Viena reconstruye la violenta historia de las mafias jud¨ªas en Estados Unidos
La exposici¨®n incluye un calendario necrol¨®gico desde finales del XIX hasta la actualidad
Presentar la historia de la mafia jud¨ªa en el Museo Jud¨ªo de Viena podr¨ªa parecer una iron¨ªa o, de cara al resurgimiento de aversiones antisemitas, una provocaci¨®n peligrosa. Un riesgo que no ignora el artista austroisrael¨ª Oz Almog, comisario de la exposici¨®n Kosher Nostra, abierta hasta el pr¨®ximo 24 de abril. La muestra resume, en m¨¢s de ochenta biograf¨ªas, el cap¨ªtulo jud¨ªo de la historia de la delincuencia organizada en Estados Unidos.
Muertes violentas marcan las fechas clave, entre 1890 y 2000, en un calendario necrol¨®gico que se lee a lo largo de dos muros en forma de serpentina, con fotos de actas policiales y de cr¨®nicas period¨ªsticas donadas por el Daily News de Nueva York y retratos pintados por Oz Almog en grandes dimensiones.
Hubo numerosos g¨¢nsteres jud¨ªos, procedentes de Europa Central y del Este, que en lo que se refiere a brutalidad y falta de escr¨²pulos nada ten¨ªan que envidiar a sus rivales o compinches de la Cosa Nostra. Los laberintos de los clanes jud¨ªos aparecen como apuntes para un macabro gui¨®n de cine. Big Jack Zelig, nacido en 1888, da sus primeros pasos robando carteras, seduce a la justicia repetidas veces jugando distintos papeles con su descomunal talento de imitaci¨®n y triunfa en el negocio del crimen liderando un grupo que tiene bien claro el precio de sus servicios (por una cuchillada en el rostro cobraban de un d¨®lar a 10; por un asesinato, de 10 a 100). Dimensiones modestas comparadas con la fortuna del asesino obsesivo Bugsy Siegel, due?o del hotel Flamingo en Las Vegas y adicto a la vida mundana de Hollywood. Bugsy muere asesinado con una bala en el ojo en 1947 en casa de su amante, Virginia Hill. El 24 de diciembre de 2000, la polic¨ªa de Los ?ngeles encuentra el cad¨¢ver de la escritora Susan Berman, hija del socio de Bugsy, con un tiro en la nuca. Hasta hoy no se ha esclarecido el caso.
El cat¨¢logo (concebido como una enciclopedia de malhechores) explica que los mafiosos italoamericanos hicieron mejores migas con sus hom¨®logos jud¨ªos que con otros inmigrantes. Les separaba la religi¨®n y ve¨ªan los negocios desde diferente ¨®ptica ("mientras los padrinos italianos erig¨ªan sus dinast¨ªas, los jud¨ªos constru¨ªan sus imperios"), pero coincid¨ªan en detalles para ellos muy valiosos, como en la veneraci¨®n por la figura materna (la mamma para unos, la yiddishe mama para los otros).
La curiosa afinidad culmin¨® con el siciliano Salvatore Lucania, alias Lucky Luciano, y el ruso Maier Suchowljansky, alias Meyer Lansky. Se asociaron, hicieron millones con el contrabando de alcohol, revolucionaron las estructuras de poder del hampa, refinaron los mecanismos de corrupci¨®n, pactaron con las m¨¢s altas esferas pol¨ªticas y dieron una mano a los Aliados en la II Guerra Mundial.
Otra legendaria simbiosis fue la de Al Capone con Jake Guzik, Pulgar Grasiento. Guzik falleci¨® en 1956 de muerte natural. "No se conoce en toda la historia de los EE UU otro funeral jud¨ªo al que acudieran tantos italianos", se cuenta en el cat¨¢logo.
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