La extra?a pareja de un partido romo
La violencia de Pablo Garc¨ªa y el poder¨ªo elegante de Baptista retratan a Osasuna y Sevilla
Si es cierto que la belleza puede redimir la violencia, Pablo Garc¨ªa puede estar tranquilo. Si no, tendr¨¢ mucho que penar por su comportamiento durante el partido de ayer. Una sensacional falta botada por el uruguayo supuso el empate de Osasuna, pero, para llegar a este punto, el mediocentro dio toda una lecci¨®n de juego duro, antideportivo y mal encarado que, por supuesto, no le cost¨® ni una sola tarjeta amarilla. Cuando al hispalense Baptista le apodaron Bestia, fue su hambre de gol, su olfato rematador y su punter¨ªa de francotirador las que le hicieron honroso merecedor de tal sobrenombre. Sin embargo, si a Pablo Garc¨ªa se le puede calificar como bestia, no es por ninguna de esas virtudes, sino por su inaudita capacidad para repartir estopa en todo momento. En una de las pocas ocasiones en que ambos futbolistas se cruzaron sobre el campo, el uruguayo pis¨® de manera intencionada y brutal la rodilla de Baptista, que necesit¨® de las atenciones sanitarias para poder reincorporarse al encuentro.
OSASUNA 1 - SEVILLA 1
Osasuna: Sanzol; Izquierdo, Cruchaga, Josetxo, Gorka Garc¨ªa; Pu?al (Valdo, m. 56), Pablo Garc¨ªa; Mu?oz (Alfredo, m. 63), Aloisi, Moha; y Webo (Iv¨¢n Rosado, m. 76).
Sevilla: Esteban; Daniel Alves, Javi Navarro, Pablo Alfaro, David; Redondo (Aitor Ocio, m. 90), Casquero (Podest¨¢, m.10 (?scar, m. 87)), Llu¨ªs Mart¨ª, Reyes; Baptista; y Hornos.
Goles: 0-1. M. 48. Baptista empalma un mal despeje de Gorka Garc¨ªa. 1-1. M. 83. Pablo Garc¨ªa, de falta directa.
?rbitro: P¨¦rez Burrull. Amonest¨® a Pu?al, Javi Navarro, Izquierdo, Podest¨¢, Sanzol y Daniel Alves.
Unos 15.000 espectadores en El Sadar.
Pese a las abismales diferencias que separan al brasile?o y al charr¨²a, en la tarde de ayer ambos fueron los grandes protagonistas del encuentro. El brasile?o, por su derroche, bien frenado por el genial trabajo de Cruchaga, y por su tanto, una soberbia volea tras un rechace de la zaga navarra. El uruguayo, por su gol y su actitud destemplada.
El choque comenz¨® muy flojo, con ambas escuadras miedosas y desorganizadas. Durante los primeros cuarenta y cinco minutos, las ausencias tuvieron m¨¢s peso que los propios jugadores de campo. A las lesiones de Dar¨ªo Silva y Bakayoko, referentes ofensivos de ambos conjuntos, se sum¨® la decisi¨®n de Aguirre de dejar a Valdo en el banquillo, a causa de su bajo rendimiento, y a la incomparecencia obligada de Reyes, acuciado por las apreturas del lateral osasunista Izquierdo. Con este panorama, el f¨²tbol se torn¨® en una actividad roma y cuadriculada. Una rutina necesaria pero desagradable. Adem¨¢s, la inoportuna lesi¨®n de Casquero, tras una ca¨ªda en el minuto diez, culmin¨® el desaguisado de la primera parte.
Tras el descanso, la soflama de Caparr¨®s en el vestuario dio buen resultado. Baptista y Hornos, apoyados por Reyes a la izquierda, comenzaron a carburar y, en s¨®lo tres minutos, lograron el ¨²nico tanto hispalense. La identidad del Osasuna ofensivo y de juego alegre durante toda la temporada se disolv¨ªa en un enorme embotellamiento en el centro del campo. Con el marcador en contra, Aguirre tuvo que echar mano del castigado Valdo y de dos jugadores nada habituales, como Alfredo e Iv¨¢n Rosado, para tratar de dar la vuelta al encuentro. Durante cuarenta minutos, la impotencia rojilla fue tal que no consiguieron poner a prueba ni una sola vez al meta Esteban, hasta que lleg¨® el lanzamiento directo de Pablo Garc¨ªa y el ¨²nico tanto osasunista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.