Rectificaci¨®n de Irak

El comienzo de la puesta en libertad de varios centenares de presos iraqu¨ªes de un total de 9.300 "pol¨ªticos" en manos de EE UU, y la consideraci¨®n de Sadam Husein como prisionero de guerra pone de manifiesto un intento de rectificaci¨®n por parte de Washington. Las c¨¢rceles que se vaciaron tras la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam volvieron a llenarse r¨¢pidamente con los nuevos prisioneros de la autoridad ocupante, muchos de ellos capturados de forma indiscriminada y tan ca¨®tica como est¨¢ resultando su liberaci¨®n.

El sistema penitenciario aplicado ha sido denunciado por numerosas organizaciones de derechos humanos. EE UU y el Reino Unido, como potencias ocupantes de Irak, deben respetar las normas internacionales, especialmente la Convenci¨®n de Ginebra, aplicables a los prisioneros de guerra, incluso a los jerifaltes del antiguo r¨¦gimen, pese a las graves acusaciones de cr¨ªmenes que pesan sobre ellos. Los familiares de los miles de detenidos han vivido, y siguen viviendo, meses de angustia. El acceso a la Cruz Roja o la Media Luna Roja internacionales ha sido totalmente insuficiente, tambi¨¦n porque estas y otras organizaciones se han marchado de Irak ante el deterioro de la seguridad.

El administrador estadounidense, Paul Bremer, ha planteado tres condiciones para liberar a los presos: que no est¨¦n vinculados a delitos de sangre, que renuncien formalmente a la violencia y que cuenten con el aval de un jefe local, religioso o tribal, que se responsabilice de ellos. El objetivo es congraciarse con la poblaci¨®n. "El momento de la reconciliaci¨®n", lo ha llamado Bremer.

Pero estas medidas conciliadoras no han logrado a¨²n eliminar la violencia. Ayer mismo murieron varias personas al estallar una bomba en una mezquita chi¨ª de Baquba, en el centro de Irak. El acoso contra las fuerzas de ocupaci¨®n se mantiene, con atentados casi a diario. Incluso hay motines sociales, como el de ex militares del disuelto Ej¨¦rcito de Sadam en una manifestaci¨®n en Basora que unos d¨ªas atr¨¢s tuvo que disolver a tiros la exigua polic¨ªa iraqu¨ª. La puesta en pie de un nuevo Ej¨¦rcito y una nueva polic¨ªa aut¨®ctonos es lenta. Decenas de los formados para soldados o polic¨ªas han abandonado a medio camino por miedo a represalias. Irak est¨¢ lejos de estar estabilizado. Y el anuncio de EE UU de que mantendr¨¢ la autonom¨ªa de los kurdos ha provocado escalofr¨ªos en el resto de Irak y en muchos de sus vecinos, que ven c¨®mo puede estar naciendo un nuevo Estado de hecho que sirva de referencia y faro a las minor¨ªas kurdas en Turqu¨ªa, Siria o Ir¨¢n.

La retirada de Irak de un primer grupo de 400 expertos estadounidenses en armas de destrucci¨®n masiva es el reconocimiento de un nuevo fracaso para Bush. Las armas que sirvieron de excusa a la guerra no aparecen. Seg¨²n el documento del Instituto Carnegie, la Administraci¨®n de Bush "tergivers¨® sistem¨¢ticamente" el peligro que supon¨ªa el Irak de Sadam. El secretario de Estado, Colin Powell, reconoce que no ten¨ªa pruebas concluyentes de la vinculaci¨®n de Al Qaeda con el r¨¦gimen de Sadam. ?ste ha ca¨ªdo. Pero resultar¨¢ dif¨ªcil reconstruir un pa¨ªs sobre tales mentiras y errores.