Los retratos de Cecil Beaton revelan su af¨¢n obsesivo por la autenticidad y la perfecci¨®n
La National Portrait Gallery de Londres celebra con una antol¨®gica el centenario del fot¨®grafo
La belleza domin¨® el universo y el horizonte de Cecil Beaton. El influyente artista ingl¨¦s, fot¨®grafo de la realeza y de las celebridades, adem¨¢s de galardonado escen¨®grafo, elev¨® este t¨¦rmino cualitativo a las esferas del arte y la moralidad, equiparando su significado con perfecci¨®n, esfuerzo, bondad y autenticidad. En el centenario de su nacimiento, la National Portrait Gallery de Londres prepara una retrospectiva de sus m¨¢s bellos retratos fotogr¨¢ficos. Entre ellos, im¨¢genes in¨¦ditas de la boda de los duques de Windsor y fotograf¨ªas consagradas de Marilyn Monroe, Marlon Brando o Mick Jagger.
"La belleza", declar¨® Cecil Beaton (Londres 1904-1980) en 1928, "es la palabra m¨¢s importante del diccionario. Es sin¨®nimo de perfecci¨®n, esfuerzo, verdad, bondad". El celebrado fot¨®grafo de moda, reportero de guerra y escen¨®grafo del teatro y el cine establec¨ªa en esta declaraci¨®n un credo est¨¦tico que aplicar¨ªa a su vida y a su obra. En el cat¨¢logo de la antol¨®gica (del 5 de febrero al 31 de mayo), el profesor australiano Peter Conrad recuerda que Beaton convirti¨® en escenario o elemento art¨ªsticos la totalidad de su entorno vital. "Eleg¨ªa a sus invitados por sus cualidades fotog¨¦nicas y hablaba de sus amantes como ornamentos hogare?os, complementos de su preciosa decoraci¨®n", escribe Conrad.
Beaton era un dandi genuino, un profesional hecho a la medida de sus ideales est¨¦ticos. En sus 76 a?os de existencia elev¨® no s¨®lo la belleza, sino tambi¨¦n la fotograf¨ªa y el dise?o de decorados y vestuario a la categor¨ªa de arte. Se inspir¨® en la pintura y en la escultura para crear un estilo cargado siempre de glamour y dramatismo. Con un olfato que le alertaba de las nuevas tendencias, se mantuvo en vanguardia durante sus cinco d¨¦cadas de actividad creativa. Su huella a¨²n se siente en profesionales de la c¨¢mara como David Bailey o Mario Testino.
En una fotograf¨ªa de 1928, la poeta Edith Sitwell reposa sobre el suelo simulando el relieve en piedra de una tumba g¨®tica. En otra, Marlene Dietrich recuerda con su esquel¨¦tico cuerpo las figuras de Durero y, en los a?os sesenta, Mick Jagger pos¨® para Beaton como un m¨¢rtir de Piero della Francesca. A Salvador Dal¨ª le captura, en 1937, tras los paneles de su composici¨®n Pareja con cabeza llena de nubes, y a un jovenc¨ªsimo Marlon Brando, de perfil, estudiando en 1946 el texto de Un tranv¨ªa llamado deseo.
De herencia burguesa y cuna londinense, Beaton subi¨® de escalaf¨®n social hasta penetrar en los c¨ªrculos m¨¢s elitistas del Reino Unido y el extranjero. Estudi¨® con George Orwell y Cyril Connolly, fue v¨ªctima de los abusos escolares de Evelyn Waugh -"mi eterno enemigo", escribir¨ªa despu¨¦s en su diario- y, en 1925, abandon¨® la Universidad de Cambridge sin completar su licenciatura en Historia y Arquitectura.
50 a?os en 'Vogue'
La revista Vogue le contrat¨® en 1927 como fot¨®grafo, caricaturista e ilustrador dando paso a una relaci¨®n que perdurar¨ªa hasta los a?os setenta. No hubo personalidad relevante que escapara en esos a?os al escrutinio de su c¨¢mara. Desde Gary Cooper a Marlene Dietrich, Coco Chanel, Elsa Schiparelli, Jean Cocteau, Pablo Picasso, Winston Churchill y, por supuesto, los miembros de la casa real brit¨¢nica se dejaron manipular por este genio de las apariencias.
Adulador en sus retratos visuales, sab¨ªa esparcir veneno en sus diarios. De Katharine Hepburn escribe en 1969: "Es torpe, es fea, su interpretaci¨®n mec¨¢nica... Su piel es repugnante y como no se aplica suficiente maquillaje da la impresi¨®n de haber pasado la viruela. En vivo su aspecto es horrible... es inconcebible que contin¨²e exhibi¨¦ndose en p¨²blico". En sus extensas memorias, cuyos ¨²ltimos cap¨ªtulos acaban de editarse en el Reino Unido, Beaton menciona a un amante, Kin, al que conoci¨® en un garito de San Francisco. Tambi¨¦n expresa remordimientos por haber desvelado su relaci¨®n sentimental con Greta Garbo. La indiscreci¨®n enfureci¨® a Garbo, pero la amistad perdur¨® y la actriz visit¨® a Beaton durante su convalecencia a consecuencia de un derrame cerebral que le dej¨® medio paral¨ªtico en 1974. Al morir seis a?os despu¨¦s, Beaton ten¨ªa tres fotograf¨ªas en la mesilla de su cama: del millonario y patr¨®n de las artes Peter Watson, de Greta Garbo y de Kin. Fueron, probablemente, sus tres m¨¢s preciados amantes.
Babelia
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