A favor del autoestop
El nuevo C¨®digo de Circulaci¨®n nos ha vestido con elegantes chalecos reflectantes, muy homolgados ellos, y ha prohibido hacer dedo en autov¨ªas y autopistas. Los legisladores no se dan cuenta de que con esa ley impiden a los j¨®venes una hermosa y econ¨®mica forma de conocer mundo, de saltar a la necesaria aventura, de hacer amistades. Dif¨ªcilmente se puede justificar esta prohibici¨®n, pues no entra?a peligro alguno detener el veh¨ªculo al borde de la calzada, previa se?alizaci¨®n con la luz intermitente.
?Qui¨¦n un buen d¨ªa no cogi¨® una mochila y march¨® a explorar geograf¨ªas y culturas? ?Qui¨¦n no abandon¨® la comodidad del hogar con escaso dinero, pero enorme curiosidad por descubrir lo diferente? Los legisladores se olvidan de los j¨®venes que desean dormir bajo las estrellas y sacar al amanecer el dedo en la cuneta. Se olvidan de que la inmensa mayor¨ªa de los veh¨ªculos van vac¨ªos y que hay quienes desear¨ªan llenarlos. Se olvidan de que el mayor placer que se nos ha dado en la vida es compartir.
Escribo en favor del autoestop, en favor de la rebeld¨ªa ante las leyes inconsistentes, pero ante todo en favor del compartir, nuestra gran asignatura pendiente. Quien comparte coche est¨¢ m¨¢s predispuesto a compartir tierra y camino, visiones y sue?os. Nuestro mundo necesita cada d¨ªa m¨¢s de fronteras, hogares y coches que se abren. Las puertas cerradas, el blindaje y el "s¨¢lvese quien pueda" amenazan nuestro futuro.
Quien ha sido una vez trasladado a dedo, bien en un viaje, bien en un apuro, dif¨ªcilmente podr¨¢ mirar hacia otro lado cuando yendo al volante le sorprenda un autoestopista. El autoestop es buena escuela del "hoy por t¨ª y ma?ana por m¨ª", un especial entrenamiento para contar m¨¢s unos con otros. El que hoy lleva la mochila es el que ma?ana coge el volante. Al fin y al cabo todos avanzamos hacia un mismo destino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.