Una galer¨ªa donostiarra exhibe dibujos in¨¦ditos de Amable Arias

A Amable Arias (Bembibre del Bierzo, 1927; San Sebasti¨¢n, 1984) pocas veces le sonri¨® la suerte, pero acab¨® por burlarse de ella. Su infancia se acab¨® a los nueve a?os, cuando fue arrollado por un vag¨®n de tren, pas¨® su adolescencia de peregrinaci¨®n por los hospitales y vivi¨® durante a?os adocenado. A punto de cumplir los treinta se puso a pintar y resucit¨®. "El arte me sirvi¨® para aguantar mi soledad llena de escarnios", dijo una vez. La Galer¨ªa 16 de San Sebasti¨¢n presenta ahora dibujos in¨¦ditos de su ¨²ltima ¨¦poca.

"Mi pintura surgi¨® de una situaci¨®n de exasperaci¨®n interior y exterior", confes¨® el artista en una ocasi¨®n. "Recuerdo que desde peque?o sent¨ª esa necesidad y me propuse que, al menos dos cosas, no me iban a quitar como las dem¨¢s y que luchar¨ªa por ellas: escribir y pintar". En principio no parec¨ªa f¨¢cil, porque Arias, quien a los 15 a?os se traslad¨® con su familia a San Sebasti¨¢n, no s¨®lo arrastraba graves problemas de salud desde el accidente. Tampoco hab¨ªa cogido un pincel en su vida cuando tom¨® esa decisi¨®n, ni ten¨ªa formaci¨®n acad¨¦mica, recuerda el galerista Gonzalo Su¨¢rez. Pero se empe?¨® y vio cumplidos sus deseos.

Su vida como pintor fue corta, pero intensa; productiva y muy destacada, aunque su obra no se valor¨® suficientemente hasta despu¨¦s de su muerte. Arias, uno de los fundadores del m¨ªtico grupo Gaur, pas¨® de la figuraci¨®n a la abstracci¨®n para alcanzar un mundo iconogr¨¢fico propio. "Se adelant¨® a su tiempo. Los conceptos que utiliz¨® del vac¨ªo, por ejemplo, son completamente modernos", apunta Suarez. Sus ¨®leos y dibujos sorprendieron en los a?os 60 y 70, pero no siempre llegaron a entenderse. "Es evidente que fue marginado", a?ade el galerista, incluso por las instituciones, pero ¨¦l continu¨® el camino que se hab¨ªa trazado. Pint¨® unos 300 ¨®leos y m¨¢s de 6.000 dibujos. "Amable estaba en contra de esa idea de mitificaci¨®n del ¨®leo y de considerar el dibujo como obra menor", explic¨® ayer en San Sebasti¨¢n su viuda, Maru Rizo.

La exposici¨®n de la galer¨ªa (Buen Pastor, 16) muestra una selecci¨®n de 26 dibujos in¨¦ditos de peque?o formato que el artista realiz¨® en 1981 y que el Instituto de Estudios Bercianos ha reunido en un libro junto a algunos de sus poemas. Corresponden a la serie Maquillajes y Carnavales; maquillajes, porque Arias emple¨® pintalabios y sombras de ojos para colorearlos sobre papel de hilo. Carnavales, porque realiz¨® buena parte de la colecci¨®n durante esas fiestas, en las que se inspir¨®. "A Amable", recuerda Rizo, "le gustaban los materiales raros. No quer¨ªa adocenarse, no quer¨ªa volver a caer en lo ya hecho. Trataba siempre de buscar tanto soportes como materiales distintos". Lleg¨® a utilizar incluso posos de caf¨¦.

En Galer¨ªa 16 se ve al Arias m¨¢s sint¨¦tico, el que con unas simples l¨ªneas es capaz de representar a un ciclista descendiendo una pendiente. Tambi¨¦n al m¨¢s personal. "Aparece toda esa serie de personajes amablianos en situaciones casi siempre de juegos", apunta Su¨¢rez. "En este juego experimental es donde se sent¨ªa m¨¢s libre", sentencia Rizo.