Los hu¨¦rfanos de Bam
Gobiernos y ONG intentan asistir a los supervivientes del terremoto
Todo el mundo tiene alguna tragedia que contar en Bam. Menos la familia de Jalil. Todos ellos, 60 en total, murieron bajo los escombros en la madrugada del 26 de diciembre cuando el joven Jalil celebraba su boda, a la que hab¨ªan acudido parientes de Kerm¨¢n y de otras provincias cercanas. El violento terremoto, de 6,7 grados en la escala Richter, sepult¨® a decenas de miles de iran¨ªes. A¨²n no han podido ser contados.
Las autoridades creen que llegar¨¢n a 50.000, casi la mitad de los habitantes de la hist¨®rica ciudad de la Ruta de la Seda. Javier Solana, representante para la pol¨ªtica exterior de la UE, visit¨® ayer el lugar de la cat¨¢strofe. Apenas le sal¨ªan las palabras y, con voz entrecortada, se limitaba a prometer m¨¢s ayuda europea.
Unicef ha montado 30 tiendas para acoger a los ni?os y rehabilitarlos psicol¨®gicamente
Incrustada en el desierto de Lut, rodeada de inmensas llanuras de arena marr¨®n oscura, desde el avi¨®n se observa n¨ªtidamente la fortaleza construida hace 20 siglos, que ha quedado reducida a un mont¨®n de adobe pulverizado. Bajo el promontorio, un mar de casas bajas totalmente destruidas. All¨ª, las escasas avenidas asfaltadas parecen vigiladas a ambos lados por interminables hileras de tiendas de campa?a y, tras ellas, los restos de lo que fueron casas.
Veinte d¨ªas despu¨¦s, la tragedia y la desgracia se observan a cada paso, en cada intercambio de miradas con los supervivientes. Centenares de ni?os, en peque?os grupos, recorren las calles con ojos desorbitados. Muchos de ellos, no se sabe cu¨¢ntos, son hu¨¦rfanos. Carol Bellamy, directora de Unicef, visita tambi¨¦n la ciudad y dice que su organizaci¨®n ha montado 30 tiendas para acogerlos, identificarlos y rehabilitarlos psicol¨®gicamente. "Calculamos que necesitamos con urgencia unos 14 millones de d¨®lares", comenta.
Karimi Al¨ª, el gobernador de esta provincia, la de Kerm¨¢n, explica a Solana que tiene tres prioridades: acomodar a los supervivientes y darles agua y comida; cambiar las tiendas de campa?a por viviendas prefabricadas, y reconstruir la ciudad, pero con sistemas para resistir terremotos, porque la zona sufre una de las mayores actividades s¨ªsmicas del mundo. Pese a la magnitud de la tragedia, parece existir ya una buena organizaci¨®n para afrontar el caos. Karimi cuenta que ha dividido la ciudad en 14 ¨¢reas. De cada una de ellas se ha hecho responsable un gobernador de otra provincia. A todos les llega la comida, las mantas o las medicinas enviadas desde todo el mundo.
Voluntarios o funcionarios de 45 pa¨ªses est¨¢n involucrados y han convertido Bam en la ciudad de la solidaridad mundial. Es el caso de un japon¨¦s de una organizaci¨®n ben¨¦fica que se ha especializado en fabricar viviendas temporales para estos casos.
Los servicios sanitarios, con las limitaciones imaginables, tambi¨¦n parecen bien organizados. Uno de los mejores es el hospital de campa?a montado por la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional. En el solar donde est¨¢n instaladas sus tiendas de campa?a estaba el hospital central Imam Jomeini. All¨ª murieron decenas de m¨¦dicos. Otras 60 enfermeras fallecieron en la escuela de enfermer¨ªa de la capital, que funcionaba en r¨¦gimen de internado.
Alguna alegr¨ªa ha aparecido entre tanto drama. En ese hospital espa?ol han sido atendidas ya 3.000 personas y el d¨ªa de Reyes naci¨® all¨ª el primer ciudadano de Bam que vino al mundo tras la destrucci¨®n de su ciudad.
Impactado el d¨ªa anterior por el caos pol¨ªtico que afronta Ir¨¢n, donde m¨¢s de 2.000 candidatos a las elecciones parlamentarias del mes que viene han sido vetados por el conservador Consejo de Guardianes, Solana se mostr¨® mucho m¨¢s impresionado por la cat¨¢strofe humana de Bam. A los 2,3 millones de euros ya aportados con urgencia por las instituciones europeas se sumar¨¢n en breve otras cantidades superiores para paliar el drama. Todo ser¨¢ poco.
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