintas historias. "En este sentido", comenta Soler, "El camino de los ingleses es mi novela m¨¢s lineal, con menos saltos y con menos voces. Creo que es mi novela m¨¢s abierta".
A la hora de buscar paralelismos con otras novelas suyas, Soler no lo duda. "Por el tono se parece a Las bailarinas muertas, aunque el ambiente y la historia no tienen nada que ver. A diferencia de lo que ocurre en otros libros m¨ªos, aqu¨ª no aparece ning¨²n personaje de libros anteriores. Podr¨ªamos decir que he hecho limpieza de la plantilla de personajes. Transcurre toda en un verano, que podr¨ªa ser el ¨²ltimo verano de la inocencia antes de entrar en la madurez".
De entre los distintos j¨®venes que aparecen en la novela, destaca Soler que hay cuatro o cinco que adquieren un papel m¨¢s relevante. "Uno de ellos es de origen humilde y aspira a ser poeta, pero porque ve la poes¨ªa como una manera de huir del mundo gris y triste que le rodea", se?ala. "Otro es un amigo suyo de ideas disparatadas que ha sido abandonado por el padre y se fabrica historias para justificarlo. Como desapareci¨® un d¨ªa de tormenta, se inventa incluso que se lo llev¨® una nube, como sucede a veces con las ranas. En definitiva, son j¨®venes un poco desubicados que pretenden escapar de su mundo por medio de los sue?os. Se dan cuenta de que les espera un futuro incierto y de que el mundo de los adultos no es f¨¢cil".
El mundo literario que caracteriza a Antonio Soler, que siempre ha manifestado su inter¨¦s por ciertos personajes marginales, vuelve a aparecer en El camino de los ingleses. "La marca de la casa sale", sonr¨ªe. "No veo la necesidad de traicionar tu propia huella. A m¨ª me gustan los novelistas que construyen un mundo trabado, como Juan Mars¨¦ o William Faulkner".
Afirma Antonio Soler que su novela tiene "algo de picaresca" y que tambi¨¦n tiene "iron¨ªa y humor". "Quiz¨¢s hay menos negrura que en mis libros anteriores", concluye. Respecto a las dosis de picaresca de El camino de los ingleses, sonr¨ªe ante la pregunta de si el Pijoaparte de Mars¨¦ tiene algo que ver con los personajes de su novela. "Podr¨ªa estar aqu¨ª", admite. "A veces he pensado en hacer un homenaje a Juan Mars¨¦ haciendo que Teresa Serrat o el Pijoaparte cruzaran en alg¨²n momento por la novela, pero quiz¨¢s no lo he hecho porque le tengo mucho respeto".
Antonio Soler, que anteriormente ya consigui¨® el Premio Andaluc¨ªa, el Herralde, el Nacional de la Cr¨ªtica y el Primavera de Novela, comenta que si se present¨® al Nadal fue para ampliar la difusi¨®n de El camino de los ingleses. "Me interesa llegar a muchos lectores", afirma, "y, por otra parte, cuando yo era joven, el Nadal era el premio que todos quer¨ªamos ganar".
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