Los terratenientes se levantan en Brasil contra una reserva ind¨ªgena

El anuncio del Gobierno de Lula de que va a declarar este mismo mes reserva ind¨ªgena la zona Raposa Serra do Sol, un territorio de 1,75 millones de hect¨¢reas en el Estado de Roraima, ha puesto en pie de guerra a los terratenientes que instalaron sus negocios all¨ª una tras haber devastado miles de hect¨¢reas de selva. Los terratenientes, apoyados por dos centenares de indios, mantienen cortadas varias carreteras.

En Raposa Serra do Sol los terratenientes tienen plantaciones de arroz, soja y negocios ganaderos, por eso el anuncio del ministro de Justicia, M¨¢rcio Thomas Bastos, de declarar ese territorio reserva ind¨ªgena ha ca¨ªdo como una bomba. Los terratenientes, apoyados por dos centenares de indios, han bloqueado con tractores, camiones y bloques de madera dos carreteras, la que une a la capital del Estado de Roraima, Boa Vista, con Manaos y Venezuela y la que va hasta la Rep¨²blica de Guyana.

Adem¨¢s, 200 indios con atuendos de guerra han ocupado la Sede Nacional del Indio, en Boa Vista, y un grupo numeroso de agricultores ha entrado en el Instituto Nacional de Colonizaci¨®n y Reforma Agraria.

Para completar el panorama de revoluci¨®n, tres religiosos extranjeros han sido secuestrados. El Consejo Indigenista Misionero ha protestado por ello y porque cree que se les est¨¢ sometiendo a torturas. La Polic¨ªa Federal ha confirmado el secuestro de Romildo Pinto, C¨¦sar Avellaneda y Juan Carlos Mart¨ªnez, pero no las torturas. Los misioneros, que han denunciado tambi¨¦n la destrucci¨®n de un hospital y de una escuela, han pedido al presidente Lula que firme r¨¢pidamente el decreto de reserva para acabar con las protestas.

El gobernador de Roraima, Flamarion Portela, que se pas¨® al Partido de los Trabajadores cuando Lula lleg¨® al poder y ha tenido que abandonarlo tras sospechas de corrupci¨®n, est¨¢ apoyando a los hacendados. Una de ellos, la terrateniente Isabel Cristina Ferreira Itikawa, que cultiva 2.700 hect¨¢reas de tierra en la reserva, afirma que est¨¢ de acuerdo con que los indios tengan su territorio, pero que se deben respetar las haciendas que ya est¨¢n produciendo. En la zona que ser¨¢ decretada reserva para los 7.000 indios que all¨ª viven, se han ido instalando en los ¨²ltimos a?os hasta 8.000 personas que ahora tendr¨¢n que irse.

Por otro lado, en las ciudades de Iguatemi y Japora, en Mato Grosso do Sul, casi en la frontera de Brasil con Paraguai, cerca de 3.000 indios guarani-caiov¨¢, armados de arcos y flechas, han invadido el martes cinco haciendas de la regi¨®n. Los indios quieren que las 1.600 hect¨¢reas de que disponen pasen a 9.400, las que les prometi¨® el Gobierno. En Brasil, cuando llegaron los portugueses, viv¨ªan cinco millones de indios. Hoy s¨®lo 300.000.